El economista del mes: “A fin de 2011 se acaba el colchón cambiario”
En la tradicional entrega de El Economista del Mes, el análisis del panorama del segundo semestre estuvo a cargo de Marina Dal Poggetto. La directora de la consultora Bein y Asociados cree que están dadas las condiciones para que la economía crezca fuerte este año y el que viene sin una espiralización de la inflación. Sin embargo, advierte sobre la inconsistencia temporal que representa esta maximización del crecimiento de corto plazo con la utilización del ancla cambiaria y tarifaria para contener la tasa de inflación que se ubica por encima del 20 por ciento.
1 ¿Cómo ve el panorama económico para lo que resta del año?
La economía va a seguir creciendo fuerte, impulsada por políticas -fiscal y de ingresos- muy expansivas, y convalidadas a partir de julio por una reversión de la salida de capitales. Obviamente, en términos interanuales, las variaciones del segundo semestre serán menores que las del primero, particularmente que las del segundo trimestre, que fueron beneficiadas por la comparación contra el piso de la crisis y el salto en la cosecha de soja y maíz que aportó más de 4 puntos porcentuales entre abril y junio. Nuestra proyección de crecimiento para el año en curso se ubica en torno al 8% y al 5% en 2011, cuando, a medida que se acerquen las elecciones, la política va a seguir siendo muy expansiva, y, en todo caso, el interrogante estará puesto en el signo de la cuenta capital, dependiendo en gran medida de las opciones que se avizoren entonces para la próxima gestión.
2 ¿Cómo evolucionará el tipo de cambio de cara al cierre de 2010?
Con superávit externo y muchas reservas en el Banco Central, el tipo de cambio lo define la política. Nadie decide subir el tipo de cambio en un año electoral, sobre todo cuando la política cambiaria y la política tarifaria son las únicas dos anclas antiinflacionarias en un contexto donde la puja distributiva corre muy rápido. Proyectamos un dólar a $ 3,99 para fines de 2010 y $ 4,20 para las elecciones. Esto plantea una clara inconsistencia temporal, ya que la contrapartida de esta situación es un achicamiento del colchón cambiario con una inflación que corre mucho más rápido que la tasa de devaluación. Pero en todo caso, eso está visto desde la política como un problema que deberá resolver quien tome las riendas a fines de 2011.
3 Con una demanda tan sobreestimulada, ¿se puede esperar que la inflación abandone niveles tan altos?
La inflación se va a mantener alta, pero no se va a espiralizar. Ancla cambiaria y tarifaria mediante, nuestra proyección de inflación para el año se ubica en torno al 22%. Pero de esta inflación hay al menos 3 puntos que tienen que ver con la duplicación del precio mayorista de la carne. Es decir, excluida esta última, nuestra estimación del IPC elaborado por el Estudio pasa del 15,5% con la recesión en 2009 al 19% en 2010 y probablemente al 24/25% el que viene. La aceleración de la puja distributiva, explicada en gran medida por la falta de estadísticas creíbles y la ausencia de la «política» en la negociación de la pauta salarial -como venía ocurriendo hasta 2009-, tiene impacto directo sobre el 30% del índice que son los servicios no regulados. Mientras los precios de los bienes y los servicios regulados (un 60% y un 10% respectivamente) son los que en el corto plazo están manejados por el tipo de cambio y las tarifas.
4 ¿Cómo queda el programa financiero del Tesoro?
Según nuestras estimaciones, utilizando todos los colchones -ANSES, BCRA, etc.-, faltan sólo 5.000 millones de dólares para cerrar la brecha financiera hasta fines de 2011. De los compromisos estipulados, 2.000 millones de dólares corresponden al pago del Cupón PBI que vence recién el 15 de diciembre, por lo cual tiene que pagarlos la siguiente gestión. Esta holgura financiera y la posibilidad cierta de colocar algún bono en el mercado es lo que empezó a percibir el mercado, y, en conjunto con la baja del riesgo sistémico en torno al euro, explica la reversión de la salida de capitales y el rally de los títulos públicos observado.
5 ¿El proyecto que establece el 82% móvil para los jubilados es viable desde el punto de vista financiero?
Nadie puede oponerse a un aumento a los jubilados. Ahora bien, desde el punto de vista estrictamente presupuestario, el aumento propuesto se monta sobre una trayectoria del gasto público que crece al 30% y que, además, se monta sobre un nivel que, en relación con el PBI, se ubica 10 puntos porcentuales por encima del de la década pasada y cuya definición prácticamente no pasó por el Congreso. En relación con el esquema previsional, la política eligió pasar de un sistema «contributivo» con problemas, a uno «solidario» que incorporó un 40% más de jubilados, licuando los haberes más altos. Avanzar en el 82% móvil y recomponer los haberes a partir del caso Badaro implica aumentar el gasto en jubilaciones 3 puntos porcentuales más del PBI. Evidentemente, en algún momento opera la restricción presupuestaria, y utilizar el flujo del Fondo de la ANSES como mecanismo de fondeo con una inflación en torno al 20 por ciento anual reduce su poder adquisitivo a la mitad en sólo 5 años.
6 ¿Cuál va a ser la situación económica que heredará la siguiente administración?
El próximo Gobierno va a recibir una economía sin colchón cambiario, con tarifas atrasadas y un nivel de gasto público y privado muy elevados en cualquier comparación histórica. A menos que el mundo vuelva a sorprender con un nuevo salto en los términos del intercambio, que vale recordar hoy son un 30% más altos que el promedio de los 90, va a haber que tomar decisiones respecto de cómo se sigue. Las alternativas van a ser dos: o bien devaluar -como mecanismo para licuar el exceso de gasto público y privado-, o bien abrir el crédito internacional que permita financiar los niveles de consumo vigentes entonces.
7 ¿El mundo está saliendo de la crisis con una curva en forma de V, U o W?
La salida de la recesión se está dando en forma de U. Creemos que lo que estamos viendo es un alargamiento de la base de la U a partir del impacto sobre la actividad y el empleo generado por la agudización del riesgo sistémico en torno al euro durante mayo. Hoy, el análisis está muy dividido entre los que piensan que puede haber una doble caída en el nivel de actividad y entre los que pensamos que es una recuperación lenta, pero que continúa. Lo que estamos viendo ahora es una corrección de mercado, pero sin riesgo sistémico. El problema es que la recuperación requiere aumentar los niveles de consumo y, al mismo tiempo, disminuir el nivel de crédito y aumentar el ahorro, lo cual se logra subiendo los ingresos o el empleo. Por eso, «la variable» a atender es la evolución del empleo en Estados Unidos, que viene muy lenta.