La Fed y el Banco Central Europeo: Con sesgo monetario divergente
La asimetría entre una política monetaria de USA que comienza a acercarse al ciclo de suba tasas (¿segundo semestre de 2015?) vis a vis el escenario de convergencia hacia el equilibrio de pleno empleo y estabilidad de precios por un lado; y por el otro, una política monetaria de la Zona Euro que extiende el escenario de tasas muy bajas frente al escenario de baja inflación (0,4% i.a.), altos niveles de desempleo (11,5%) y desconexión del canal del crédito, ha impactado en la devaluación del Euro, divisa que se debilitó desde una paridad promedio de 1,38 en marzo a un nivel actual de 1,336.
La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) sostuvo que si bien la economía ha exhibido señales de recuperación en línea con una convergencia más rápida de la tasa de desempleo y de la inflación hacia la meta consistente con un equilibrio de pleno empleo, todavía existen señales de sub-utilización de recursos en el mercado de trabajo, lo que en algún punto estiraría el escenario de tasa cero hacia el segundo semestre del año 2015.
Por otro lado, en línea con las señales de recuperación económica, la Fed recortó en US$10.000 millones el programa de compra de bonos, llevando el ritmo de inyección monetaria asociado a la adquisición de bonos soberanos y mortgaged backed securities a US$25.000 millones por mes. De continuar este ritmo de recorte del programa de compra de bonos, la Fed finalizaría la emisión monetaria asociada a esta herramienta hacia el último trimestre del año, con lo que aún quedaría una emisión monetaria remanente de US$105.000 millones en línea con una hoja de balance de la Fed que hacia fin de año alcanzaría un tamaño de 4,9 veces el nivel de agosto de 2008.
En algún punto, el riesgo de una suba de las tasas de interés de corto plazo de los bonos soberanos de USA asociado a una convergencia más rápida de la economía norteamericana hacia un escenario de pleno empleo y estabilidad de precios respecto del escenario base de la Fed, podría interrumpir la suba de los precios de las acciones en un contexto donde la escalada del riesgo geopolítico enciende una luz amarilla en el equilibrio global asociado al desacople de los precios de las acciones respecto de los fundamentals económicos.
En este contexto, la corrección de los mercados de acciones en EE.UU. de la última semana (3,8%) estaría capturando este riesgo en consistencia con el flattener (i.e. aplanamiento) de la curva de rendimientos de la deuda soberana. Dinámica que en algún punto estaría reflejando la dualidad asociada al aumento de las tasas de interés de corto plazo frente a la convergencia de la inflación y el desempleo hacia los objetivos de la Fed, y a la caída de las tasas de interés de largo plazo generada por el menor crecimiento potencial esperado y la escalada del riesgo geopolítico. Sobre todo en un contexto donde el desacople entre los precios de las acciones y el crecimiento económico estaría determinado por la extensión del escenario de tasa cero en el tiempo y la inyección de liquidez sistémica de los Bancos Centrales del mundo desarrollado.
En algún punto, los altos niveles del Price Earning Ratio ajustado por el Ciclo (26,05) -en la versión del índice confeccionado por Robert Shiller- respecto de la media histórica desde 1980 (21,29) estaría capturando esta disociación entre la reflación de los activos financieros inducida por la intervención monetaria de los Bancos Centrales y el menor crecimiento potencial de largo plazo de las economías desarrolladas generado por los altos niveles de apalancamiento y los factores de histéresis en el mercado de trabajo. Poniendo el foco en los factores del mercado laboral de USA que en algún punto intentarían cuantificar el grado de sub-utilización de los recursos productivos asociado a los factores de histéresis post crisis financiera global, la tasa de participación de la oferta de trabajo pasó de 62,8% a 62,9% de la población urbana total, mientras que el desempleo de largo plazo (i.e. mayor o igual a 27 semanas) se mantuvo en 32,9% del total de desempleados.
Evidentemente, a medida que la oferta de trabajo siga recomponiendo participación en la población urbana total frente a la recuperación sostenida pero lenta de la economía norteamericana, la trayectoria descendente de la tasa de desempleo perdería dinamismo, estirando en el tiempo el escenario de tasas bajas.
En rigor, haciendo un ejercicio de simulación del mercado de trabajo norteamericano, para que la tasa de participación de la oferta de trabajo se recomponga hacia un nivel de 65% en los próximos dos años (diciembre de 2016) desde el nivel actual de 62,9%, manteniendo en los niveles actuales la tasa de desempleo (6,2%), el ritmo de creación de empleo necesario para absorber el crecimiento vegetativo de la población (0,1% por mes) y la reincorporación gradual de los “desempleados desanimados” (108.100 por mes) ascendería a 299.000 puestos de trabajo por mes.
Esta lectura se ubica bien por arriba del ritmo de creación de empleo de los últimos tres meses (245.000), luego del dato de julio donde la creación de empleo fue de 209.000. Mientras tanto, el Banco Central de la Zona Euro decidió mantener el set de tasas de interés de referencia, luego del impulso monetario de junio, en consistencia con el escenario de recuperación económica moderada e inflación viajando por debajo (0,4% i.a.) de la meta de la autoridad monetaria (ligeramente por debajo del 2% i.a.).
En línea con esta decisión de política monetaria, la retórica discursiva volvió a hacer hincapié en la extensión del escenario de tasas bajas por un período de tiempo extendido en pos de acelerar la convergencia desde abajo de la inflación hacia la meta de la autoridad monetaria. Asimismo, el Banco Central Europeo ratificó por unanimidad el compromiso de implementar herramientas monetarias no convencionales (i.e. compra de activos financieros) frente a un escenario potencial donde la baja inflación se prolongara a lo largo del tiempo, poniendo en riesgo el objetivo de estabilidad de precios.