Una vez más, la semana comenzó con amenaza de riesgo sistémico en la zona euro. Luego de Grecia e Irlanda, esta vez el turno de la corrida del mercado fueron los bonos soberanos de Portugal. Economía que sin incurrir en el pecado capital helénico (endeudamiento público) ni en la “exhuberancia irracional” irlandesa (boom inmobiliario/financiero), sí exhibe un déficit de competitividad en un escenario de crecimiento débil y frugalidad fiscal. Sin embargo, y a diferencia de los dos episodios anteriores, esta vez algo cambió en la cópula del Banco Central Europeo (BCE). En oposición a la falta de coordinación, contradicción y lentitud en la capacidad de reacción, ahora el BCE demostró que se puede aprender de los errores y, siguiendo el manual de emergencias de Ben Bernanke (presidente del Banco Central de EE.UU), ante la primera señal de nerviosismo salió al cruce. La herramienta por excelencia: la compra de los papeles de deuda de Portugal (se calcula que adquirió entre €1.000 y €1.500 millones). Al mismo tiempo, Alemania ya no descarta una eventual ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) en pos de asegurar el cierre de la brecha financiera en el corto plazo. ¿Y la reacción del mercado?Los números hablan por sí solos. Portugal colocó €1.250 millones a tres y nueve años, oferta que fue sobre-suscripta (la demanda del mercado fue mayor que la oferta), con una tasa de corte de 6,716% (en la deuda a nueve años), todavía por debajo del límite psicológico del 7%.Pero el optimismo no terminó ahí. Los países de la zona euro considerados “too big to fall” (demasiado grande para caer) pudieron colocar deuda, aunque a una tasa mayor a la de noviembre: España, €3.000 millones a cinco años al 4,542%, e Italia, €6.000 millones a cinco años y once años (al 5,06%).El optimismo del mercado de bonos se transformó en euforia del mercado de acciones: Madrid cerró el miércoles en +5,42%, Milán en +3,82% y París en +2,15%.Evidentemente, los buenos reflejos del BCE inyectando la liquidez necesaria en episodios de ruido sistémico, calmaron la ansiedad de los mercados.Entonces…¿Resuelta la crisis?No hay que apresurarse. En el largo plazo, la falla estructural de competitividad en una coyuntura de crecimiento anémico, austeridad fiscal e inviabilidad para devaluar la moneda, depara un camino sinuoso para las economías del “Club Med” (Grecia, Portugal, España, países mediterráneos) e Irlanda en los próximos tres años.Mientras tanto, no se descarta una resolución a la irlandesa/griega (con un salvataje a Portugal en torno a los €50.000 y €100.000 millones) para minimizar el efecto contagio sobre España, con una ampliación del fondo del FEFE para asegurar, junto al programa de recompra de deuda soberana (hoy en €136.300 millones vs €43.000 millones en marzo) y la asistencia de liquidez del BCE, la resolución de la crisis de liquidez y el cierre de la brecha financiera hasta el 2013. *Analista de Estudio Bein & Asociados. |