Se acerca el balotaje y se alejan las propuestas extremas
El mercado parece confirmar que, más allá del resultado, el peso todavía va a seguir teniendo valor luego de las elecciones. Ello se debe a definiciones de los candidatos de la contienda que se alejan de las propuestas extremas y que incluso dieron a entender que para salir del cepo existen condiciones previas que no se alcanzaran en el corto plazo.
Milei enfatizó que, para poder salir del cepo dado el overhang (excedente) de pesosexistente, sería necesario de manera previa resolver la situación fiscal (un déficit financiero cercano a 15% del PIB incluyendo el cuasifiscal) y eliminar las leliqs. Ello requeriría un plazo para levantar el cepo de al menos tres meses.
La cuestión en este caso será el mecanismo para resolverlo y si en el interín, si no funciona, no provoca otro tipo de crisis.
En el lado opuesto de la contienda, Sergio Massa también indicó que tardaría al menos 12 meses para lograr levantar el cepo. En su esquema, con miedo a depreciar la moneda, solamente se podrían corregir los precios relativos en la medida que lleguen los dólares de la cosecha. En el medio, seguiría el cepo cambiario y el crawling mensual con el tope de la inflación.
No luce un esquema factible, teniendo en cuenta la escasez de dólares de partida y la concentración de vencimientos con organismos y mercado entre diciembre y marzo. Sobre todo cuando los desembolsos pendientes del FMI no van a aparecer sino se avanza en un nuevo programa.
En el corto plazo, el tipo de cambio efectivamente se descongeló y subió $3 en el primer día y seguiría a un ritmo equivalente al 3% mensual ($360 fin de mes). La duda es qué sucederá luego de las elecciones. Por lo pronto, el Gobierno anunció la terminación (¿temporaria?) del esquema del dólar agro (70% MULC + 30% CCL), lo cual le permitió volver a comprar en términos netos más de USD1.000 millones tras las elecciones.
Respecto a lo que pueden ser las primeras reacciones del mercado, tras las elecciones del domingo, dos factores habrá que tener en cuenta: la diferencia en la votación entre los candidatos y los discursos posteriores.
Si la diferencia es exigua se corre el riesgo de una paralización de la elección hasta que eventualmente se reconozca en instancia judicial. En el medio los precios de los activos sufrirán y probablemente se refuerce la demanda del dólar, en un contexto de falta de poder para el Gobierno saliente frente a decisiones unilaterales de las empresas. En cambio, si la diferencia es significativa, ello contribuye a consolidar la posición del ganador.
Por lo pronto, en la antesala de el ballotage, el mercado continúa asignando mayor probabilidad a la victoria de Massa, a contramano de lo que indican las encuestas. Esto podría ser una combinación de dos factores: una mayor probabilidad percibida de una victoria de Massa y una percepción de moderación de las políticas de Milei (donde la dolarización pareciera convertirse en una reforma de “tercera generación”). Luego del debate del último domingo se profundizó la tendencia observada post generales, con contratos de futuro bajando considerablemente (sobre todo la tasa forward entre diciembre y noviembre, lejos de su máximo de arriba de 110% previo a las generales).
Igualmente, el mercado está curado tras las pérdidas provocadas por el resultado de las generales. Hoy se ve que aumentó la preferencia por los pases que hoy representan un 40% de los pasivos remunerados y ganan terreno día a día, que al dar mayor liquidez, dan mayor margen de maniobra en un contexto de final abierto y nueva información todos los días. La contracara de esto son los depósitos privados que se mantienen estables en términos reales hace un mes, incluso antes de que sucediesen las elecciones generales. Aquellos que querían salir de los pesos, ya se fueron y se quedaron afuera.
Finalmente, esta semana se dio a conocer el dato del IPC de octubre, que sorprendió – para bien- y se ubicó en 8,3%, marcando una desaceleración significativa respecto al dato de septiembre (12,7%). Aunque la desaceleración de la inflación significa un alivio luego de dos meses de registros por encima del 10%, esperamos que esta “mejora” en los datos, sea transitoria.
Internacional
Con la inflación desacelerándose en las principales economías avanzadas, una serie de preguntas ganó relevancia en el último tiempo. ¿Tocaron techo las tasas de interés de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo? Si es así, ¿qué tan rápido comenzarán a pegar la vuelta y desarmar el tightening?
Tanto Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, como Christine Lagarde, al frente del Banco Central Europeo, han reiterado su intención de no flexibilizar la política monetaria en el corto plazo. Las tasas de interés se mantienen estables desde hace tiempo: la de los fondos federales en el 5,5% desde julio y la de los depósitos del BCE en el 4% desde septiembre. No obstante, parece cada vez más probable que este ciclo de tightening haya llegado a su fin. También parece bastante probable que el comienzo de flexibilización esté más cerca que lo que sugieren los bancos centrales, aunque quizás no tan pronto como pricea hoy el mercado. El timing es muy fino esta vez y existe el riesgo de que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo incurran en el riesgo de “doing too much” y no puedan evitar una caída pronunciada de la actividad económica.