Monetarias y Financieras
A medida que comienza a revertirse gradualmente la estacionalidad positiva de la demanda de pesos, esta semana (martes y miércoles) el BCRA volvió a registrar saldos negativos en sus intervenciones en el mercado de cambios por primera vez desde principios de diciembre, que se suman a las intervenciones en el mercado de bonos con el objetivo de mantener acotada la brecha en la zona del 70%. Con la brecha en niveles elevados, un crawling peg en la zona de 4% mensual y precios relativos que se desacomodaron durante la pandemia, la capacidad para mantener acotada la nominalidad sin seguir deteriorando el balance del BCRA (e.g. vía venta de bonos en dólares con paridades muy bajas o compensando fiscalmente el congelamiento tarifario) luce muy limitada si no aparece una señal desde la política que logre revertir expectativas y descomprimir las tensiones en el mercado de cambios.
Curva de pesos/hard dollar
Las señales provenientes del agresivo canje de YPF demostraron no ser inocuas en el margen, y junto con las noticias de cambios en la cúpula la afectación de los títulos se muestra creciente en el margen. La dinámica de la inflación en el margen impulsan los bonos cer de corto y junto con los bonos de tasa fija en pesos convalidan una expectativa de inflación por encima del 50% para 2021. Sin novedades sobre el acuerdo con el fondo y sin interiorizar noticias positivas lo que parece primar es un estado de escepticismo que más que compensa ciertos indicadores de los bonos en dólares de mayor maturity (current-yield, convexity y time-value)
Fiscal
En diciembre de 2020 se registró un déficit primario de $307,6 mm ($318,9 mm el déficit financiero), ubicándose ligeramente por debajo de lo esperado y cerrando el año con un déficit primario del 6,5% pib (8,5% el déficit financiero). Este dato terminó por asentar un intento tímidamente “fiscalista” en el 2020 y abre una serie de preguntas de cara al 2021 debido al anuncio desde fuentes oficiales donde se ratificó el déficit publicado en el presupuesto para el 2021 (-4,5% pib). Vale destacar que, de este resultado fiscal el 3,5% pib corresponde a “gasto covid” y el 0,7% a menores ingresos por medidas de apoyo a diversos sectores. Debido a las tendencias epidemiológicas registradas en los últimos meses aún quedan dudas sobre la posibilidad de eliminar plenamente las medidas de gasto relacionadas a la contención de las familias y empresas.
Precios
En el mes de diciembre la inflación mayorista aceleró levemente su ritmo de crecimiento respecto del mes previo, pasando de 4,2% en noviembre a 4,4% en diciembre. De esta forma, los precios mayoristas cerraron el año con inflación acumulada que se ubica en 35,4%, que si bien es inferior a la variación en el segmento minorista presenta una aceleración en los últimos tres meses del año con un ritmo promedio de 4,4% mensual. Ritmo que presiona sobre la evolución de los precios al consumidor vía costos de las empresas y afecta en el corto plazo los márgenes.
El costo de la construcción, luego del mayor incremento en los últimos dos años, 12,2% en noviembre, presentó una suba de 3,4% en diciembre último, acumulando de esta forma una suba de 42,3% durante el 2020. Si bien el aumento acumulado del índice implicó una desaceleración de 7,9 p.p. respecto del año anterior, hubo una gran dispersión en la evolución de sus componentes a lo largo del año, con materiales apuntando una suba de 64,4%, los gastos generales 35,7% y la mano de obra apenas 27,1%, mostrando una clara pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores del sector.
Mercados/Panorama Internacional
La asunción de Joe Biden fue el evento más relevante de la semana, con mercados que volvieron a alcanzar máximos históricos en un entorno de volatilidad acotada frente a las expectativas de que el nuevo gobierno demócrata avance (con escasa oposición legislativa) con un considerable programa de estímulo fiscal. Con el cambio de composición del Congreso, esta vez el límite eventual a los estímulos fiscales no parece ponerlo la política, sino el mercado. Si bien la Fed tiene munición para atenuar el empinamiento en la curva de rendimientos (a medida que la expectativa de un mayor déficit fiscal tensiona las tasas largas mientras la autoridad monetaria mantiene ancladas las tasas cortas) concentrando las compras de bonos en el tramo largo, un incremento de las expectativas de inflación sostenido y por encima de la zona de confort de la Fed podría comenzar a aumentar el costo de los trade off que enfrenta la política monetaria.