Batalla de egos: los economistas buscan un lugar en el poder

Alguna vez Miguel Bein comentó a unos periodistas que los economistas se parecen a las vedettes. Quizás en algunos casos se mantenga en vigencia la frase del ex secretario de Política Económica de Fernando de la Rúa y actual asesor de Daniel Scioli, y no porque sus colegas estén acelerando aviones ni vayan a convertirse necesariamente en pilotos de tormentas económicas. Sucede que en ciertos casos se libran batallas de egos, ambiciones o ideas por ocupar espacios en torno de los dos candidatos presidenciales con más probabilidades de acceder a la Casa Rosada, Scioli y Mauricio Macri.

¿Quién sería el ministro de Economía de un gobierno encabezado por los actuales mandamás bonaerense y porteño? En campaña ninguno de los dos anticipa algo así, como hizo Néstor Kirchner con Roberto Lavagna en 2003. Scioli mandó a hacer campaña en su nombre a dos economistas del mundo financiero, Mario Blejer, de 67 años, que fue presidente del Banco Central en tiempos de Eduardo Duhalde y ahora es director del Banco Hipotecario, y Bein, de 64, que tiene su consultora, desde la que siempre ha pronosticado con acierto y optimismo la evolución económica. Algunos analistas dicen que Blejer no sería ministro por una cuestión de edad y porque mantiene otros trabajos en el exterior, como el de asesor del Banco Central de Albania. Otros comentaban que Bein estaba enfermo, pero ya se recuperó.

Al ministro de Economía, Axel Kicillof, le inquietó más Bein y por eso se ocupó de mostrar su foto en una presentación en la que anunciaba la rebaja del impuesto a las ganancias de 2015. Recordó que Bein era parte del equipo que creó en 1999 la “tablita” del entonces ministro de Economía, José Luis Machinea. Días después en Página/12 se incluyó a Blejer entre “los argentinos del Club Singer & Griesa” porque después de que se confirmara el fallo del juez neoyorquino a favor del fondo buitre de Paul Singer el ex presidente del Central sugirió: “Hay que comenzar la negociación con la premisa de que hay que pagar todo”.

Scioli llegó a decir que “no se puede excluir a Kicillof de un futuro gobierno”, pero después el ministro se candidateó a diputado, prometió que asumiría la banca si es elegido y que dejaría el gobierno el 10 de diciembre. Ciertos analistas se preguntan por qué cambiaría el jefe del Palacio de Hacienda si la economía se recupera, aunque en forma leve, y el pueblo vota en las presidenciales a favor del oficialismo. En el Pro arriesgan a que si no es Kicillof, la Presidenta le impondrá a otro de su equipo, como el viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis. El actual jefe del Palacio de Hacienda prometió que un gobierno de Scioli sería “más o menos lo mismo” que el de Cristina Kirchner. Pero en el entorno del gobernador recuerdan que él siempre eligió a sus ministros y que el que gestione la política económica será Bein o alguien muy parecido. La directora ejecutiva de Estudio Bein, Marina Dal Poggetto, también está involucrada en el equipo.

En las últimas semanas ha aparecido la figura de la ministra de Economía bonaerense desde 2011, Silvina Batakis. “La griega de las buenas que desendeudó la provincia”, la presentó Scioli en una conferencia ante operadores bursátiles. Los opositores la subestiman y sólo la ven como eventual secretaria de Hacienda. En el sciolismo responden que a su jefe también lo menosprecian. Con una larga carrera en la administración pública provincial, Batakis, graduada en Economía y con un master en Finanzas en la Universidad de La Plata y otra maestría en Economía Ambiental en York, Reino Unido, se proclama como responsable del superávit fiscal primario y de una política tributaria proproductiva y progresiva (impuestos al campo, los bingos y a la herencia). “Silvina es peronista y, por tanto, dialoga con la realidad; quiere dar el salto al desarrollo, consolidar el crecimiento, la inversión, la descentralización, la infraestructura”, la analizan en el equipo naranja.

