La economista Marina Dal Poggeto prevé un 2009 sin colapso productivo ni default y con limitada pérdida de empleos. El estudio Bein calcula que la Argentina puede crecer hasta un 2% este año. La soja, una vez más, cumplirá un papel clave. El problema es que los Kirchner no ahorraron en la era de vacas gordas. La incertidumbre del ciclo externo.La economía mundial se cae como un piano y los datos de la Argentina revelan un verano para el olvido. Pero se ve la luz al final del túnel. En un país acostumbrado a explotar una vez cada siete años, es muy probable que en 2009 el crecimiento sufra un brusco freno, pero sin colapso productivo, con limitada pérdida de empleo y -raspando la olla- sin default.No lo dice el Gobierno. Es la opinión de Marina Dal Poggetto, economista del Estudio Bein y Asociados, uno de los think tank más certeros del mercado. En diálogo con este medio ató -como no puede ser de otra forma- la suerte de nuestra economía a que el declive global toque el piso a mitad de año.-¿Cómo arrancó el 2009?-Hay un freno muy fuerte en el cuarto trimestre de año pasado, con un enero que está un poco disfrazado de vacaciones. Están todas las paradas de planta concentradas en este mes y hay una caída en la producción industrial muy fuerte. No quiero poner un número, pero todas las empresas están tratando de reducir los stocks y tratando de cancelar al banco, con lo cual frenan la producción, todavía con poca caída del nivel de empleo. Pero el primer trimestre va a ser muy malo.-¿Y después?-El segundo trimestre va a depender un poco de lo que pase con la soja. Eso determinará el nivel. Estamos proyectando una salida hacia el segundo semestre, pero basándonos en un escenario internacional donde la economía hace piso y que sale. Vemos un cuarto trimestre con un crecimiento internaual de entre 3 y 4%, comparado con la base bajísima que fue el cuarto trimestre de 2008.-¿Qué pronóstico tienen para todo el año?-Estamos en torno al 2%. Pero la verdad es que puede ser dos o puede ser cero. En cualquier caso es un escenario muy bueno, dada la comparación histórica de la Argentina de crisis cada siete años con caídas muy pronunciadas del Producto, en un contexto como éste, donde lo que tenés es un mundo cayendo a toda velocidad, entrando en una depresión.-¿Cómo analiza las medidas del Gobierno para alentar la demanda?-Tuvo un impacto moderador no menor el tema de los 200 pesos por única vez a los jubilados y en el plan Jefes, en diciembre. Eso de tirarle plata a los sectores con alta propensión a consumir tiene impacto. Obviamente hay una restricción presupuestaria y no podés hacerlo todo el tiempo. El problema de la Argentina es que no ahorró en la parte alta del ciclo.-¿Pueden incidir los canjes de electrodomésticos y los préstamos de la Anses?-Los anuncios de plan canje, me parece que son más anuncios que efecto real sobre la economía. Después está el intento de la Anses de redireccionar el crédito. Ahí hay dos patas, las familias y las empresas. En lo que tiene que ver con las familias, no tiene ningún impacto. Los bancos que licitaron tasas no prestaron mucho. Pero para las empresas, el financiamiento barato a las pymes se otorgó todo lo que había. También todo lo que tiene que ver con comercio exterior sirve. Ahí tenés una necesidad no menor para evitar el desplome, con prefinanciación de exportaciones.PRESERVAR EL EMPLEO-¿El Gobierno podría resucitar la demanda en el segundo semestre?-Va a estar muy atado a lo que pase con el ciclo externo. El mecanismo para mantener a flote la demanda tiene que ver un poco con minimizar la pérdida de empleo, que me parece que es lo que se está haciendo, además de alguna recuperación del salario real en el margen. Hoy el problema de la economía no es ni el tipo de cambio ni de competitividad en un mundo donde nadie va a invertir un peso en nada. Con un tipo de cambio más alto tampoco vas a producir más autos o más metales porque no se los vas a vender a nadie. El problema es cómo sostener la demanda doméstica. Pero el mismo problema lo tiene todo el mundo y todo el mundo está cerrándose.-¿Cómo ve la evolución de los precios en este contexto?-Vemos una inflación del 12%. Pensando en un dólar a 3,88 o 3,90 pesos a fin de año, el sector de transables estará bastante estable, es decir con subas bajas. Con una demanda frenada y con las devaluaciones que tuvieron los países vecinos, es difícil que puedan subir más los precios. En los bienes no transables tenés una doble apertura. Por un lado los servicios no regulados, que van a ir al ritmo de los salarios -nuestra proyección es de 15% de aumento de salarios, 3 puntos por encima de la inflación- mientras que los regulados irán de acuerdo con la política tarifaria del Gobierno.-¿El escenario de default está descartado?-En 2009 creemos que sí. El Gobierno llega usando los amortiguadores, todos los colchones que tiene. Observamos que la política del Gobierno es maximizar el gasto sin entrar en default. Expando el gasto todo lo que puedo pero tengo la restricción presupuestaria bien metida en la cabeza.-¿Con qué se financiará?-Usarán el colchón de las reservas del Banco Central llevando al límite de los adelantos transitorios y el de los depósitos del sector público en el Banco Nación. Teniendo vencimientos por 20.500 millones de dólares y un superávit de 8.700, con financiamiento intra-sector público de 4.700 millones, más el canje de préstamos garantizados, y un financiamiento pleno del roll-over de la deuda con organismos internacionales, el Gobierno llega. Está al límite, pero llega.UN MUNDO EN PICADA-A nivel internacional, ¿la economía real tocó fondo?-Afuera también hay un proceso de reducción de stocks y las empresas están tratando de mejorar sus balances despidiendo gente. El piso todavía no está. Algunos economistas, como Nouriel Roubini, te dicen que el mundo va a salir recién a mediados del año que viene. Otros piensan que la recesión es tan profunda que el mundo no tolera una continuidad de la recesión en estos niveles, con lo cual en algún momento hace piso y arranca desde muy abajo.-¿Qué indicios hay?-Lo que tenés es una caída en la producción más fuerte que la caída en las ventas, con lo cual los stocks empiezan a descomprimirse, pero no está claro cómo se sale, qué pasa con el crédito, cómo termina la economía generando más crédito o una mejora en los ingresos que permita compensar por el lado de la demanda. Es un mundo complicado.-Pero en materia financiera, ¿lo peor sí ya pasó?-Ahí vemos que el riesgo sistémico se moderó. No vamos a tener bancos quebrando. Lehman fue un experimento muy complicado. La idea de hacerle pagar a los accionistas y dejar quebrar el banco, provocó una destrucción de los canales financieros, como si le taparan todos los vasos sanguíneos a la economía mundial. Eso generó un desplome significativo y un riesgo de caídas de bancos muy importantes.-Lo que usted dice es que no hay más sensación de efecto dominó.-Se aprendió después que no iba a caer ningún banco más y empezaron los experimentos para ver cómo hacer que no caigan. Primero el Capitolio habló de la compra de activos tóxicos; después Gordon Brown dijo mejor no, mejor capitalizar los bancos. Después se dieron cuenta de que no alcanzaba la plata y apareció el experimento del Citi, donde en vez de inyectar plata usan avales, con lo que eliminaron la restricción financiera. Eso moderó el riesgo y bajó el call entre bancos, lo que alejó la crisis financiera. Pero no hay bancos prestando. |