Los dos expertos hablan sobre los aciertos y desaciertos en materia de política económica, cómo se perfila el primer blanqueo de la gestión Macri, y las expectativas de crecimiento de cara a un año electoral.
¿Quién es quién?
Marina Dal Poggetto
Es Licenciada en Economía (UBA) y Magister en Políticas Públicas (Universidad Torcuato Di Tella). Actualmente se desempeña como directora Ejecutiva en Estudio Bein y Asociados. Antes de ingresar al ámbito privado, fue subgerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central de la República Argentina y jefa de asesores de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía.
Fausto Spotorno
Trabajó como economista Jefe en varias consultoras hasta que se integró a Orlando J. Ferreres y Asociados, donde se desempeña como director del Centro de Estudios Económicos, abocado a las áreas de research económico y financiero de la consultora. Además, es Profesor de Política Económica y Economía Argentina en la UCA. ¿Cambió algo en el segundo semestre?
MDP: Se ve una moderación en el ritmo de aumento de los precios. En parte porque el dólar está casi anclado con la tasa de interés tan alta y la oferta de dólares de la deuda, y en parte porque los aumentos tarifarios se frenaron y, de hecho, están en discusión los que fueron. Desde el lado de la actividad económica, por ahora no se venada. La verdad es que si bien por el lado fiscal y de los ingresos, la política está intentando amortiguar parte de los costos del intento de cambiar precios relativos y cambiar la distribución del ingreso para favorecerla inversión, desde el lado monetario no están acompañando. Es heterodoxia fiscal con ortodoxia monetaria.
FS: No, en realidad lo que ha pasado es que los resultados que estábamos esperando de la economía se han retardado. Lo que se pensaba que se iba a dar a finales del primer semestre (y algunas cosas que todavía no se resolvieron, como el tema tarifas) se terminó dando en medio del tercer trimestre, entonces se retrasó todo un poco. Y después hubo factores externos que ayudaron a retrasar: el tema de la crisis en Brasil, muchas lluvias que afectaron la cosecha y al sector de la construcción, y todo lo que se refiere a lo de la obra pública, que está tardando mucho en aparecer. Con lo cual, lo que estamos teniendo es un segundo semestre retrasado.
¿La suba de las tarifas podría haber sido más gradual?
MDP: Era evidente que había una distorsión, así que había que corregir. Más que la discusión sobre gradualidad o shock, creo que hay que discutir el esquema de aumento tarifario. En lo que tiene que ver con la tarifa de gas, creemos que el aumento tuvo hasta una forma exagerada. En ningún caso fue mayor al 400por ciento pero las facturas llegaron con aumentos arriba del1000%, y eso fue un poco de mala suerte y un poco de mala implementación. Al aumento en la tarifa se le sumó el aumento del consumo (este fue un invierno muy frío), el salto en las escalas, y el hecho de que, como el año pasado fue más cálido, muchos pagaron tarifa con bonificación. Eso creo que fue lo que terminó generando el conflicto.
FS: Era una mala noticia que había que dar, y las malas noticias no hay forma de que caigan bien. En energía hay que ajustar10 veces lo que se pagaba el año pasado, y en dólares. Entonces, si lo querés hacer en cuatro años, ¿cómo lo hacés más gradual que 400% la primera vez? El atraso es muy importante, creo que no había mucho espacio para hacerlo más gradual, sí las formas. Por ahí, las cuentas se podrían haber subdividido, por lo menos por este año: en vez de pagar cada bimestre, que se pague por mes, entonces uno ya viene midiendo. Otra opción era, obviamente, hacer audiencias públicas porque era esperable que esto generara problemas.
¿Qué expectativas hay para el blanqueo de capitales?
MDP: La novedad es que este el primer blanqueo, de todos lo que hubo en la Argentina, auspiciado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Con lo cual, esta situación sumada a los cruces de información que empezarían a haber con algunos países, genera una demanda por blanqueo muy alta. El blanqueo va a ser exitoso. Es difícil poner un número, lo que queda claro es que va ser grande. Hay números de todo tipo y color, pero –teniendo en cuenta que hay más de u$s200 mil millones de activos de los argentinos en el exterior–, Miguel Bein habla de u$s 60 mil millones.
FS: Creo que, en general, el blanqueo va a ser bastante bueno. Y para el Gobierno es muy importante, sobre todo para ir resolviendo el financiamiento del fisco. Teniendo en cuenta que, probablemente, un blanqueo exitoso logre financiar buena parte de las necesidades fiscales del año que viene. Estamos viendo un programa fiscal muy gradual, el tema es cómo financian este déficit mientras tanto, mientras ordenan el resto. Bueno, para financiar eso el blanqueo podría ser una opción, en especial, siendo que el año que viene es un año electoral. Yo creo que “exitoso” sería un blanqueo por arriba de u$s 20 mil millones, y eso es perfectamente posible.
¿La mejor medida económica hasta ahora?
MDP: Yo creo que es la apertura de la cuenta capital. El Gobierno recibió la economía con un montón de distorsiones (atraso cambiario, tarifario, alza inflacionaria, brecha fiscal, brecha externa) y con un activo que era baja deuda, en un mundo donde las tasas de interés son muy bajas y tenías un problema, básicamente, que era que estabas en default, por la traba que te estaba generando el tema holdouts. Bueno, creo que ahí la gestión fue un volver al mundo financiero y en lo que tiene que ver con las relaciones internacionales. Creo que esa agenda está bien manejada.
