CON LAS DEFENSAS BAJAS 🦠🧑⚕️💸
Con las reservas internacionales netas alcanzando los valores mínimos desde la firma del acuerdo con el FMI y la continuidad del deterioro de las expectativas de la cosecha (aunque ya con efecto marginal), el Gobierno lanzaría próximamente un nuevo dólar “fortificado” para balancear el mercado cambiario.
Según los trascendidos el Gobierno les ofrecería a los chacareros un dólar en torno a los $300 para incentivar la liquidación de soja por un plazo de 30 días. De manera adicional, y por un plazo de 90 días, extendería la oferta a un conjunto de productos regionales. Este valor sería 40% mayor al promedio de la cotización mensual esperada del dólar A 3500 (similar al de septiembre pasado, mayor al de diciembre) aunque en términos reales sería una mejora con respecto a los programas de incremento exportador previo. Ello se debe a la leve mejora observada del tipo de cambio real registrado desde octubre pasado a la actualidad. Asimismo, este valor superaría en términos reales las cotizaciones oficiales desde 2019 a la fecha.
En esta ocasión, la búsqueda es la liquidación de la oferta de granos que recién inicia, donde se concentra el atraso de la comercialización y adelantar la venta de los próximos meses con la salida de la cosecha. Según nuestras estimaciones, la liquidación de divisas podría alcanzar a USD2.400 millones por el atraso en la comercialización más lo que logre adelantar de las ventas del trimestre de oro, que estimamos en USD6.800 millones adicionales (totalizando USD9.200 millones en el trimestre). Estos valores triplican los del primer trimestre.
Recordemos que hoy las reservas internacionales netas se ubican en torno a los USD618 millones, siendo el menor valor observado desde la firma del acuerdo con el FMI. Si bien las reservas podrían mejorar en el caso de que se efectúe el desembolso del Fondo el viernes, que llevarían las RIN computables hasta los USD2441 millones, los niveles logrados todavía serían bastante inferiores a los de la meta prevista de acumulación de reservas internacionales.
El otro frente débil ha sido el de los pesos, donde desde el canje la situación se torna inestable y dependiente de la salida que le dan los bancos públicos a los inversores privados.
Esta semana el tesoro realizó la última licitación del mes de marzo y del primer trimestre. Entre las dos rondas el Tesoro recibió ofertas por $566,6 mil millones de pesos, de los cuales terminó adjudicando un total de $327,3 mil millones de pesos. La TNA promedio de adjudicación fue de 90,3%, lo que significa una TEA promedio de 125,1% o una TEM de 7%. Respecto a la licitación de una semana atrás, el Tesoro subió la tasa efectiva 240 puntos básicos, dejándola levemente por debajo de la expectativa de inflación que se ubica algo por arriba del 7% para el mes de marzo.
Con todo, el financiamiento neto en el mes fue de solamente 112%, mostrando cada vez un menor ratio. Estos valores cada vez están más dependientes del aporte de las instituciones públicas, que le van dando salida a los privados que se van lentamente retirando. Todo esto en un marco donde el Tesoro tuvo que utilizar los adelantos transitorios disponibles e incluso vender parte de las divisas recibidas para poder enfrentar las necesidades financieras.
De cara a los próximos meses el Tesoro enfrenta los dos meses de mayor volumen de vencimientos. El segundo trimestre el tesoro debe afrontar pagos por $1.147 mil millones, de los cuales estimamos que $1.003 mil millones son con privados. En el tercer trimestre los pagos ascienden a $3.097 mil millones, de los cuales se estima que $1.702 son con privados.
Por otro lado, esta semana se dieron a conocer los datos de pobreza e indigencia del segundo semestre del 2022 y, como veníamos anticipado, los resultados no fueron buenos. La pobreza marcó un aumento de 2,7 p.p respecto al semestre pasado -1,9 p.p. en términos interanuales- y se ubicó en 39,2% de la población urbana.
INTERNACIONAL: BRASIL
Brasil logró recortar la inflación en más de la mitad entre junio y diciembre del año pasado (del 11,9% al 5,8%), aplicando una combinación de política monetaria ultra hawkish y recortes impositivos temporales. Los elevados precios internacionales de los commodities, la sólida demanda externa y la expansión fiscal favorecieron el crecimiento el año pasado. A medida que la economía mundial se desacelere este año, es probable que Brasil haga lo mismo.
La política monetaria que continuaría en terreno restrictivo y la incertidumbre en torno a la capacidad de cumplir la nueva regla fiscal propuesta recientemente se sumarán a las dificultades que experimente el país vecino. El mercado espera que el crecimiento real del PIB pase del 2,9% en 2022 a menos del 1% en 2023. Sin embargo, la demanda proveniente de China en conjunto con cosechas récord de soja y maíz deberían contribuir a evitar que Brasil entre en recesión este año.