Monetarias y Financieras
En un contexto donde el mercado global fue más volátil, en el país se sostiene el inicio del proceso de dolarización de las carteras, tras varios meses de tranquilidad o donde el dólar no figuraba en la agenda diaria (o en las búsquedas de google). El cambio del sesgo de los inversores (los precios en dólares de los activos se mantienen en promedio flat desde mediados de junio) implicó una señal de largada para la cobertura que las autoridades regulatorias (BCRA y CNV) buscaron entorpecer pero, como siempre, nuevos resquicios aparecen.
La señal más notoria del cambio del sesgo de los inversores es en la brecha cambiaria, en particular en lo que hace a la cotización blue (hacia donde se habría ido parte de la demanda por las nuevas regulaciones). En la semana el precio de la divisa alcanzó un valor de $184,5 por dólar, elevándose 3,7% en la semana y 10% a lo lo largo del mes. A pesar del aumento reciente, la suba ubica al tipo de cambio informal todavía 5,3% por debajo de los valores de octubre pasado en valores nominales y 27% cuando además se incorpora en el cálculo el impacto de la inflación (el tipo de cambio equivalente de hoy sería de $254 por dólar).
Por su parte, dentro de los mercados financieros se observa que los agentes económicos rápidamente se van acomodando a las nuevas reglas, donde el BCRA y la CNV imperan. Allí los cambios operaron en tres mercados/activos que fueron objeto de las nuevas regulaciones y condiciones de los mercados, tras las nuevas restricciones.
El primer impacto se dio en la cotización del dólar contado con liquidación regulado (PPT) vs. el no regulado del segmento SENEBI. La nueva normativa implicó un desarbitraje en los precios entre ambos mercados, con una suba en el caso del mercado desregulado y una baja en el segmento regulado, donde la cotización se ubicó en valores similares a los que se liquidan en el mercado interno (dólar MEP). Este movimiento tuvo atrás la intervención creciente del BCRA en este mercado.
El segundo impacto se observó en el mercado de letras del tesoro. Las mismas no quedaron alcanzadas por los límites establecidos en la normativa de la CNV y los inversores empezaron a utilizarlas para poder aprovechar los arbitrajes entre el mercado local y el mercado externo, de manera de obtener ganancias sin riesgos. Recordemos que antes de la normativa, esta función la cumplían los bonos externos que permitían arbitrar entre mercados y balancear la rueda regulada como la no regulada.
Finalmente, el tercer mercado con impacto por la nueva normativa ha sido el de tipo de cambio futuro. La mayor incertidumbre y la búsqueda de cobertura ha impulsado un quiebre en las tasas de dólar futuro. Las tasas de interés implícitas exhibieron una suba desde el cambio en la normativa del tipo de cambio, que se vio profundizado a lo largo de la actual semana. En el caso de las tasas de interés hasta las elecciones, se observaron subas en las tasas implìcitas que fueron en promedio de 4 puntos porcentuales (algo mayor en la màs corta), mientras que las tasas implìcitas post elecciones se vieron elevadas entre 4,5 y 7,7 puntos porcentuales en la semana.
A pesar del mayor proceso dolarizador y de búsqueda de cobertura, el BCRA ha seguido logrando engrosar las reservas internacionales mediante las compras en el MULC a lo largo de julio, aunque en los últimos tres días esto se frenó. Otra señal positiva fue el anuncio de la Provincia de Buenos Aires del acuerdo con su principal acreedor y otros bonistas para finalizar el proceso de reestructuración de deuda con privados bajo legislación extranjera, aunque aún no está claro hayan alcanzado las mayorías establecidas en las CACs para todos los bonos que entran en la operatoria.
Finalmente, el mercado de deuda local también se mantuvo relativamente tranquilo a pesar de la mayor brecha cambiaria. El Gobierno logró en la semana renovar todos los vencimientos y efectuó un canje de deuda del TX21 que vence en agosto próximo. Ello ha permitido que el horizonte de amortizaciones luzca relativamente tranquilo, con necesidades de amortización en torno a los $250.000 millones mensuales con el sector privado hasta la elección.
A pesar de esto, el Tesoro ya usó $130.000 millones de transferencias del BCRA y es probable que este número se eleve la próxima semana. La mayor necesidad de fondos responde a la suba de los gastos prevista para el segundo semestre en un contexto donde el crecimiento de los ingresos será menor y el aporte de los mercados se verá reducido. En este marco, prevemos que de cada tres pesos que se deban financiar el déficit primario remanente de 2,7% del PIB y del pago de intereses, uno saldrá del mercado y los dos restantes serán producto de transferencias del BCRA.
Actividad
La actividad económica registró un fuerte descenso de 2% mensual sin estacionalidad en el mes de mayo, en línea con lo esperado. El retroceso obedece principalmente a las mayores restricciones a la movilidad de las personas impuestas a fin de mes y su efecto sería transitorio. Según información parcial y adelantada, la remoción de las restricciones permitirían un rebote en junio.
Comercio
El Intercambio Comercial Argentino alcanzó en junio un superávit de US$1.067 millones. Con este dato, el superávit acumulado en el primer semestre asciende a US$6.740 millones, 18,9% menos que el acumulado en igual lapso de 2020. El aumento en las importaciones incentivado por la brecha cambiaria, supera el salto en las exportaciones originado en los mejores precios de la cosecha.