Si bien Miguel Bein, referente económico del precandidato presidencial Daniel Scioli,es uno de los analistas que con mayor optimismo proyectan el futuro inmediato de la economía argentina, no por eso deja de señalar que la estrategia de corto plazo del Gobierno “no funciona como mecanismo para sostener el crecimiento a largo plazo” y plantea la necesidad de resolver problemas, según el último informe de su estudio.
Al respecto, sostiene que la recuperación salarial que derivará de las paritarias más la vuelta al mercado financiero, que permite la obtención de dólares, resulta “muy efectiva en el corto plazo”.
Pero también afirma que “no funciona como mecanismo para sostener el crecimiento en el largo plazo, partiendo de desequilibrios fiscal y de cuenta corriente”. La proyección del Estudio Bein es que al final del mandato de Cristina de Kirchner, el déficit del Tesoro se va a ubicar en la zona de 5% (neto de intereses intra sector público) y el rojo de las cuentas externas en 2,1% del PBI (3,1% con las DJAI normalizadas).
Llamativamente, en la conferencia de prensa que diera el ministro Axel Kicillof el lunes pasado para informar modificaciones en el impuesto a las Ganancias que benefician a los sueldos más bajos, se hizo una mención explícita del referente económico de Scioli.
Llamó la atención que en una de las filminas de la presentación que realizó el titular del Palacio de Hacienda, se vea la foto de Bein antecedida por la frase “En el año 2000, de la mano del Viceministro de Economía de Machinea, el secretario de Política Económica Miguel Bein, se produjo una nueva modificación en Ganancias. Se empeoró la situación de los salarios más bajos”. Se comentan en fuentes de la provincia de Buenos Aires que el Kicillof estaría muy molesto con su colega por las críticas que efectúa a la marcha de la economía.
• Vuelta al mercado
Volviendo al informe mensual del Estudio Bein, la colocación del Bonar 24 por u$s 1.416 millones “confirmó que el mercado de crédito no estaba cerrado para el Estado”.
En este sentido, rescata también la vuelta al mercado de YPF y la fluidez con que se va activando el swap con China del que ya van desembolsados u$s 4.800 millones de los 11.000 millones acordados inicialmente.
A partir de estos datos, Bein a diferencia de otros economistas estima un “crecimiento de 1,5% del PBI en 2015, un dólar de $ 9,80 (o algo más bajo) al 30 de noviembre, una tasa de inflación en la zona del 24% (también hasta noviembre) y reservas internacionales que al final del mandato y después del pago del Boden 15 se ubicarían en torno a u$s 28.000 millones o más dependiendo de cuantos tramos adicionales se activen del swap con China”.
Se entiende que “esto asegura que van a estar disponibles las divisas para financiar el aumento en la demanda que genera el dólar funcionando como semi-ancla mientras la política fiscal y la de ingresos duplican la dinámica”, explica.
El mayor consumo viene en parte, de la mano de nuevos programas sociales (duplicación de la nómina del plan Progresar y la incorporación de 450.000 nuevos jubilados con la reapertura de la moratoria previsional aprobada por el Congreso un año atrás) con aumentos de los montos por encima de la tasa de inflación (40% y 38% interanual respectivamente contra 24%).
Más allá de la disputa por el Impuesto a las Ganancias entre el Gobierno y los sindicatos, se espera que en los próximos meses se vea reflejado el impacto pleno sobre el bolsillo de aumentos salariales en la zona del 30% en dos o tres cuotas con una inflación que se ubica en la zona del 1,5% mensual.
• No funciona a largo plazo
Tras estos datos positivos, el informe de Bein sostiene que esta estrategia no funciona para sostener el crecimiento a largo plazo. Desde esta perspectiva, apunta que “apelar al endeudamiento, como finalmente empezó a hacer el Gobierno con el Banco Central en el último año y con el mercado en la última semana, y como hicieron la mayor parte de las economías vecinas para financiar desequilibrios de cuenta corriente de 3/5% del PBI puede resolver por varios años este dilema, aunque como ya quedó demostrado en el pasado, no dura para siempre salvo excepciones (USA, Australia)”.
Se señala que la Argentina puede y debe insistir en organizar un proceso de crecimiento sostenido de la economía a partir de los altos niveles de los cuales se parte, sin apelar al aumento desmedido de la deuda como mecanismo de financiamiento de largo plazo, sino como mecanismo de corto plazo para “financiar la inversión en infraestructura y en sectores generadores de divisas que son los que en definitiva van a permitir abastecer de dólares al entramado energético, industrial y de servicios”.
En cuanto a las fórmulas, se descarta “un ajuste brusco que primero libere todos los controles y dejar que la economía ajuste sola a los nuevos precios relativos, aunque tampoco se puede proponer mejorar el `entramado industrial´ aumentando más la protección y los precios internos desde niveles muy altos en un contexto donde el dólar se fortaleció y nuestros precios de exportación cayeron”.
Hoy – sostiene – Argentina se encuentra presionada frente a la caída en los precios de sus principales productos de exportación y las devaluaciones que sufrieron los países vecinos.
Según se desprende del paper, no son pocas las medidas que deben tomarse. El informe de Bein señala que la agenda del país debe apuntar a “resolver en forma consistente los tres problemas de los que parte la economía”. Uno son “los problemas de competitividad (distorsión de precios relativos), haciendo uso de la política fiscal bajando aquellos subsidios mal direccionados y las retenciones dañinas, y aumentando y pagando en tiempo y forma los reintegros a la exportación y el IVA a los exportadores”.
En segundo lugar menciona “la dominancia fiscal implícita en haber llevado demasiado lejos el desequilibrio fiscal sin crédito y con financiamiento del BCRA”. Para corregirlo considera necesario hacer uso de la disponibilidad de crédito en el mundo a tasas bajas mientras se trabaja en reducirlo gradualmente implementando una regla fiscal de crecimiento del gasto por debajo de los recursos.
Por último, se plantea “bajar las elevadas tasas de interés que devengan la deuda pública y privada en un mundo de tasas cercanas a cero”. En paralelo considera que se debe trabajar en fortalecer un ancla nominal de la economía (la tasa de interés del ahorro en pesos) que apunte a hacer que la moneda local funcione como reserva de valor, condición necesaria para extender un mercado de crédito local que financie la inversión y, fundamentalmente, para no atar la performance de la economía a los vaivenes de los mercados internacionales.
Y concluye que si bien “hoy hay margen para graduar la corrección y evitar costos en términos de empleo, pero no conviene perder de vista que el punto de partida es la restricción del sector externo”.