Aumento de jubilaciones y sustentabilidad del sistema previsional

Finalmente, en cómodas cuotas y a diez días de las elecciones primarias, la Presidenta anuncio el 82% móvil al llevar la jubilación mínima a partir de septiembre a $1.434. Así, el aumento de 16,8%, implícito en la ley de movilidad jubilatoria votada por el Congreso, fue vuelto a capitalizar por el Ejecutivo en plena carrera electoral. Esto implica un ritmo de aumento anual de 37% cuando se monta sobre el otorgado en marzo, y conlleva un impacto sobre nada menos que el 30% del total del Gasto Publico de la Nación. La suba del salario mínimo que está en plena negociación en estos días volverá a correr la cancha en un cuento de nunca acabar, enmarcada en medio de una puja distributiva que no se modera, en una economía donde la nominalidad se ubica en torno al 30% en agregados monetarios, PIB corriente, salarios y gasto público. Hoy la cobertura del sistema previsional se ubica por encima del 90%, convirtiendo a la Argentina en el país con la mayor tasa de inclusión de Latinoamérica. Sin embargo, y aun cuando el hecho es indudablemente positivo, mantener dichos niveles no parece sostenible en el tiempo. Cabe recordar que se llegó a ellos a partir de la moratoria previsional que englobó a quienes cumplieron la edad para jubilarse después de 2004, y del programa de jubilación anticipada. Esto es, se trató de un impacto de una vez, más que de un proceso de inclusión sostenido.El achatamiento en las escalas previsionales producto de los aumentos selectivos registrados hasta la implementación de la movilidad jubilatoria en 2008 sobre la escala mas baja, genera además un gran numero de juicios contra la ANSES por parte de quienes aportaron al sistema y vieron sus ingresos licuarse frente a la inflación. Esto mientras quienes se incorporaron a la moratoria ven licuarse las cuotas fijas que se descuentan de sus haberes, recibiendo en los hechos aumentos proporcionalmente mayores.Si bien la ANSES sigue siendo superavitaria ($17.600 millones en los doce meses previos a junio), este saldo se reduce casi 45% cuando se netéa de las rentas generadas por el Fondo de Garantía de sustentabilidad de la seguridad social que son incorporadas como ingresos para calcular este resultado. Pero además, cuando se tiene en cuenta que más de un tercio de sus ingresos están originados en rentas generales, incluyendo dentro de estas el 15% de la coparticipación federal de impuestos que las provincias cedieron a la Nación al momento de transferir o no sus cajas previsionales. Si sólo se consideran los aportes y contribuciones específicos del sistema previsional, el superávit de la ANSES se convierte en un déficit de casi $30.000 millones.A marzo de este año, último dato disponible, el FGS ascendía a $182.461 millones, presentando un aumento de poco más de 85% desde el traspaso de la cartera de las AFJP en diciembre de 2008. Cabe destacar que casi dos tercios de dicho crecimiento correspondió a la fuerte recuperación en el precio de los títulos públicos y las acciones en cartera del Fondo, que fueron traspasados en medio del pánico global tras la caída de Lehman Brothers en el cuarto trimestre de 2008, cuando las cotizaciones de los activos locales se ubicaban en sus mínimos desde el default de 2001.Si bien la coyuntura da pie para seguir realizando anuncios que reditúen en términos electorales (y aun cuando nadie puede oponerse a una mejora en el poder adquisitivo de los jubilados), en algún momento, más temprano que tarde, habrá que tomar decisiones de fondo respecto al esquema previsional que queremos. La restricción presupuestaria, en un esquema donde la relación entre activos y pasivos se ubica apenas arriba de 1, va en definitiva a determinar cuándo. *Directora y Analista de Estudio Bein & Asociados