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A 19 días del cierre de listas ambos espacios (FdT y JxC) siguen negociando a cielo abierto las candidaturas en un contexto donde los riesgos de fragmentación escalan. La elección de tercios que muestran algunas encuestas con Milei como el más votado si ambas coaliciones van con PASO competitivas, o de cuartos si se añade el 25% de indecisos que sigue sin decir a quien va a votar, agrega mucha adrenalina al camino.
En el medio la dinámica inflacionaria sigue escalando casi 1 punto porcentual por mes desde fines de 2022. Del 5% mensual en diciembre, pasamos al 6% en enero, 6,6% en febrero, 7,7% en marzo, 8,4% en abril y 9,2% la proyección de nuestro relevamiento de precios minoristas para mayo. El INDEC vino dando por arriba de los relevamientos privados en marzo y abril, ¿en mayo estará abajo? ¿8,2%?
Ponerle nominalidad a lo que resta del año ciertamente es ciencia ficción, teniendo en cuenta que la eficacia (no eficiencia) del cepo para estabilizar la demanda de pesos en un contexto de brutal escasez de dólares va a depender en forma directa de cómo operen los mecanismos de cobertura frente a las expectativas de cómo se remuevan los controles de capitales en una futura gestión frente a propuestas que van desde “no se puede sacar el cepo el día 1” a “vamos a salir del cepo en forma inmediata insinuando un desdoblamiento cambiario formal” y al “vamos a prender fuego el BCRA”.
Lógicamente, la demanda de pesos se pulveriza más rápido si las propuestas de cambio de régimen más radicales frente al actual balance del BCRA tienen chances electorales. En la transición al próximo gobierno la demanda de pesos dependerá además de cómo se vayan manteniendo o removiendo algunas de las anclas que cual alfileres vienen sosteniendo el esquema actual; léase que Massa siga manteniendo el control del Ministerio y/o que el FMI siga manteniendo la mímica del acuerdo con nuevos waivers en cada revisión que destraben los desembolsos para evitar que el país entre en atrasos.
La prioridad de la política económica apunta a frenar la escalada en la brecha cambiaria que se coordina cada vez que el dato de inflación espanta al mercado. Desde fines de abril, el BCRA desestimó las advertencias del FMI y volvió a usar dólares de las reservas para topear la escalada en los dólares financieros. Desde entonces, lleva utilizados USD980 millones de las Reservas para comprar bonos, y en simultáneo ventas de bonos en pesos por casi USD4.000 millones nominales (en términos netos cerca de la mitad de la posición del BCRA). La intervención en el MEP sirvió en parte para compensar la estadística diaria de salida de depósitos de los bancos dado que los dólares comprados por el sector privado al BCRA quedan inicialmente dentro del sistema financiero.
En cualquier caso, cuantos más dólares se utilicen para intervenir en la brecha, más tienen que cortar el acceso al MULC a importadores y/o a provincias y empresas para pagar deudas, para intentar llegar del otro lado sino quiere dar una señal más peligrosa sobre el uso de los encajes. La semana pasada arrancaron con la normativa que obliga a las provincias a refinanciar y/o a pagar con dólares propios el 60% de los vencimientos dándoles acceso al MULC por sólo el 40%, situación que fue judicializada. Estas medidas se complementan con la extensión de los plazos de pagos de servicios, fletes y nuevos regímenes acordados para la importación de automotrices y petroleras.
China autorizó ampliar el uso del swap en USD5.000 millones adicionales, a USD10.000 millones en condiciones similares una vez que se haya utilizado el primer tramo. La nota del diario avisa que estos podrían ser usados para intervenir, lo cual no luce intuitivo; aunque los dólares son fungibles y la intervención en la brecha va a continuar para intentar llegar a la próxima posta sin un salto discreto del dólar oficial y así sucesivamente. Los USD5.000 millones ya activados están en su mayor parte depositados en un Banco Chino devengando tasa de interés para compensar parcialmente el costo de la activación del swap. Léase hoy no se están usando porque hacerlo tiene un costo financiero que no lo tiene usar los encajes, pero los dólares que surgen de la activación del swap se pueden usar. Mientras tanto, el BCRA incentiva el uso de yuanes para pagar importaciones acortando los plazos de las SIRA en esa moneda.
El esquema inflacionario es menos contractivo que el deflacionario, aunque cada vez necesitas tasas de inflación más altas para sostenerlo. En 2023 la economía va a caer al menos 4% (2 p.p. por la sequía y otros 2 p.p. por escasez de dólares impactando sobre la oferta y los stocks). La inflación, que en cinco meses acumula una suba de 44%, llegaría a 160% en el año si se sostiene el ritmo mensual de mayo y escalaría a 240% si se mantiene hasta fin de año la suba de 1 p.p. por mes observada desde enero. Los riesgos de aceleración se disparan con la incertidumbre en la transición respecto a la salida del cepo, pero la comparación con el 1989 para proyectar los próximos tres meses no luce correcta.