Semana Calma ⛵🌊🏖️
El comienzo del año ha sido relativamente calmo (¿todos en la playa?). A pesar de la finalización del dólar soja II el BCRA ha logrado mantener neutro el MULC y el Gobierno consiguió una elevada participación en el canje de títulos del primer trimestre del año, permitiendo a las entidades públicas descargarse de los bonos y a las entidades privadas aprovechar fijar la tasa en el corto plazo. En el canje se destaca que se abren chances de ir estirando marginalmente los plazos de financiamiento (ya no hay un abismo en marzo/abril), mientras el seguro del BCRA sigue presente en el mercado (con menores compras en la semana).
El BCRA logró sumar compras en el MULC por USD61 millones, a pesar de la finalización del dólar soja II. Esto difiere de lo ocurrido en octubre pasado, cuando en la primera semana posterior llegó a perder USD45 millones. La diferencia probablemente radique en la operatividad del SIRA que sigue restringiendo los pagos de importaciones. Así, las reservas internacionales netas habrían alcanzado a USD9.066 millones (USD7.997 millones metodología FMI). Claro que estos valores van a empezar a descender en los próximos días con los pagos a los bonistas del lunes próximo (USD1.018 millones que se comprarán con ¿depósitos o adelantos transitorios?)) y los USD1.250 millones para cancelar el primero de los tres pagos al FMI del mes.
Por otro lado, desde el tipo de cambio, el BCRA aflojó un poco la marcha del dólar oficial y redujo el ritmo de depreciación de la moneda desde casi el 6% promedio mensual en diciembre hasta un ritmo de 5,4% mensual en la última semana. Respecto al resto de los tipos de cambio, el dólar informal siguió desmarcándose en la semana y subió 2%, por encima del resto de los tipos de cambio financieros y exhibe una brecha de casi 100% respecto al tipo de cambio oficial.
Luego de haber tomado aire en la segunda mitad de diciembre, Finanzas arrancó el año reduciendo en $3 billones los vencimientos totales (un 66%) y en aproximadamente $800.000 millones (un 35%) los vencimientos con acreedores privados de la deuda en pesos del primer trimestre. Las expectativas mejoraron luego de las últimas dos colocaciones de diciembre donde no solo se consiguió financiamiento neto positivo, sino también se recuperó la demanda privada por títulos del Tesoro.
Descartando el perfil de vencimientos totales y concentrándonos en aquel que contiene únicamente los pagos a acreedores privados, el primer trimestre queda accesible. Por mes, en enero y febrero quedan compromisos por $400.000 millones y en marzo por $650.000 millones -antes el promedio mensual de pagos era de $750.000 millones-. El problema pasa para el segundo trimestre, donde ahora enfrenta pagos por $1 billón cada mes (abril, mayo y junio). La pared sigue estando, solo que cada vez es más alta y está más acorralada contra las PASO.
Mientras tanto, el mercado bajó la tasa, el Tesoro también lo hizo en la última colocación, ¿será el turno del Banco Central?
Hacia delante el financiamiento en pesos no debería ser un dolor de cabeza, salvo que se rompa el mercado en pesos. El déficit es bajo (la recaudación se sostiene y creció en diciembre al mismo ritmo que los precios) y las necesidades privadas todavía acotadas. Además. el BCRA viene haciendo el trabajo sucio y ya viene comprando cerca de $650.000 millones en el mercado secundario desde octubre pasado. En dólares, en cambio, las necesidades son elevadas y habrá que ver el timming del desembolso del FMI.
Internacional
Se conocieron esta semana las minutas de la última reunión de la Reserva Federal. Reunión en la cual aminoró el ritmo del tightening, pasando de subas de 75 pbs en la tasa fed funds a 50 pbs. El mensaje de las minutas fue claro 2023 no va a ser un año de reducción de tasas de interés y un menor ritmo de subas no es indicativo de ello, al mismo tiempo que apuntó contra Wall Street y su descreimiento del compromiso de la Fed en el enforcement del sendero de política monetaria propuesto.
En el corto plazo vale la retórica de la Fed, el mercado pricea una terminal rate por encima de lo previsto en diciembre, sin embargo ven un pivot en la política monetaria a partir de julio, la pregunta entonces es ¿por qué?
Los pocos datos relativos a la inflación conocidos en este inicio de año resultan alentadores para quienes esperan que la suba de precios ceda rápidamente. El WTI marca un descenso de 6,5% en el inicio del año (de impacto en el sector energético), mientras que los precios de los alquileres de departamentos retrocedieron 0,8% en diciembre lo que supone el cuarto descenso intermensual consecutivo.
Al mismo tiempo, la economía comienza a mostrar señales de una desaceleración en la actividad económica. Tanto el PMI manufacturero como el de servicios descendieron en el mes de diciembre para ubicarse por debajo del umbral de 50 indicativo de una economía en contracción. Sin embargo, cuando miramos los números del informe de empleo de diciembre vemos que la economía siguió sumando puestos de trabajo a un ritmo considerable (223.000 empleos se sumaron), mientras que la tasa de desempleo descendió de 3,6% a 3,5%, nivel prepandémico.
Todo esto, en el trade off entre inflación y crecimiento, nos remite nuevamente a la cuestión central en torno al debate sobre la inflación. ¿Disminuirá la inflación debido a la “normalización” de la economía, o necesitamos ver un debilitamiento significativo del mercado laboral para que la inflación continue su recorrido descendente a paso firme?