A días de las elecciones presidenciales en USA -que tendrán lugar el próximo 6 de noviembre-, el foco de la atención pública está concentrado en la dinámica del ciclo económico norteamericano en general y en los números de la economía en particular. “Números” que protagonizaron los debates presidenciales de las últimas semanas. Desde las inconsistencias del plan del candidato republicano Mitt Romney –con una matemática que, según el actual presidente, no termina de cerrar del todo frente a la propuesta de bajar impuestos por US$5 billones y aumentar el gasto militar en US$2 billones a 10 años. Hasta los flojos números de la economía del presidente -quien había proyectado un desempleo en 5,4% para fines de este año en la campaña de fines de 2008 (frente al 7,8% actual)- y una reducción del déficit fiscal que nunca llegó.
Más allá del ruido político generado a partir de la retórica discursiva de los candidatos, la economía norteamericana sigue recuperándose lentamente: mientras en 2010 el ritmo de crecimiento se mantuvo en torno al 3%, luego del desplome gatillado por la caída del banco inversor Lehman Brothers, en los últimos siete trimestres éste se desaceleró al 2%. Escenario consistente con una economía norteamericana donde la herramienta de tasa de interés en 0% se desconecta de los niveles de actividad y empleo frente a familias y bancos que siguieron reduciendo el sobre-endeudamiento, el freno a las exportaciones generado por la crisis en Europa y una construcción residencial que ha venido contribuyendo poco mientras la economía continuó depurando el exceso de inventarios de casas.
En este contexto, el crecimiento del empleo –se recuperaron sólo 4,3 millones de los 8,8 millones de puestos de trabajo que destruyó la Gran Recesión- apenas alcanzó para absorber el crecimiento vegetativo de la población.
La novedad en los últimos meses es que empieza a haber algunas señales de estabilización en el mercado inmobiliario. Los precios vienen subiendo en el margen y los stocks de casas sin vender se ubican en los mismos niveles de septiembre 2005. Sobre todo cuando el programa de compra de títulos hipotecarios de la ReservaFederal de EE.UU. mantendrá la señal de tasas hipotecarias en mínimos históricos para incentivar el refinanciamiento de las deudas y la venta de casas nuevas (hoy en 389.000 unidades vs 306.000 un año atrás).
Hacia adelante, el riesgo de un ajuste fiscal automático en torno al 3,6% del PBI en 2013 si demócratas y republicanos no coordinan una transición más gradual –algo que parece poco probable-, constituye uno de los riesgos principales para el próximo año.
Frente a esta foto de la economía norteamericana, las encuestas según el diario The Economist darían cuenta de un mapa electoral muy parejo en el porcentaje de los votos nacionales (Mitt Romney 47,9% vs Barack Obama con el 47%), aunque el actual presidente mantiene la mayoría en el Colegio Electoral. Veremos cómo termina esta historia.
*Economista de Estudio Bein & Asociados.