- La política económica frente a las restricciones:
- La política reconoce restricciones
- ¿Devaluación expansiva?
- Descongelamiento de 9500… Congelamiento de 500
- Heterodoxia o mala praxis
- Crecimiento 2013… 4%
- El mundo:
- ¿Se nos cayó encima o es el mejor de los mundos posibles?
En nuestro último informe publicado en el fragor de la manía del dólar marginal nos preguntábamos si todavía quedan cajas y a nuestra respuesta afirmativa seguía una afirmación que sostenía que “probablemente la magnitud y efectividad de las mismas resulte cada vez menor”. El anuncio del blanqueo nos dio la razón, quedan balas pero cada vez de menor calibre. El blanqueo resulta un intento sui generis de abrir la cuenta capital para intentar recomponer la pérdida de reservas, invitando a participar al capital “negro” que sin costo fiscal podría ser “blanqueado” aceptando una tasa de interés bien por debajo de la que pagaría Argentina si accediera al crédito, o lo que es lo mismo un costo equivalente a una quita del 10/25% a valores de mercado, dependiendo la duración del instrumento utilizado (CEDIN o BAADE).
El otro giro desde entonces estuvo dado por la demorada decisión de la política de ponerle un techo al dólar marginal. Intervención que fue exitosa para bajar el dólar casi 2 pesos desde el overshooting de $10,5 a principios de mayo y que en los hechos manejó dos líneas de acción: En forma directa sobre la oferta a través de la ANSES en el mercado de contado con liquidación vendiendo bonos contra pesos y a través de otros agentes en el mercado marginal. Por otro lado, pareciera haber empezado a reaccionar reconociendo la inviabilidad de sostener la demanda de pesos sólo con controles; en este punto ya van cinco subas consecutivas en la tasa de las Lebacs que acumulan 250 pbs, y que empiezan a verse reflejadas en las tasas de plazos fijos que además recibieron el impacto de la menor liquidez generada por cuestiones transitorias (el pago de ganancias) y otras derivadas de decisiones como la no intervención en el mercado de call por parte del Banco Nación y/o el retiro de plazos fijos oficiales de los bancos. Aún cuando todavía las tasas de interés siguen siendo negativas, la trayectoria del último mes tiende a achicar la brecha, tanto cuando se mide contra la inflación (21,5% i.a. en mayo) como cuando se lo hace contra la tasa de devaluación (21% en el margen durante mayo). Ambos recorridos de la política económica confirman nuestro escenario base donde no incluíamos ni una devaluación brusca ni un desdoblamiento cambiario. Como venimos sosteniendo, los grados de libertad de la política son cada vez menores. Sin embargo, aún cuando el cepo cambiario no alcanza para evitar que las reservas sigan cayendo, en un contexto en el cual los incentivos a ingresar dólares al país al tipo de cambio oficial son nulos, el ritmo de caída no alcanza para gatillar -como ocurrió en otras oportunidades de la historia argentina- per se, un cambio en la estrategia cambiaria. Dicho de otro modo, prohibida la fuga de capitales, es el propio BCRA el que define el ritmo de la devaluación “oficial” del peso, sobre todo en un año electoral.
Finalmente y en lo que hace a la la puja distributiva, se dio en simultáneo la concentración del cierre de paritarias (en torno a 23/24%) con el descongelamiento de precios. Descongelamiento que fue publicitado como un congelamiento a 500 productos de la canasta a ser controlado por “organizaciones populares”, replicando la estrategia comunicacional utilizada con los combustibles donde el aumento de precios se dio en simultáneo con el anuncio del congelamiento. En los próximos meses y hasta las elecciones, el aumento en el ingreso real disponible generado además por la suba anticipada en la Asignación Universal por hijo, se va a ver reflejado en el consumo, aunque el acompañamiento autorizado de los precios indica que va a ser transitorio.
En otras palabras, hacia adelante el objetivo de la política es limitar la apreciación del tipo de cambio real, o sea que la devaluación, los precios y los salarios se muevan en línea. Si bien esto dista de la sintonía fina que requiere la política económica una vez que se acabó el excedente de dólares de la cuenta corriente, los movimientos en el último mes dan cuenta que el Gobierno tomó nota que las restricciones existen. La economía vuelve a primar sobre la política. La posibilidad de sostener la estrategia después de Octubre y hasta 2015 dependerá de que este reconocimiento transitorio se sostenga en el tiempo y que esté acompañado por otras políticas que de algún modo contribuyan a limitar la pérdida de competitividad de los sectores inicialmente favorecidos por el modelo: los exportadores y en particular las economías regionales”, que hoy están contra las cuerdas. La devaluación en el margen de nuestros vecinos en un mundo donde EE.UU. empieza a evaluar el inicio del desmonte de los estímulos monetarios agrega alguna presión al escenario.
Argentina afronta en los tiempos por venir una “larga marcha” en procura de las divisas necesarias para apuntalar su economía. Por ahora en la ruta de Deng Xiaoping… no importa el color del dólar: blanco o negro, si sirve para ganar elecciones.