Pero no sólo importará quién sea ministro de Economía, sino también de Planificación Federal o Infraestructura. ¿Irá allí el responsable del área en la provincia, Alejandro Arlía? Ahí se librará el debate sobre la política energética, y los subsidios que la sostienen.

También habrá que ver quién se postula a Industria o Producción. Dante Sica, ex secretario de Industria de Eduardo Duhalde y dueño de la consultora Abeceb, puede ser una alternativa. También está el presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba), Osvaldo Rial. Otra opción es Omar Perotti, el ex intendente de Rafaela que le pisó los talones al socialismo y al Pro en la elección a gobernador de Santa Fe. Scioli prometió un gabinete federal y por eso se habla de los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de San Juan, José Luis Gioja.

Pero en el sciolismo puro y duro hay más nombres en los que el desconfiado gobernador cree desde hace décadas. Uno que ha participado en diversos foros como su emisario económico ha sido el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni. En esa entidad ocupa el cargo de director el hombre de mayor confianza de Scioli en economía, Rafael Perelmiter, contador de la que fue la casa de electrodomésticos de su padre y ministro de Economía bonaerense y jefe de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), pero que prefirió recalar en un puesto de bajo perfil para cumplir mejor su rol de controlador de toda la administración.

También formarían parte de un equipo de Scioli el actual mandamás de ARBA, Iván Budassi, abogado con un master en Derecho en la London School of Economics, y el presidente del grupo Banco Provincia, Santiago Montoya, otro ex recaudador bonaerense conocido por ser el menos kirchnerista de los sciolistas. Perelmiter, Batakis y Marangoni nutren con su gente los equipos técnicos de la Fundación Dar, que preside José Scioli, el hermano del gobernador que tras el conflicto del campo de 2008 se fue un tiempo con Francisco de Narváez.

Alguna vez Miguel Peirano, ex ministro de Economía de Néstor Kirchner y ex asesor del candidato Sergio Massa, comentó que muchos postulantes carecen de un plan económico: “Primero quieren llegar y después ven”. Asesores de imagen han recomendado a Scioli y Macri que dejen de hablar de economía porque la cuestión está fuera de las principales prioridades de la población. El gobernador, ante las tensiones entre el modelo de Kicillof y el de Bein, dio el 9 de julio la primera señal de cambio: “El nombre del tiempo que se viene es gradualidad: gradualismo, ni un extremo ni otro para ir abordando las asignaturas pendientes”.

“Mi interpretación es que Scioli acaba de terminar un proceso de unificación del kirchnerismo y el PJ y ahora tendrá más libertad, deberá ser más pragmático por necesidad (electoral)”, observó el dueño de la consultora Elypsis, Eduardo Levy Yeyati. El también presidente del Centro de Implementación del Cippec tiene la particularidad de que da consejos a Scioli y a la vez ha participado en reuniones de la Fundación Pensar, que se define como la “usina de ideas del Pro” y que dirige el economista Miguel Braun, también director del Banco Ciudad.

“Yo atribuyo un 20% de probabilidades a que Scioli continúe con las políticas actuales, como el cepo cambiario, los controles a la importación”, planteó Levy Yeyati. “Hay 40% de probabilidades de que haga gradualismo, pero sin terapia de shock. Hay 30% de opciones de que Macri haga un gradualismo parecido al de Scioli y 10% de que aplique shocks porque hay gente en su equipo que le pide que acelere el tipo de cambio al inicio del mandato. No hay consenso en ninguno de los dos lados. Tendremos poca información”, pronostica el dueño de Elypsis.

El jefe de Gobierno porteño prometió modificar Ganancias y eliminar las retenciones. En 2014 promovió el pago a los fondos buitre: “Lo que corresponde para no seguir agravando las cosas, lo que hay que hacer es lo que propone Thomas Griesa, no hay otra alternativa. Si hay que pagar al contado, habrá que pagar al contado. Si regularizamos este tipo de situación y generamos confianza, estos números van a ser insignificantes”.