FS: La salida del cepo, el acuerdo con los holdouts y la política monetaria. Es difícil hacer una política monetaria antiinflacionaria como la que está haciendo el Banco Central en un ambiente donde hay que corregir tarifas, tipo de cambio… Ya empezamos con cepo cambiario y ese cepo implicaba una demanda artificial de dinero. La gente estaba apretada en el peso, entonces cuando salías del cepo obviamente ibas a tener una caída en la demanda de dinero. Y encima los futuros que había que emitir para pagar los futuros en dólar. Entonces el ambiente fue siempre muy complicado, pero creo que el Banco Central se ha manejado muy bien en ese sentido.
¿La peor?
MDP: Más que la peor medida, para mí lo que hubo fue un error de diagnóstico respecto al impacto que el cambio en los precios relativos tenía sobre la economía: el pensar que los precios ya estaban fijados a$15, por lo cual una devaluación no iba a generar impacto sobre la inflación. Y lo mismo con las tarifas, de hecho, se llegó a argumentar que el aumento tarifario era deflacionario porque corregía los subsidios. No tener en cuenta el impacto que el tipo de cambio generaba sobre la carga de subsidios en el Presupuesto. Me parece que, si uno tiene que decirlo de alguna forma, lo que hubo fue un análisis de cada uno de los problemas en forma independiente y soluciones particulares para problemas que estaban entrecruzados.
FS: Yo creo que lo peor es la parte fiscal. El déficit es mucho y está tardando en reducirse. El Gobierno parece haber atacado el tema fiscal como un tema de mejoramiento de lo que hay, hacer más eficiente al Estado. Por ahí tienen razón ellos, pero me parece dudoso. No hay una política concreta para atacar el déficit fiscal.
¿Cómo influye la situación internacional en la recuperación económica?
MDP: La verdad, es la primera recesión de la economía argentina que no está generada por una fuga de capitales. Y en simultáneo con un aumento de los bonos, es atípico. Es una recesión generada por el intento de cambiar la agenda: este Gobierno, de arranque, intentó recomponer la dinámica de los precios relativos, o sea, cambiarla distribución del ingreso en favor de la inversión, subiendo el dólar y las tarifas por encima de los salarios, eso impacta en una caída del consumo y genera señales a la inversión. En el contexto internacional, hay un mundo desarrollado que crece poco, con un comercio que crece poco, y la contracara de esa situación es que la tasa de interés es muy baja. Lo que tenés es financiamiento disponible, que es lo que está empezando a aprovechar el Gobierno. Hay un escenario de enorme liquidez, donde sobra ahorro en el mundo y faltan proyectos de inversión. Brasil no está ayudando pero, probablemente, haya alguna mejora en la demanda de productos industriales el año que viene. Partiendo de niveles muy bajos igual.
FS: El mundo no está ayudando mucho: está el Brexit, Trump… Es un mundo que no está creciendo y que tiene muchas dificultades para ordenarse. Lo único que está ayudando un poco son las bajas tasas y las commodities que no caen. Por ejemplo, la soja no ha sido tan afectada. Pero la verdad es que los programas locales son mucho más importantes que lo que pueda venir de afuera. Obviamente, con Brasil creciendo sería mejor.
¿Cambiemos terminó haciendo un “kirchnerismo blando”?
MDP: Yo no lo compararía con el kirchnerismo. Sí, desde el lado fiscal, cuesta encontrar cuál es el mecanismo para reducir el déficit. Agregaron un punto tendencial de aumento en el gasto previsional recomponiéndole los haberes a los jubilados; lo cual es loable, pero era una deuda contingente que estaba judicializada en el 10% de los casos y ahora es permanente. En un país que tiene una presión impositiva muy alta, y promesas de reducción fiscal (para el año que viene anunciaron un 5% de rebaja en la soja y un cambio en el esquema del impuesto a las ganancias). Y si, además, intentan seguir cumpliendo con el objetivo de bajar la inflación a la zona de 12% ó 17%, la verdad es que hay una incertidumbre sobre por dónde va a venir la corrección fiscal.
FS: Sí y no. Creo que el Gobierno está normalizando la economía, pero no ha hecho cambios de fondo. Sacó el cepo, eliminó las retenciones y parte del financiamiento del Estado que perjudicaba mucho al agro ya otros sectores exportadores. En ese sentido, hubo cambios reales. Pero en lo que se trata de materias fiscales todavía no hubo mucho. Entonces, no es que hubo un kirchnerismo blando, pero sí que el cambio es gradual. En el kirchnerismo el objetivo de la economía era diferente: era sostener un movimiento político.
¿Es posible un crecimiento del 3,5% para el año que viene?
MDP: Nosotros tenemos un número más alto. Nuestras previsiones para el próximo año son: 27% (es un número para empezar a manejar las paritarias del año que viene);17% (el aumento del tipo de cambio, hasta las elecciones por lo menos); 23% (la inflación, es una combinación de dólar y salarios, en un contexto de poco aumento tarifario, dado el año electoral); 3%(de aumento en el consumo); 10% (el crecimiento de la inversión, dentro del cual la obra pública subiría el 15%); y 5% (el crecimiento de la economía para el año que viene, por el aumento del consumo y de la inversión). Ahora, ese escenario requiere que la agenda del Gobierno no sea contrarrestada por una ortodoxia monetaria.
FS: Sí, es muy probable. Nosotros estamos en 3,7%. Si la economía se empieza a recuperar en el último trimestre, por el agro y la construcción, entonces probablemente se termine este año con la economía subiendo y eso va a generar un arrastre estadístico positivo. Ya después, se puede ir empalmando con la cosecha gruesa del año que viene, que va a ser mejor, y sobretodo más diversa. Con lo cual, se va a empezar a empalmar un sector arriba del otro. El salario también va a ser mejoren 2017, simplemente porque cuando tengan que sentarse a negociar paritarias van a estar hablando de una inflación del orden del 30% o todavía más baja. Es muy probable que el salario le gane a la inflación el año que viene.