El canje de deuda finalizó con una aceptación del 66%, por debajo de las expectativas iniciales, pero por encima de los anuncios del Gobierno de unas semanas atrás que hablaban de un máximo del 60%. Con este resultado el 92,4% de la deuda en el mercado que entró en default a fines de 2001 quedaría reestructurada. Si bien este era un paso necesario para avanzar en la normalización financiera del país, no alcanza para que Argentina acceda al crédito a tasas de un dígito, uno de los planteos originales de la propuesta del canje.Hoy el Global 17, emitido con legislación internacional en la primera fase del canje, rinde 12%, bien por encima del 5,4% y 4,8% que rinden respectivamente bonos similares en Brasil o en Uruguay. Y sin la colocación de los US$1.000 millones acordados con los Bancos al presentar la oferta, el resultado financiero del canje se limita a una suba de US$520 millones en las necesidades de financiamiento de 2010 y U$S860 millones en las de 2011. En términos de stock de deuda, el reconocimiento de la deuda en default significa US$8.200 millones que llevan el ratio deuda a PIB a 52,4%. En parte, el hecho de que las tasas de interés se mantengan por encima del dígito se explica por el aumento en la volatilidad internacional originada en Europa que impactó sobre los precios de los activos locales. Pero otra parte no menor, se origina en los manejos propios de la política económica, entre otros el del CER y la utilización de cajas alternativas –el ANSES y el BCRA principalmente- para seguir financiando al sector público en un contexto sin crédito y con una política fiscal sistemáticamente expansiva desde 2007, no importa el momento del ciclo de la economía. Cabe recordar que a principios de 2007 cuando recién se iniciaba la intervención en el INDEC y antes de que se acelerara la reducción del superávit fiscal, el riesgo país argentino era similar al de Brasil, hoy es 540 puntos básicos más alto.Ahora bien, la contrapartida de este tránsito sin crédito ha sido un fuerte proceso de desendeudamiento. La deuda neta de agencias intra sector público luego del canje se ubicaría en torno a 27% del PIB y se reduce a 22% del PIB cuando se excluye además a la deuda con organismos internacionales. A esto se suma la reducida carga de vencimientos de la deuda en los próximos meses y la posibilidad de armar escenarios financieros sin crisis, aún en un contexto sin crédito, recurriendo a cajas locales. Según nuestras estimaciones, usando al máximo los recursos del BCRA disponibles hoy (utilidades, adelantos transitorios y los dos fondos para el desendeudamiento) y parte de la liquidez del ANSES -además del flujo-, el programa financiero para el 2010 está cerrado y restan por financiar sólo US$4.500 millones de dólares el próximo año (de los cuales US$2.000 millones debe afrontarlos quien asuma en diciembre de 2011). En un mundo de tasas bajas y con estos fundamentos, la Argentina puede recuperar el crédito y limitar el uso del BCRA como fuente de financiamiento. El canje era un paso necesario, pero hacen falta además otras señales.* Economista y Directora del Estudio Bein & Asociados. |