Sin embargo, uno de sus asesores económicos en ascenso, Rogelio Frigerio, que preside el Banco Ciudad y sonó como eventual candidato a vicepresidente, propone “negociar a cara de perro una quita” con los buitres. Frigerio, es nieto del fundador del desarrollismo.

El futuro cercano

Tanto Macri como Scioli necesitarán la aprobación del Congreso si quieren pagar a los buitres sin la misma quita que en 2005 y 2010. Levy Yeyati sostuvo que un arreglo resulta clave para atraer inversiones.

Otra polémica se libró a partir de la promesa de Macri de liberar rápido el cepo: “A partir del 11 de diciembre no hay más cepo cambiario. Van a sobrar dólares en la Argentina a partir de diciembre. Yo dejo flotar el tipo de cambio, pero lo vamos a tener que sostener porque van a venir tantos recursos que la moneda va a tender a apreciarse”. Es el optimismo que le insufla su diputado Federico Sturzenegger, doctor en Economía por el Massachussets Institute of Technology (MIT), secretario de Política Económica en los últimos nueve meses del gobierno de De la Rúa, cuando Domingo Cavallo era ministro de Economía. Pero al día siguiente de esas declaraciones de Macri, el quizá más antiguo economista del Pro, Carlos Melconian, lo corrigió: “Lo del 11 de diciembre es un título. Tampoco vamos a estar cuatro años para eliminar un cepo, ni cuatro años para reinsertarnos en el mundo. No se le escapó a Macri: él hace tiempo que dio la directiva de trabajar en esa dirección. ¿Vos te crees que diez meses antes vas a estar definiendo las medidas del 10 de diciembre a la noche con precisión? ¿Vos sabes lo que requiere cambiar un desorden de 12 años?”

Pese a la polémica interna que provocó, Melconian mantiene el respaldo de Macri y su asesor más fiel, el constructor Nicolás Caputo. El economista fue jefe del Departamento de Deuda Externa del BCRA en el gobierno de Raúl Alfonsín y asesoró a Menem en su campaña presidencial de 2003. Ahora Macri lo manda a recorridas por el conurbano a explicar la economía con su lenguaje callejero.

Melconian, Sturzenegger y Frigerio suenan como eventuales ministros o jefes del BCRA en un gobierno de Macri. Algunos correligionarios definen a Frigerio como menos optimista que Sturzenegger y más preocupado por las restricciones políticas que Melconian. Los tres participan de las reuniones semanales sobre el programa económico que se celebran en la Fundación Pensar. Sturzenegger destaca que han llegado a muchos consensos. En 2011, cuando Macri aún evaluaba si se postulaba a presidente, Melconian pensaba eliminar las barreras a la importación que protegían a sectores como el textil, porque creaba poco empleo y encarecía la ropa que pagaban todos los argentinos.

En 2015, los equipos de la Fundación Pensar anhelan una economía más abierta, pero calculan en qué medida una devaluación y “protecciones inteligentes” pueden resguardar industrias poco competitivas. “Este país es peronista y proteccionista y no se puede cambiar de un día para el otro”, dicen en el Pro. Marcelo Elizondo, que dirigió la Fundación ExportAr en los inicios del kirchnerismo como parte del equipo de Martín Redrado, es uno de los asesores en comercio exterior de la Fundación Pensar.

El paso a paso del Pro también se aplica ante el déficit fiscal. “Argentina no necesita ajustes”, acaba de decir Macri. Economistas rivales opinan que un gobierno del ex presidente de Boca haría recortes leves en todas las áreas y apostaría a financiar el rojo con emisión de deuda. ¿Haría lo mismo Scioli? En el kirchnerismo habrá más reparos para ajustes y endeudamientos brutales. Por lo pronto, los sciolistas no están tan apurados por liberar el cepo ni negociar con los holdouts, pero todo se pensará y resolverá a su tiempo. Primero, las elecciones.

