El escenario que enfrentan los commodities

Los precios de los commodities (i.e. materias primas) jugaron una carta muy importante en la performance de los mercados emergentes durante la última década. Junto con el escenario de tasas de interés muy bajas en el mundo, lograron financiar vía exportaciones (i.e. ventas al exterior) buena parte de las necesidades de dólares asociada al aumento en las importaciones (i.e. compras del exterior) que requirió el crecimiento económico de la región. 

Teniendo en cuenta esta importancia del sector, cuáles serían entonces las perspectivas de corto y mediano plazo para los precios de las materias primas. Hacia adelante, los precios de los commodities enfrentan un escenario divergente a partir del vaivén asociado a las condiciones puntuales de oferta en un contexto de menor dinamismo en China y frente a un mercado que espera para el próximo año un aumento moderado de las tasas de interés a partir de la normalización de la política monetaria en USA. 

En cuanto a los precios de los productos agrícolas, el aumento en los niveles de stocks esperados producto de la mejora en la cosecha del hemisferio norte derivó en una corrección de los precios de la soja (de US$560 la tonelada en mayo a US$450) y del maíz (de US$200 la tonelada en mayo a US$142). Si bien el menor crecimiento de China colaboró con esta dinámica, a diferencia de otros productos como los metales industriales, la demanda estructural de alimentos de China y India mantiene una mayor estabilidad en estos mercados. 

Por el lado de los precios de los metales industriales, durante el primer semestre del año, la desaceleración del comercio global asociada al fuerte frío del hemisferio norte y al menor dinamismo del sector inmobiliario en China, impactó negativamente sobre la performance de estos insumos de la construcción.

El precio del cobre pasó desde un nivel de US$7.300 la tonelada en enero de 2014 a US$6.400 en marzo. Hacia adelante, la recuperación del comercio global a partir del estabilizador automático asociado a la baja de las tasas de interés en USA y al paquete de estímulo fiscal en China orientado a la reactivación de la inversión en infraestructura, permitirían estabilizar los precios de estos insumos.

En algún punto, la recuperación actual del cobre hacia niveles de US$7.000 estaría capturando este escenario. Con respecto al precio del petróleo, si bien el riesgo geopolítico en Medio Oriente es un factor de incertidumbre en el mercado, la menor dependencia de las importaciones de petróleo en USA frente al aumento de la producción potencial asociado a las reservas de shale ha amortiguado la presión alcista derivada del riesgo geopolítico.

Vale recordar que durante los episodios asociados a la “primavera árabe” del primer semestre de 2011, el barril de petróleo llegó a tocar una cotización de US$114, mientras que hoy todavía se ubica por debajo de los US$100 el barril.

En todo caso, la suba del precio del oro de las últimas semanas (desde US$1.250 a US$1.305 la onza) estaría capturando la incertidumbre asociada a la escalada del conflicto geopolítico en Medio Oriente. Si bien para la próxima década el consenso no espera una suba en los precios de los commodities, afortunadamente para los mercados emergentes, la lenta transición hacia un mundo de tasas de interés más altas frente a un mundo desarrollado con altos niveles de deudas y sub-utilización de recursos en el mercado de trabajo, en combinación con la demanda estructural de China asociada a la intensificación del consumo de proteína animal en la dieta de la población que pasa del campo a la ciudad, seguirían poniendo un “piso” alto en la trayectoria de los precios de las materias primas.