Miguel Bein* Estados Unidos experimenta una crisis que está siendo combatida con inyecciones masivas de liquidez para estabilizar a los bancos y alejar el peligro sistémico. Creo que pueden esperarse tasas muy bajas por al menos un año o año y medio. Con esto también se conseguirá mantener depreciada la moneda. El objetivo es lograr que aumente la demanda de hipotecas. En concreto, que esa demanda se estabilice en términos de dólares. Para tener una idea de la magnitud del problema, en Estados Unidos el stock de hipotecas supera el 50 por ciento del PIB. Una deflación sobre esta masa de hipotecas generaría una insolvencia sistémica. Un fenómeno esperable es que la depreciación de la moneda baje el valor de las propiedades en términos internacionales, lo que junto a tasas más bajas que las existentes, por ejemplo, en la zona del euro, provocará un ingreso de capitales del resto del mundo. En este sentido, la salida de la crisis será muy distinta de la salida, por ejemplo, de Japón, que no era una economía abierta al mercado de capitales. En 1994, Japón no podía esperar interés por la compra de propiedades del resto del mundo en Kioto. Esta es la diferencia entre una economía abierta por excelencia y una cerrada. Las previsiones son, por un lado, que la FED no dejará que haya caídas de bancos que impliquen un riesgo sistémico, aunque puede esperarse que caigan algunas instituciones pequeñas y fondos de inversión. Por otro puede esperarse, con altibajos amplificados por los mercados, una caída del dólar en relación con otras monedas. *Consultor. Director de Estudio Bein & Asoc. |