- “Gran Premio Nacional Electoral”:
- ¡Largaron…!
- El Tesoro y la ANSES: Una historia distinta
- Informe Internacional: La ruta de la inflación global
Sólo una mención frente al requerimiento de la Dirección Nacional de Lealtad Comercial en relación a la elaboración del IPC-EB…Siempre conviene recordar que las estimaciones privadas surgieron en la Argentina para llenar el vacío estadístico resultante de la intervención del INDEC, y resulta evidente que ninguna consultora privada cuenta con capacidad para reemplazar al organismo para la provisión de un bien público que cuenta con un presupuesto de $15 millones. Sin embargo, también resulta obvio que cualquier persona, empresa o familia puede seguir, en forma consistente, el costo de una canasta determinada de bienes y servicios para tener una buena guía de la evolución general de los precios de la misma. Punto.
En Argentina, y en un año electoral, empieza a reiterarse un fenómeno de anticipación de debates varios, propios de estos años. Faltan nueve meses para las elecciones, y ya se largó la campaña electoral. Faltan tres meses para las paritarias, y ya se largó la carrera salarial. En este último caso, se trata en realidad de tres carreras distintas, que poco tienen que ver con las necesidades de los trabajadores, y más bien con las necesidades y el posicionamiento político de los dirigentes. Así, para la CGT Azul y Blanca, y algunos candidatos políticos opositores (Lavagna, Prat Gay), la inflación y las subas salariales consecuentes podrían alcanzar el 37%. La CTA opositora apuntaría a una cifra parecida, la CTA oficialista a un número más cercano al 30% y la CGT haciendo malabares para no pasarse del 25%, pero sin pagar los costos políticos de una negociación al 18%.
La realidad, fuera de la política, nos estaría indicando, en relación a la inflación para 2011, que a diferencia de lo ocurrido en 2010, cuando la duplicación del precio de la carne, espiralizó las expectativas en el primer trimestre del año, esta vez, sin ajustes de precios relativos significativos, la inflación apunta a ubicarse un escalón más abajo. Nuestra estimación para enero registró un aumento de 1,8% frente al 2,4% de un año atrás, y febrero, con la deflación en turismo propia del mes, debería registrar otro escalón abajo. En este sentido, el bimestre finalizaría con una inflación anualizada cercana al 20%, frente a una del 31% un año atrás, y más cerca del nivel en el que el Gobierno se sentiría más cómodo para fijar la pauta salarial.
Con el clima volviendo a favorecer a la agricultura –se aguarda una cosecha de soja cercana a los 50 millones de toneladas- la Argentina sigue afirmando una proyección de superávit de US$8.800 millones en la balanza comercial y de US$1.200 millones en la cuenta corriente del balance de pagos. Tendencia que va a empezar a ser evidente a partir del ingreso de la cosecha de maíz durante la segunda quincena de marzo y la de soja a partir del 10 de abril. Mientras tanto, varios factores están generando durante el mes de febrero la típica tensión estacional en el mercado cambiario previa al aluvión de la gruesa: en primer lugar, el Gobierno se quedó corto con la autorización de exportaciones de trigo en 2 millones de toneladas, lo cual podría agregar US$700 millones de oferta en los próximos treinta días. En segundo lugar, la actividad industrial arrancó a todo ritmo, generando un aumento significativo en las importaciones de insumos intermedios, aceleración que tiene que ver con un aumento en los stocks intraindustriales, en previsión de los posibles faltantes de combustibles en el período mayo-julio. De este modo estaríamos frente a un cambio en la estacionalidad de la industria, que comenzaría a comportarse en forma muy dinámica entre febrero y abril, para ir compensando luego, a medida que la falta de energía y/o combustible en invierno complica los programas de producción.
La escalada en los precios de las materias primas –el IPMP del BCRA marcó en enero un aumento de 4,8%- ubica nuestras proyecciones de sector externo en un terreno conservador, más allá del estrangulamiento puntual –posible balanza comercial equilibrada en febrero-. Nuestras estimaciones fueron construidas con precios internacionales 10% por debajo de los actuales, proveyendo de un colchón confortable a las proyecciones de exportaciones del sector agroindustrial de US$29.400 millones.
Con las proyecciones de sector externo confirmadas, la economía crecería en 2011 6,5%, por debajo del 9% de 2010, dado que la contribución que el año pasado tuvo la agricultura por la súper cosecha ascendió a 2.5 p.p. y no va a estar presente este año, en que se aguarda una cosecha similar.
La política, ya se sabe, es política fiscal. Mientras sigue criticando correctamente el irresponsable 82% móvil de la oposición, el Gobierno anunció una suba del 17,3% con los haberes de marzo que se adiciona al 16,9% incorporado en septiembre pasado y lleva la jubilación mínima a $1.227, equivalente al 67% del Salario Mínimo, Vital y Móvil. Este aumento implica mensualmente $1.600 millones, y adiciona 0,4 p.p. al gasto anual. Este anuncio marca el puntapié inicial de una política fiscal electoral fuertemente expansiva y que daría un impulso al consumo con tasas de interés del ahorro negativas. La recaudación tributaria sostiene por ahora la trayectoria del gasto. La recaudación de enero marcó un nuevo récord impulsada por el sector externo, pero también por el gasto doméstico y la inflación, y eleva la nominalidad de nuestras proyecciones para el año a $533.000 millones.
Finalmente, vale remarcar la nueva estrategia de la ANSES que reduce en términos netos el fondeo al Tesoro ayudado por la venta de títulos públicos en el mercado secundario y asigna en forma creciente sus recursos al financiamiento productivo o de proyectos de infraestructura. Más allá del nombre que quiera darse a estos últimos, los criterios de asignación en función del impacto económico y no de la capacidad de repago, abren un nuevo interrogante a futuro. En el interín, el BNDES a la Argentina, que financia infraestructura pública y proyectos privados de inversión, sigue su ruta.