中國集市 (BAZAR CHINO)
Mientras el cierre de listas de cara a las PASO va finalizando, -todavía faltan anunciar la(s) fórmula(s) definitivas del oficialismo-, la economía se “sostiene”, pero gracias a una dinámica financiera que depende de “artilugios chinos”.
A inicios de año, sequía mediante, veíamos que con las obligaciones externas que tenía el país y la menor oferta disponible de divisas la variable de ajuste de la economía iban a ser las importaciones, con el fin de acercarse a la meta de acumulación de Reservas del acuerdo con el FMI. Parados a hoy con un desvío acumulado de más de USD11.000 millones respecto al comprometido, las importaciones en mayo siguen en niveles altísimos: USD7.357 millones (USD6.365 millones neto de energía) exhibiendo una baja nominal de 6,7% interanual pero una suba de las cantidades de 3,8% interanual. De este modo, la caída en lo que va del año es solo 6,3% (USD2.047 millones menos que en 2022).
Este desempeño de las importaciones ha permitido sostener los niveles de actividad y del mercado laboral. La oferta de bienes y servicios registró una leve recuperación en el primer trimestre del año respecto al cierre de 2022 (+0,7% trimestral desestacionalizado). La industria como el transporte y el comercio se han visto favorecidos por una oferta de bienes y servicios importados que siguió en alza y creció casi 8% desestacionalizado respecto al trimestre previo. El dato del primer trimestre deja un arrastre estadístico neutro, que debería tornarse negativo a partir del cómputo de la cosecha gruesa a partir de abril. Dependiendo de cómo se sostenga la oferta importada y al impacto del proceso electoral, el retroceso de la actividad estará entre 3% y 4% respecto al año previo.
En lo que respecta al mercado laboral, la tasa de desempleo se mantuvo a pesar de una mayor participación de la población en el mercado laboral. El empleo logró crecer 4,8% interanual, siendo el empleo doméstico, hoteles y restaurantes y la construcción los segmentos de mayor demanda.
Forzar la actividad y el empleo tuvo un costo que se vio reflejado en el desplome de las reservas del BCRA. Desde inicios de año las reservas brutas cayeron en USD13.144 millones, al pasar de USD44.597 millones a USD31.453 millones.
Pagos de deuda (USD5.000 entre el FMI y la deuda soberana reestructurada), el sostenimiento de la intervención en el Mep/CCL (USD1700 millones incluyendo la recompra de deuda de febrero y la intervención desde abril) y las ventas en el MULC (USD2.600 millones) explican el grueso de la caída. Los vencimientos de esta semana al FMI se pasaron para el 30/6, y los de julio para el 31/7, sin entrar en atrasos con el organismo, a la espera del waiver que de por cumplida la revisión de las metas del primer trimestre y destrabe los desembolsos.
En este marco, el Gobierno sigue incentivando el uso de los yuanes para facilitar el comercio y activar el segundo tramo de la activación del swap por USD5.000 millones que habría negociado Massa en China. Además, parece que va a buscar usar los mismos también en la intervención de los dólares financieros, al habilitar la CNV la cotización de los bonos en esa moneda. Esto le permitiría seguir dando dólares para sostener un tiempo más las importaciones (y por ende la actividad y el mercado laboral) aunque existen dudas de hasta cuánto tiempo más alcanzará. Por ahora, hasta las PASO, no cambiamos la visión.
INTERNACIONAL
La economía brasileña transita la primera mitad del año superando las expectativas que todos podíamos hacer respecto a su futuro desempeño sobre el cierre del año pasado. Por tercer año consecutivo la actividad económica se encamina a expandirse por encima de las expectativas plasmadas en el relevamiento de mercado (Focus) de principios de enero de cada año.
La actividad económica, de la mano de una cosecha récord que derivó en una expansión anual del 22% del sector agrícola en el primer trimestre, se expandió a un ritmo anualizado de 4% en los primeros tres meses del año. Hecho que obligó a corregir las expectativas de crecimiento para el año al alza.
Por otro lado, la política monetaria extremadamente contractiva del Banco Central está teniendo sus efectos en materia de inflación. Con un 3,9%, la tasa de inflación de Brasil es inferior a la de la mayoría de los países de la región o incluso de economías avanzadas como Estados Unidos, Canadá o Australia. De esta forma la tasa real es más de 10 puntos positiva en términos anualizados. El BCB comienza a dar señales hacia un posible recorte de tasa pero no en la magnitud que espera el mercado. La cautela proviene de la incertidumbre respecto de los futuros movimientos de los bancos centrales de importancia sistémica que, frente a la política de wait and see moderaron el forward guidance tan explícito al que nos habíamos acostumbrado, pudiendo haber sorpresas en el futuro, de forma tal que en Banco Central busca evitar movimientos bruscos en el Real derivados de una reversión de capitales.