“La tasa de interés con dólar quieto es un disuasivo enorme a la acumulación de inventarios y eso afecta a la cadena de la actividad económica”. Así lo afirmó el economista Miguel Bein, quien consideró que la actividad crecerá un 3,4% este año, acompañada por una reactivación del consumo y por la inversión en obra pública. Destacó además que el Gobierno debería haber puesto metas de inflación menos exigentes debido a la “inflación de costos”, que fue generada por los distintos aumentos de tarifas.
Periodista: Bajaron las proyecciones. ¿Por qué?
Miguel Bein: Estamos ahora con una proyección del 3,4%, pero la bajamos del 4,2%, en función de cómo estamos viendo la evolución de la política de ingresos. Al principio teníamos proyectado un aumento del 27% en el índice de los salarios, pero en los últimos dos meses vimos que esa nominalidad va a ser más baja, de modo que el consumo va a crecer un poco menos.
P: No atenta contra el consumo las tasas aún muy altas.
M. B.: Es verdad. Uno diría que con estas tasas el crédito al consumo tiene que estar afectado. En realidad, las tasas atentan contra la actividad económica distinto en la Argentina. Hoy los stocks de las empresas son venenosos; no hay empresa que quiera aumentar los stocks. Con el tipo de cambio estable en pesos, el que pueda postergar una compra la va a hacer porque van a prevalecer los mismos precios el mes que viene. Y en el interín compra Lebac y le deja casi un 2% mensual. La tasa de interés con dólar quieto es un disuasivo enorme a la acumulación de inventarios y eso afecta, mientras dure este proceso, a la cadena de la actividad económica.
P: Muchos sostienen que el error del Banco Central fue haber puesto metas de inflación en medio del ajuste de precios relativos importante en la Argentina.
M. B.: Podría haber puesto metas más altas, porque además de la inflación de demanda, que es a la que se dirige la política monetaria, hay inflación de costos. A lo mejor lo que al BCRA le faltó en su momento es haber diferenciado lo que es inflación macroeconómica, típicamente la inflación de demanda, que uno puede atacar con la tasa de interés y la política monetaria, y por otro lado, lo que es inflación de costos.
P: ¿No ve que el efecto de las tasas alta te acelera el ingreso de dólares financieros para colocarse a Lebac y que acentúa la apreciación real?
M.B.: No son las tasas altas, Es el dólar quieto. Si el dólar sigue quieto y la tasa del corredor de pases, en vez de estar en 24,75% estuviera en 21%, igual te seguirían tapando de dólares porque el rendimiento que miran los que ingresan divisas es en dólares. Al mantenerse quieto, el “carry” queda asegurado con una tasa del 24% o del 21%. El problema que hay es que el dólar quieto es consecuencia del financiamiento del déficit fiscal. Una vez que el déficit no se financia monetariamente, sino con deuda y esta se toma de Nueva York, después el Tesoro tiene que gastar acá en pesos.
P: ¿No hay una sensación de que sobra tasa?
M. B.: Lo dije todo el año pasado. Que la tasa de interés baje dos puntos con el dólar quieto no genera una aceleración del consumo ni generaría una aceleración en la recomposición de inventarios de inventarios de las empresas.
P: Financieramente, entonces, habrá otro año de carry-trade.
M. B.: Sí, porque además estará acelerado, por lo menos hasta julio, por si las “Trump moscas”. Me imagino que ahora, con la cosecha del maíz que acaba de empezar en la zona núcleo, y con la cosecha de soja, que comienza en diez días, asegura una corriente excedente de dólares en los próximos tres meses muy grande. Además, a partir del 31 de marzo se empezarán a liberar u$s7.200 millones que están en los bancos encajados por la primera etapa del blanqueo en efectivo. La oferta de dólares, estacionalmente, diría en abril y mayo, va a ser realmente muy fuerte.
P: No hay ni temor a un clásico en Argentina… ¿Qué pasa con el dólar después de las elecciones?
M. B.: Los futuros todavía no reflejan mucho, pero el tema del dólar es un clásico argentino. Todos saben que en un año electoral el dólar se plancha. El Banco Central ya compró u$s3.300 millones desde principios de año, pero la oferta es mayor. Podría comprar un poco más y el tipo de cambio estaría un poco más sostenido. Pero si estás con un plan de metas de inflación donde querés acercarte a tu meta, el tipo de cambio quieto te ayuda. No es lo mejor para la economía, pero te ayuda.
P: ¿Las metas fiscales del Gobierno son creíbles?
M. B.: Sí. Además, el Gobierno tiene algunos resortes para eventualmente cumplirla si tiene algún problema. La del año que viene no va a ser sencilla. Va a depender también si la recomposición de tarifas puede seguir adelante porque ahí es donde está fuertemente la capacidad para bajar gasto. En el gasto en subsidios todavía se pueden bajar más de dos puntos. El mercado sabe que la de este año es cumplible. En parte por blanqueo, porque entró recaudación de impuestos a partir de ahí y en parte porque el año pasado el Gobierno pagó la deuda, pagó una enorme cantidad de deuda flotante y ahí siempre hay un colchón.
P: ¿La economía va a tener un rol importante en octubre en la fecha de las elecciones?
M. B.: Siempre la economía tiene un rol importante. Pero vamos a ver si el consumo a partir de abril y mayo pega un salto. Debería pegar un salto porque los jubilados están recibiendo su aumento del 13%. Quizás sea insuficiente, pero es un aumento en el dinero de bolsillo para los próximos seis meses. Los bancarios ya cobraron con aumento, los mercantiles van a cobrar ahora con aumento y son más de 1 millón de personas. Hay más masa salarial cobrando salarios nuevos y esto empieza ahora. Va a estar en abril, en mayo y se va a completar en junio. Los mismos maestros, más allá de la conflictividad y de si la propuesta del Gobierno fue baja, también van a cobrar con algún ajuste.