- “La Feliz” a full:
- Giro en la Gestión
- La inflación en números
- ¿Quiénes se benefician? ¿Quiénes se perjudican?
- Los problemas de la Inflación
- El fondeo del Tesoro con la ANSES
- El Mundo:
- Otra vez el Club Med, esta vez con Irlanda
- China y Brasil. Política monetaria e inflación de commodities
Algunos de los riesgos que planteábamos en nuestro último informe se hicieron realidad y generaron un impasse en el fortísimo impacto que la inyección monetaria prevista por la FED estaba teniendo sobre el valor de todos los activos en relación al dólar. Por un lado, Europa volvió a crujir, esta vez de la mano de la crisis financiera en Irlanda y el impacto sobre sus cuentas fiscales, aunque el contagio se expandió rápidamente a los países que componen “el Club Med”, con un aumento en el costo de la deuda y en los seguros de default, pero también sobre el Euro que volvió rápidamente a tocar US$1,30, luego de haber llegado a US$1,43 apenas unas semanas atrás. Pero las noticias también llegaron de China, que, tal como dejó expuesto en la reunión del G20, no estába dispuesta a financiar la salida de USA a partir de un dólar débil. A la suba de tasas de tres semanas atrás, se añadieron dos nuevos aumentos en los encajes, que apuntan a moderar el crecimiento de la economía en un contexto donde la inflación de commodities se está filtrando a la economía local. En el ínterin el resultado electoral en Brasil abre la puerta a un nuevo gobierno que enfrenta cuestionamientos a la apreciación de su moneda. Y si bien hay anuncios respecto de un enfriamiento de la economía por la vía fiscal, no es tan evidente que la política monetaria acompañe aún cuando la inflación de commodities también se está filtrando a los precios internos. En octubre la inflación de alimentos en Brasil escaló a un 1,9% mensual y las proyecciones del consenso llevan la inflación bien por encima del 5,3% en 2010.
En el ámbito local, también hay novedades que muestran un guiño de la gestión de gobierno a una agenda de mayor coordinación. Esto aún cuando el ¿debate? en torno al Presupuesto 2011 haya quedado trunco con un proyecto que subestima recursos y gastos, y una oposición que sólo corrige los recursos y aplica todo el excedente a financiar el 82% móvil. Como resultado, el margen de maniobra del Gobierno para manejarse en 2011 con el presupuesto 2010 (previo ajuste vía DNU) se mantiene elevado. Club de Paris, con la figura del diferimiento (que permite sortear al FMI) en lugar de la reestructuración, el anuncio de la asistencia técnica del FMI para elaborar un IPC Nacional (aunque no reemplaza al CER) y el intento de alcanzar acuerdos sectoriales para moderar la puja distributiva, evidencian un intento de cambio, todavía prematuro, pero cambio al fin.
Dejar de negarla y restituir un ancla estadística (aunque nunca se reconozca el pasado) son pasos necesarios para empezar a enfrentar el problema de la inflación que, en un nivel en torno a 24%, se ubica claramente por encima de la óptima. Entendiendo a esta última como “aquella que no incide en las decisiones de consumo de las familias ni de inversión de las empresas”. Pero también se requiere una moderación en las políticas fiscal y monetaria. Los anuncios de gasto electoral que arrancaron con el pago de una vez a jubilados y que seguramente se sucederán en las próximas semanas, montados sobre una dinámica del gasto público que desde septiembre volvió a crecer al 40% interanual y, una política monetaria que mantiene las tasas de interés que remuneran el ahorro en la mitad de la inflación y emite pesos para sostener el tipo de cambio -en un mundo donde el dólar se devalúa-, no apuntan al objetivo de bajar significativamente el ritmo de aumento de los precios.
De todos modos, al “modelo” todavía le sobran dólares, que permiten sostener un nivel de consumo de importados que, a precios constantes, duplica al del mejor año de la Convertibilidad. Esta dinámica no es sustentable para siempre, ya sea porque la trayectoria del consumo vuelve a generar la restricción de dólares, o porque cambian las condiciones externas (de precios internacionales altos y tasas bajas). No obstante, de cara a 2011, pero también a 2012, el escenario aparece despejado. Nuestras proyecciones sostienen un crecimiento de la economía de 6,5% el próximo año, con una inflación en torno a 24%, y un aumento de salarios del 28%. Si los acuerdos sociales anunciados tienen éxito, y se logra una pauta salarial en torno a 22%, con dólar quieto, tarifas congeladas y sin una nueva duplicación en el precio de la carne, la inflación en 2011 podría finalizar en torno del 20% (igual que en el 2010, cuando se excluye del índice el precio de la carne). Una nueva escalada en los precios de los commodities podría complicar esta proyección, aunque al mismo tiempo extendería el escenario de sobrante de dólares por la cuenta corriente externa.