PACTO NACIONAL: QUID PRO QUO
En un giro prágmatico, similar al “Tabula Rasa” inmediato al resultado de la elección de octubre convocando a JxC a acompañarlo en el Ballotage, en el discurso inaugural de la Asamblea Nacional, Milei llamó a la firma de un acuerdo en Córdoba el próximo 25 de mayo, donde los principales invitados serían los ex presidentes, los líderes de los principales partidos políticos y los gobernadores.
El decálogo sobre el cual llama al acuerdo incluye el compromiso con: la inviolabilidad de la propiedad privada, el equilibrio fiscal, la reducción del gasto público consolidado a los niveles de los 90’s (25% del PIB), una reforma tributaria que incluya baja de impuestos, la rediscusión de la coparticipación federal, la explotación de los recursos naturales por parte de las provincias, una reforma laboral, una reforma previsional (incluyendo la posibilidad de avanzar en un régimen de capitalización), una reforma política y la apertura del comercio internacional.
El pacto sería firmado con posterioridad a un preacuerdo con los gobernadores que incluya la sanción de la ley bases y un “paquete de alivio fiscal” para las provincias luego de la escalada de las últimas semanas frente al recorte unilateral de fondos que venía llevando a cabo el poder ejecutivo que, en régimen y en conjunto con la merma por el “suicidio fiscal” que generó la baja electoral en el impuesto a las ganancias, podría alcanzar a casi 2 p.p. del PIB o casi el 15% de los ingresos provinciales frente a los de 2023.
La pérdida de ingresos por la rebaja de ganancias para los asalariados ascendería a 6,4% de los ingresos provinciales, la desaparición del Fondo Nacional de Incentivo Docente 2,1%, la eliminación del FOFOFI para PBA 0,9% y el fondo compensador del transporte otros 2,0%. Hay que ver que sucede con el resto de las transferencias discrecionales que gira Nación a las provincias que en 2023 explicaron 3,3% de los ingresos de las provincias.
Por otro lado, la situación con la deuda subsoberana está impactando en las reservas y son muy pocas las provincias que al día de la fecha tienen resuelto los flujos de este año. La Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y hasta se podría incluir a Santa Fe, son las únicas tres provincias que estimamos, cuentan con las divisas suficientes para afrontar los pagos de este año. Por el contrario, Córdoba, Chubut y Río Negro son las jurisdicciones que van a tener que ir al MULC para conseguir parte de los dólares, tal como hizo la semana pasada la PBA por el 40% de la amortización.
A pesar de los fuegos artificiales políticos del fin de semana pasado, nuevamente fue una semana financiera tranquila, donde los dólares paralelos se mantuvieron estables e incluso llegaron a apreciarse a valores mínimos de la gestión (con una demanda cautiva y mayor oferta de exportadores). Sin embargo, este viernes en la previa a la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el mercado volvió a tomar temperatura. Aun después de las subas del cierre de la semana, contra el viernes anterior la brecha cambiaria cae en promedio 4 puntos porcentuales hasta 27%. El Banco Central siguió haciéndose de dólares para recomponer las reservas, en la medida que libera de a poco el acceso al MULC para los importadores. En el mismo sentido, el Banco Central reafirmó su compromiso de mantener el crawling del 2% mensual en la primera jornada de marzo subiéndolo solo 50 centavos. Sin embargo, los futuros de dólar también tuvieron su escalada sobre el cierre del viernes y eso implicó que ahora para marzo se espere una suba mensual del 10%. Para el resto de la curva todavía hay expectativas de que el BCRA abandone el crawling para converger a la tasa de interés.
INTERNACIONAL
Desde principios de año, los precios de las materias primas agrícolas como el maíz, la soja y el trigo registran fuertes caídas. Este descenso de los precios se debe al aumento de la oferta, los elevados niveles de existencias de la última campaña y las dudas en torno al resurgimiento de la demanda china.
Por otro lado, la inflación core registrada durante el mes de enero en los Estados Unidos medida por el PCE (deflactor del consumo) fue del 0,4% mensual y del 2,8% interanual, un mínimo desde el 2,2% de marzo del 2021. Si bien es una señal positiva, antes de conocerse la cifra de enero, el número la inflación mensual anualizada promedio de los últimos seis meses se había situado por debajo del target del 2% de la Fed por dos meses consecutivos. El mercado ahora espera tres bajas de tasas a lo largo del 2024, en línea con las últimas proyecciones de la Fed realizadas en diciembre pasado. La primera baja llegaría en junio.
A su vez, el nowcast de la Reserva Federal de Atlanta vio una fuerte corrección a la baja en su estimación de crecimiento para el primer trimestre del año (de 3% SAAR a 2,1% SAAR) luego de que las cifras de inversión en construcción y del PMI manufacturero de ISM (47,8; señal contracción), cayeran por debajo de lo anticipado. El impacto de la política monetaria contractiva de la Fed estaría comenzando a observarse en la pata real de la economía mientras que las expectativas de inflación a corto plazo permanecen ancladas en la zona del 3% anual de acuerdo con cifras de la Universidad de Michigan.