Las claves para equilibrar el mercado cambiario, post cepo

Tal cual se había anunciado en la jornada de ayer, el BCRA y la AFIP publicaron la normativa tendiente a la unificación del mercado de cambios, con un tipo de cambio de referencia que se ubicó al cierre en a $13.76, aunque con escasos volúmenes operados mientras muchos bancos y entidades limitaron las operaciones mientras readecuaban sus sistemas a la nueva normativa. 

Esto ocurre luego de la licitación de Lebac del martes, en la previa de la corrección cambiaria, donde, luego de la eliminación del esquema de tasas predefinidas en el tramo corto de la curva, el BCRA convalidó una curva de tasas ligeramente decreciente, entre 38% a 35 días y 35% a 252 días.

La mayor parte de las ofertas aceptadas se concentró en el tramo corto, mientras que el grueso de las posturas en las posiciones medias y largas fueron rechazadas, con un BCRA que buscó ubicar a la curva en backwardation (i.e. pendiente negativa) intentando dar al mercado la señal de un sendero decreciente de tasas de interés. No obstante, la incertidumbre en torno al tipo de cambio de overshooting (al momento de la licitación) y la falta de precisiones sobre los mecanismos de recomposición de la liquidez del BCRA (también en ese momento), llevaron a las entidades oferentes a priorizar la colocación en el tramo corto y a exigir un mayor nivel de tasa para plazos mayores que los que estaba dispuesto a convalidar el organismo monetario. 

Desde el punto de vista financiero, el éxito de la corrección requiere encontrar un equilibrio de dólar y tasa de interés de pesos que resulte “creíble” para que los agentes decidan alocar sus activos en moneda local y así estabilizar la demanda de dinero. Dicho de otro modo, el BCRA debería tender a ubicar la tasa de devaluación y los tipos de interés que remuneran el ahorro en pesos en un sendero decreciente luego del overshooting inicial intentando al mismo tiempo sostener la tasa de interés en niveles reales positivos en el margen y la tasa de devaluación “promedio” en el mediano plazo en línea con la dinámica del nivel general de precios, aunque posiblemente algo por debajo en los meses inmediatamente posteriores a la corrección. Algo de esto intento en la última licitación el BCRA, aunque con un éxito limitado en un contexto donde todavía se sostenían los controles cambiarios y no había mayor información sobre el nuevo precio del dólar oficial.

En el primer día sin controles cambiarios ni regulaciones vinculadas a las tasas de interés, además de los escasos volúmenes operados en el MULC, tampoco reaccionaron mayormente las tasas de plazos fijos, que son las que definen en buena medida el costo de oportunidad en el trade off dólar-tasa para ahorristas y empresas, ni hubo operaciones en el Rofex. En este sentido, restará evaluar la dinámica del mercado cambiario y monetario en los próximos días, ya con los sistemas ajustados y los volúmenes de operación normalizados, que darían lugar a información algo más representativa. Junto al dólar y la tasa de pesos, la expectativa de recomposición de las reservas del BCRA completa las tres coordenadas que determinarán el equilibrio del mercado monetario en el corto plazo. En este sentido, el refuerzo de reservas anunciado por el Ministro de Hacienda vía la liquidación de divisas de las cerealeras (US$400 millones diarios en las próximas semanas), el repo de los bancos garantizado por activos del BCRA y la conversión a dólares de los yuanes del swap con China (algo que en rigor ya estaba disponible, y que sería por US$3.100 millones), ayudan a moderar las expectativas de devaluación luego de la corrección cambiaria, en un contexto donde la tasa de interés de pesos fijará el piso de la demanda de dinero.

En el mediano plazo, la prioridad deberá apuntar a acotar tanto la dominancia fiscal de la política monetaria, como mecanismo para moderar la presión sobre el mercado cambiario de la emisión de pesos para financiar al Tesoro, como el propio déficit fiscal, si se pretende seguir convergiendo hacia tasas de interés más bajas en los mercados internacionales y moderar el aumento del ratio de la deuda a PIB.