- ¿Se modera el crecimiento?
- Se desacelera la Inversión y no el Consumo
- La participación de importados dentro de la inversión es mayor que en 1998
- Por el lado de la oferta, sólo el agro explica la desaceleración
- Mayor crecimiento de la industria sin afectar la capacidad ociosa
- El deflactor del PIB duplica la inflación minorista
Los datos del primer trimestre confirman una desaceleración del PIB, que luego de crecer a tasas desestacionalizadas (s.e.) superiores a 2% en los tres trimestres previos, pasó a hacerlo a un ritmo de 1,2% s.e., compatible con un crecimiento anualizado de 4,8% y de 6,5% si se tiene en cuenta el arrastre estadístico que dejó 2005. Los números del EMAE de abril confirman esta desaceleración, con un crecimiento de sólo 6,4% i.a., que se eleva a 7,6% i.a. si se corrige por el “efecto pascuas”. Sin embargo, no sería la primera vez que los números muestran una desaceleración que luego se revierte en los meses posteriores, considerando además el fuerte impulso a los ingresos que tendrá un amplio sector de la población a principios del segundo semestre del año.
De todos modos, en el último mes entraron en juego dos factores adicionales cuya coexistencia podría morigerar el impulso a la demanda que generaría esta recomposición de ingresos. Por un lado, el endurecimiento en el escenario internacional, que día a día da cuenta que la mayor volatilidad llegó para quedarse, y si bien la Argentina está mejor preparada que en otras oportunidades, no está exenta de sus efectos colaterales. Por el otro, ya en el ámbito local, la reciente decisión del Poder Ejecutivo de poner un freno al Gasto Público, algo que se vio reflejado en las cuentas fiscales del mes de mayo. Por primera vez en lo que va del año el aumento en el Gasto Primario se ubicó en línea con el de los Ingresos (y casi 3 p.p. por debajo, si se considera únicamente el Gasto corriente), cuando en el acumulado hasta ahora el aumento del Gasto excedía en casi 4 p.p. al de los Recursos.
El hilo conductor de la desaceleración del PIB está dado casi exclusivamente por la Inversión, mientras que el Consumo Privado se frenó en el margen, pero menos que el promedio de la economía, y el Consumo Público no mostró casi signos de moderación. Sin embargo, la suba interanual de la Inversión y los indicadores adelantados de abril y mayo dan cuenta de una continuidad en el sendero de expansión de esta componente. De hecho, los determinantes de la Inversión siguen siendo sólidos. Es cierto que a la incertidumbre propia por la falta de reglas “largas” se adicionan los cambios mencionados en el escenario internacional, sin embargo, esta situación se ve hasta ahora compensada por la alta rentabilidad que mantienen en gran medida los sectores productores de bienes y el escenario de tasas de interés reales mayoristas, que en esta etapa del ciclo recién están llegando a la neutralidad.
Es decir, seguimos proyectando una mayor expansión en la segunda mitad del año, aunque probablemente algo menor, por lo que corregimos levemente hacia abajo la proyección del PIB para 2006 de 8,2% a 7,8% y la del próximo año de 6,8% a 6,5%.