En la Fundación Pensar debaten sobre si hay que ajustar, devaluar, cómo combatir la inflación o abrir la economía. Allí también participan Miguel Kiguel, consultor y ex subsecretario de Financiamiento de Menem; Hernán Lacunza, gerente general del Ciudad y ex integrante del equipo de Redrado en el kirchnerismo; el diputado Luciano Laspina, y el legislador porteño Jorge Triaca. Alfonso Prat-Gay, ex presidente del Banco Central de Duhalde y Kirchner que aún pertenece a la Coalición Cívica, dijo que le gustaría ser ministro de Macri.

Algunos economistas han sido consultados de forma puntual por la Fundación Pensar, que preside Francisco Cabrera, ministro de Desarrollo Económico porteño: Daniel Marx, secretario de Finanzas de De la Rúa, o Pablo Guidotti, secretario de Hacienda de Menem. En materia de energía participa Juan José Aranguren, ex presidente de Shell Argentina, y otros empresarios. El ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Edgardo Cenzon, mantiene contacto con ellos.

En el massismo han quedado tres economistas librando debates en foros y medios de comunicación: Marco Lavagna, de la consultora Ecolatina que fundó su padre; Ricardo Delgado, socio de la consultora Analytica y ex empleado de Ecolatina, y Aldo Pignanelli, ex presidente del BCRA en tiempos de Duhalde. Roberto Lavagna apoya a Massa desde un perfil político, pero nunca ha renegado de su buen vínculo con Scioli. Redrado, ex presidente del BCRA, ha rebajado su figuración en la campaña. Peirano dejó las huestes de Massa en desacuerdo con sus coqueteos con el Pro.

El rival de Massa en las primarias de Unidos por una Nueva Argentina (UNA), el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, ha nombrado como asesor económico de campaña a Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentina de Análisis Fiscal (Iaraf) y ex economista de la Fundación Mediterránea, cuna de Cavallo. Pero Argañaraz comparte el discurso de Massa a la hora de presentarse como alternativa entre el kirchnerismo y el “neoliberalismo de Macri”. Algunas de sus propuestas han generado ruido en el equipo del líder de Tigre.

Después están los economistas de otros candidatos. En la interna de Cambiemos, Macri enfrenta a Ernesto Sanz, que puso como postulante a vicepresidente a Lucas Llach, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, y manda a los debates a otro ex presidente del Central, Javier González Fraga. La otra aspirante de Cambiemos, Elisa Carrió, se hace aconsejar por Horacio Schreyer, asesor de la Auditoría General porteña y quizá el economista de discurso más abiertamente liberal de la oposición.

La candidata de Progresistas, Margarita Stolbizer, se encomienda a Roberto Mionis, representante por la oposición en un fideicomiso bonaerense. En lo que varios economistas coinciden es que el posicionarse cerca de candidatos ha llevado que más empresas los contraten para dar charlas privadas a su cúpula directiva sobre el incierto panorama económico.

Silvina Batakis

Ministra de Economía Bonaerense
Daniel Scioli la presentó recientemente como “la griega de las buenas que desendeudó la provincia”.Se proclama como responsable del superávit fiscal primario y de una política tributaria proproductiva y progresiva en la provincia.

Rogelio Frigerio

Presidente del Banco Ciudad
Nieto del fundador del desarrollismo, es uno de los economistas en ascenso en las filas de Pro.Sonó como eventual candidato a vicepresidente y propone “negociar a cara de perro una quita” con los buitres.

Marco Lavagna

Consultor en Ecolatina
Es quien lidera los debates en los foros y medios de comunicación por el massismo. Su padre, en tanto, apoya desde un rol político.Integra el equipo económico del Frente Renovador junto con Ricardo Delgado y Aldo Pignanelli.

Roberto Mionis

Figura en la liga de Margarita Stolbizer
Es el representante por la oposición en un fideicomiso bonaerense. Juega en el equipo de Progresistas.Stolbizer planteó en varias oportunidades sus diferencias respecto de las políticas económicas de los dos líderes en las encuestas.