Economía bimonetaria
Al cumplirse el primer aniversario, el Presidente hizo en cadena nacional un repaso de las políticas y logros, y aprovechó para dar algunas definiciones de cara al 2025.
Puso fecha a la salida del cepo para marzo, aunque después volvió a mencionar que es condición previa solventar el problema de stocks del Banco Central, frente a lo cual puso en agenda un nuevo programa con el Fondo y/o un acuerdo con inversores privados para aumentar las Reservas, sin más detalles al respecto.
Hasta levantar el cepo, siguiendo con el plano monetario/cambiario, especificó que se avanzaría con el esquema de competencia de monedas, permitiendo utilizar cualquier moneda para las transacciones diarias “ahora cada argentino va a poder comprar, vender y facturar en dólares o en la moneda que consideren”.
Para compensar la apreciación que deja la segmentación actual del mercado cambiario si la brecha termina de comprimir y/o eventualmente se tornara negativa frente a la demanda de fondos del exterior de bonos que compense el desarme de facto del Blend, indicó que buscarán medidas para elevar la demanda y uso de dólares. Es que en el esquema planteado el BCRA no puede salir a comprar los dólares financieros excedentes (los de la cuenta corriente desaparecen) por la limitación de sostener la oferta de pesos fija (como se hizo en 2005/06) y el Tesoro no tiene superávit financiero lo suficientemente amplio para hacerlo. Hasta ahora, la compra de dólares del BCRA desde octubre fue mayormente “esterilizada” vía compra del Tesoro con Pesos depositados en el BCRA para el pago de los intereses remanentes (los que se pagan localmente y no fueron girados) y el capital de enero. La lógica sería que en la medida que continúe la compresión del Riesgo país (708 puntos el viernes), se avance en algún esquema de refinanciamiento de los vencimientos de dólares.
Para el Gobierno mejorar el balance del BCRA sin tener que expandir pesos para comprar dólares (sin demanda que lo respalde) es la clave del nuevo esquema para evitar impactar negativamente en la inflación. Lo que se busca es remonetizar la economía con dólares que se usen para transacciones y/o crédito. Bausili había expuesto algo similar cuando indicó la cantidad de crédito otorgado durante el Gobierno de Macri había llegado a ser la mitad de los depósitos, hoy es una tercera parte por lo que según esta cuenta podrían subir otros USD5/6 mil millones más.
Una cuestión será ver si existe profundidad de la demanda para ello y si los bancos estarán dispuestos a afrontar el riesgo. La demanda por cambiar la regulación macroprudencial que habilite una mayor intermediación de los argendólares es alta y peligrosa.
La sorpresa fue la inflación de noviembre, que con un alza de 2,4% a nivel nacional se ubicó por debajo de lo esperado. Más allá del efecto de las verduras en el índice (en el GBA recortaron la inflación en 0,5 p.p., sino hubiera sido de 3,1%), la baja de la inflación lleva a preguntarse al mercado si el Gobierno no se está quedando largo con las tasas de interés en términos reales, mirando las expectativas a los próximos doce meses. Con esta inflación a TEM promedio del 2,8% adjudicada a un año es alta, sobre todo con la expectativa de baja en la inflación frente al anuncio de la reducción del crawl al 1% pronto. Esto refuerza la idea de una nueva baja de tasas aún con los primeros datos de inflación de diciembre en torno a 3%.
Por lo pronto, el miércoles el Tesoro llevó a cabo la única licitación del mes. Vencen en diciembre $6,8 billones de los cuales estimamos que el 94% se encuentra en manos de acreedores privados. Frente a esto, adjudicó $5,4 billones por lo que alcanzó una tasa de rollover del 80%.
En lo financiero, tras un inicio de mes negativo, el BCRA volvió a ser “bañado” de dólares, en un contexto donde las empresas buscan liquidez en pesos para poder afrontar el pago de aguinaldos (siempre faltan pesos en diciembre). Las compras semanales del BCRA alcanzaron a USD902 millones, siendo el monto más elevado desde abril pasado. Si bien en el margen la liquidación del agro se entonó, la mejora surge principalmente de las ventas de divisas del resto de la economía que alcanzaron a USD425 millones.
Internacional
Después del dato de inflación de noviembre (0,3% la headline y la core, con sendos aumentos interanuales de 2,7% y 3,3%) y asumiendo el mercado una probabilidad cercana a 1 de suba de 25 pbs el próximo miércoles, se espera que la Fed haga una pausa en enero para evaluar la evolución de las condiciones macroeconómicas. En este contexto, los anuncios de política económica de la administración Trump 2.0, como una suba en los aranceles, recortes de impuestos y mayores restricciones a la inmigración, podrían generar presiones inflacionarias adicionales, eventualmente compensadas por un anuncio de recorte del gasto público que más que compense los recortes y/o el salto en la productividad que se viene observando. Esto ya se refleja en el mercado de bonos, donde las expectativas de inflación a un año, que en un punto llegaron a caer por debajo del 1%, subieron significativamente desde las elecciones. Esto no debería ser una gran preocupación para la Fed, pero indica un cambio en la percepción de los riesgos.