El último informe de Miguel Bein -principal referente económico de Daniel Scioli, el candidato presidencial que obtuvo la mayor cantidad de votos en las primarias-, señala que “sin margen para las correcciones bruscas del tipo de cambio, se requiere avanzar por la vía fiscal”. En tal sentido, propone “una agenda que normalice la carga tributaria sobre el comercio exterior y en paralelo otra agenda de reordenamiento de los subsidios mal direccionados”. Asimismo, otra definición importante es que propone “la construcción de un acuerdo social que permita conectar ambas agendas”.
El trabajo que lleva como título, “Latinoamérica: De administrar la abundancia a manejar la escasez” hace referencia a las complicaciones que presenta el contexto internacional. Con relación a Latinoamérica señala que se observa una desaceleración brusca en el crecimiento, con relación al experimentado en los años previos, o directamente una recesión fuerte como en Brasil.
Sostiene que aquellos países con mayor margen de maniobra para hacer políticas contra-cíclicas, como Chile o Perú, que pueden bajar la tasa de interés y expandir fiscalmente, también enfrentan un fuerte freno del crecimiento y una aceleración de la inflación que empieza a escaparse de las metas de los bancos centrales.
En tanto la situación de Argentina, fue que “el cierre de la cuenta capital contribuyó a estirar el cierre de las cuentas externas, aunque el aumento de los salarios en dólares en 2010 y 2011 (50% en dos años) y la desaparición del superávit fiscal, consecuencia de la estrategia de recuperar el caudal político perdido en 2009 con la crisis, también anticipó la llegada de la restricción externa por otra vía.
Para Bein mientras que para un grupo de países aprovechó la liquidez internacional Argentina, intentó manejar la escasez con controles de capitales, financiando en paralelo una brecha fiscal creciente con impuesto inflacionario, se estancó a partir de 2012. Es decir, mientras algunos países de la región financiaron con deuda un mayor deterioro del déficit de la cuenta corriente externa, Argentina se desendeudó afectando la liquidez del BCRA”.
Es que a diferencia del resto del mundo que importa materias primas, la deflación de commodities es inflacionaria en los países de la región que exportan dichos productos debido a la devaluación de sus monedas.
Según el trabajo de Bein, “el mundo enfrenta una Guerra de Monedas voluntaria” en los países desarrollados, pero “involuntaria” en los países emergentes que son “devaluados” por el mercado”.
Para el consultor económico de Scioli Brasil está más complicado, ya que si bien puede devaluar en términos nominales, debe en paralelo subir la tasa de interés para limitar la salida de capitales “y forzar un ajuste fiscal que nunca llega dada la erosión en la recaudación y la disparada en la carga financiera de los intereses de la deuda”.
Se entiende que “este ajuste fiscal imposible que es exigido para sostener el grado de inversión necesario para seguir financiando la brecha fiscal: la imagen de un perro que se muerde la cola”.
Ventajas
En cuanto a la Argentina, el informe precisa que la decisión de apreciar el tipo de cambio real y en paralelo financiar la brecha fiscal con el Banco Central generó “una situación dual”.
A su juicio, “por un lado, no se cuenta con un ancla nominal que permita corregir los precios relativos vía una devaluación como en el caso de los vecinos. Pero, al mismo tiempo, cuenta con la ventaja “de haber llegado al escenario de restricción externa y cuasi pleno empleo con una situación inédita de solvencia”.
El trabajo remarca que “la combinación de baja deuda pública y privada en los mercados en un mundo líquido permitiría apalancar transitoriamente la economía para financiar inversión productiva y graduar las correcciones de precios relativos necesarias para recomponer la rentabilidad de los sectores generadores de divisas que aseguren el repago de la deuda”.
En este punto el economista coincide también con sus colegas de la oposición tanto del Frente Renovador como el PRO en el sentido de que Argentina cuenta la ventaja de un bajo endeudamiento para financiarse en el exterior.
Aunque un escollo para esto es, sin duda, el litigio con los fondos buitre. Si bien en el “paper” de Bein no lo aclara específicamente ya en otras oportunidades e incluso en declaraciones periodísticas el economista anticipó que para acceder al financiamiento internacional era necesario previamente “acordar con los fondos buitre”, dando a entender que será una de las primeras acciones en caso de ser presidente Daniel Scioli.
Volviendo al tipo de cambio el informe puntualiza que “sin margen para correcciones bruscas del tipo de cambio, se requiere avanzar por la vía fiscal” y detalla que “esto implica una agenda que normalice la carga tributaria sobre el comercio exterior y en paralelo otra agenda de reordenamiento de los subsidios mal direccionados que financie la caída de la recaudación, promueva el uso racional de la energía y reduzca el déficit de divisas”.
Al respecto, Bein se manifestó públicamente a favor de bajar las retenciones (en particular al maíz y al trigo) como asimismo dejar de subsidiar con las tarifas a sectores con ingresos. Para Bein “el Mundo está a mitad de camino: ni muy desfavorable ni muy favorable, y las condiciones de partida brindan la posibilidad de conectar la agenda del crecimiento vía consumo con la agenda de desarrollo vía inversión, limitando las correcciones bruscas que caracterizaron nuestro pasado”.
Según la opinión del estudio del referente de Scioli, esto “requiere, además, la construcción de un acuerdo social que permita conectar ambas agendas” y concluye que “en este largo camino hacia el desarrollo, es condición necesaria iniciar el proceso de construcción de una moneda nacional que cumpla el rol de reserva de valor, además del rol de unidad de cuenta y medio de pago”.