La agencia calificadora de riesgo Standard & Poor´s recortó la nota de la deuda soberana brasileña en moneda extranjera un escalón, desde BBB a BBB-, cambiando el outlookde negativo a estable. Según la calificadora de riesgo, el recorte de la nota se fundamenta en la coyuntura de bajo crecimiento económico en una economía con poco margen de maniobra desde el lado fiscal para enfrentar los shocks externos. Después de todo, el superávit fiscal antes del pago de intereses pasó de 3,3% del PBI hacia principios de 2012 a 1,9% del PBI frente a una dinámica del gasto público que fue más rápido que la trayectoria de la recaudación. En este contexto, el escenario de deterioro del superávit fiscal primario, bajo crecimiento económico y suba de las tasas de interés gatilló el aumento del ratio de deuda pública a PBI, variable que pasó de 54% a 58,5% en los últimos dos años. A pesar de este deterioro de los fundamentals generado por el lado de los flujos de ingresos del sector público, la pobre performance del crecimiento y el menor ingreso de capitales, la agencia sostuvo que las fuertes instituciones de Brasil en conjunto con la reputación de la política macroeconómica y una posición externa acreedora con el resto del mundo, continúan justificando el grado de inversión de la deuda soberana brasileña. De ahí, el cambio del outlook de negativo a estable tras el recorte de la nota. Después de todo, el Banco Central de Brasil sigue “vigilando de cerca” la dinámica inflacionaria vía la sobre reacción de una tasa de interés de referencia que en términos reales ya se ubica en 5%, y que, en todo caso, empieza a poner un coto a la devaluación del Real y a la salida de capitales. De hecho, en las últimas semanas, la moneda brasileña se fortaleció contra la divisa norteamericana al pasar de una paridad de 2,40 hacia mediados de febrero a 2,25 Reales por Dólar. Asimismo, el stock de deuda externa total, principalmente concentrado en los bancos que se fondean en el exterior y las empresas que reciben préstamos de las casas matrices vía inversión extranjera directa, está alineado con el stock de reservas internacionales del Banco Central. Esta estructura blinda la solvencia de la economía del efecto hoja de balance asociado a la devaluación de la moneda, que tanto impactó en la década de los ochenta y los noventa, cuando el endeudamiento en dólares del sector público no estaba alineado con las reservas del Banco Central. En definitiva, a diferencia del año 2010 cuando el impulso del gasto fiscal electoral y la entrada de capitales en busca de un mayor rendimiento llevaron el crecimiento económico a la zona del 7,5%, esta vez, el menor margen desde el lado fiscal en un mundo donde la expectativa del retiro de los estímulos monetarios de la Fed activó la salida de capitales, implican una baja performance para el crecimiento brasileño (1,5%). De todas maneras, la solvencia de la economía en su conjunto en combinación con la reputación de un Banco Central que sobre reacciona el instrumento de la tasa de interés en pos de estabilizar las expectativas inflacionarias y frenar la salida de capitales, garantiza en el corto plazo, el grado de inversión de la deuda brasileña en moneda extranjera.