- Recta a fondo hasta Octubre:
- Inflación ¿Qué inflación?
- Un modelo que corre hacia sus límites
- Escenarios 2012
- I Con crédito e Inversiones
- II Con devaluación
- Una lupa en el corto plazo
- Impuesto a las Ganancias para los Trabajadores: La tablita de Moyano
- Síntesis de la posición del Estudio Bein & Asociados a las observaciones del INDEC
Cuando parecía que el mundo desarrollado empezaba a salir de la recesión con diferentes velocidades, y se avecinaban meses más tranquilos, sobre todo para los países emergentes en un mundo hiper líquido y de tasas bajas, otra vez los cisnes negros volvieron al lago. A diferencia de mayo de 2010 cuando los eventos se originaron en los problemas de competitividad y solvencia de los países de la periferia de Europa, esta vez los problemas se originaron primero en el norte de África, y más tarde en Japón, aunque también volvieron a aparecer algunas dudas en Portugal e Irlanda frente a las dificultades políticas para sostener los ajustes fiscales requeridos para recibir la ayuda financiera. Sin embargo, a diferencia de los eventos de mayo pasado, esta vez la reacción de los mercados fue primero de cautela y corrección, pero posteriormente volvieron a los niveles previos, sin afectar el canal de transmisión a través del cual opera la política monetaria en USA –efecto riqueza- y despejando las dudas sobre una eventual recaída en la recuperación.
Los sucesos en Túnez, Egipto y posteriormente en Libia, fueron en parte consecuencia del remedio adoptado por el mundo desarrollado para salir de la crisis. Más allá de las características despóticas que caracterizaban a estos gobiernos, la chispa que originó las revueltas habría sido encendida por la suba en los precios de los alimentos en países donde una gran parte de la población vive por debajo o muy cerca de los límites de la pobreza. El resultado inmediato fue un cambio en la composición de la suba en los precios de los commodities con una disparada del precio del petróleo (sólo estabilizada por la decisión de Arabia Saudita de aumentar su oferta de ser necesario) y posteriormente del impacto indirecto de la situación en Japón (por una caída en la demanda de crudo dado el cierre en las refinerías). En Japón en cambio, el impacto fue producto de la naturaleza: terremoto, tsunami y el riesgo nuclear provocado por la ruptura de una central nuclear en el norte de la isla. Más allá de la terrible situación por la que está atravesando en términos de vidas humanas y desaparecidos, el terremoto deja en lo inmediato una destrucción no menor del stock de capital y una caída del Producto por la paralización de la actividad derivada del cierre de fábricas y comercios en una economía caracterizada por una enorme productividad. Situación que impactó también en lo inmediato vía en los flujos de comercio y en los precios de algunas commodities.
La sucesión de estos eventos, nos recuerda que el mundo puede y en algún momento va a cambiar. Creemos que esto va a ocurrir recién a mediados de 2012 cuando se de inicio al ciclo de suba en la tasa de interés de corto plazo en USA, aunque también consideramos que lo más probable es que este se de en forma gradual con una FED que va a mantener un ojo en la inflación y el otro en la recuperación del empleo en una economía que todavía debe crear más de 8 millones de puestos de trabajo para volver al punto de partida.
Mientras tanto, el margen de maniobra de la política económica sigue siendo alto, y da pie a la confusión deliberada y generalizada respecto a si es o no el modelo el que diferencia la coyuntura actual de la vivida en décadas pasadas. Sobre todo en un año electoral, cuando una vez más, lejos de intentar manejar las variables en pos avanzar hacia la sustentabilidad de un esquema de mediano plazo, la política vuelve a priorizar el corto plazo de cara a maximizar el voto. En este sentido, y si bien es evidente que no es sostenible a mediano plazo ni recomendable en el corto impulsar el gasto público por encima del 35%, las jubilaciones 38%, y los salarios 27% en un contexto donde el dólar funciona como ancla, este esquema va a impulsar inevitablemente la macro hacia arriba antes de las elecciones. Incluso en un contexto de mayor cautela y eventual toma de ganancias financieras lógicas en un escenario de alto voltaje político. A pesar de semejante despliegue, el horizonte financiero del Gobierno permanece despejado a partir de la utilización de los recursos provenientes de la ANSES y del BCRA, y usufructuando a pleno el impuesto inflacionario. Evidentemente, estas cajas no van a funcionar para siempre, y su efectividad se reducirá a medida que la economía genere menos dólares netos por la cuenta corriente que permitan compensar las reservas internacionales que se están utilizando para pagar la deuda, como ocurrió en 2010 y en 2011. Es cierto que el resultado positivo de las cuentas externas se achica y probablemente ya en los últimos meses del año arranquen los primeros desequilibrios, aunque esto tampoco significa necesariamente que sea el fin de una época. ¿Por qué?, básicamente, porque la convergencia al equilibrio se da desde arriba y el margen de maniobra para manejar la política económica sigue siendo elevado. Todavía no se abrió el crédito internacional, ni tampoco se han utilizado las herramientas típicas de la política económica para intentar moderar cualquier cambio de portafolios hacia el dólar. En particular, la tasa de interés que remunera el ahorro en pesos hoy en Argentina es la mitad de la inflación (11% vs. 21%).
En efecto, en algún momento y tal cual se está dando ahora en Brasil luego de que Dilma Rousseff accediera a la presidencia, la política económica argentina deberá iniciar un reacomodamiento.¿Será la política en 2012 capaz de recrearse y reinventar hacia adelante un modelo de desarrollo utilizando las herramientas disponibles y aprovechando el contexto internacional, que a pesar de todo todavía va a ser beneficioso?; o ¿viajará en algún momento a una corrección cambiaria no gradual para evitar la toma de decisiones explícitas que en general cuesta enfrentar?. Hoy no estamos cerca del límite, y la recta por la que se viaja a fondo parece interminable… No lo es.