Chipre: Un experimento peligroso

Cuando el sistema financiero de la Zona Euro empezaba a mostrar señales de estabilización, el riesgo de default en Chipre gatilló una ¿nueva? fuente de incertidumbre sobre los mercados.

¿Cómo llegamos hasta acá?

Al igual que las demás economías de la periferia europea, Chipre se benefició por la baja en las tasas de interés que generó el ingreso a la moneda común al principio de la década pasada. La economía creció en promedio de 3,8% hasta 2008, el desempleo bajó al 3,8% y la deuda pública se mantuvo estabilizada en torno al 63% del PBI.

La contrapartida financiera de este esquema macroeconómico fue un fuerte ingreso de capitales favorecido además por un esquema impositivo con alícuotas bajas de impuestos a las ganancias para las firmas y una reglamentación laxa en relación a los mecanismos de control de lavado de dinero –proxy de un paraíso fiscal-. Esto se reflejó en un sistema financiero que alcanzó nada menos que ocho veces el tamaño del PBI de Chipre.

A partir de la crisis financiera global en 2008, la combinación del desarme de la burbuja inmobiliaria y el desplome de los precios de los títulos griegos generaron una situación de insolvencia que fue estirada hasta ahora con aportes de capital de la propia Zona Euro y de Rusia (cuyas empresas y familias representan una porción significativa de los depósitos).

Esta vez, y al borde de que los bancos no puedan abrir frente a la corrida, la condición que imponen las autoridades europeas para destrabar el salvataje de 10.000 millones de Euros que requiere la situación consiste en que las autoridades de Chipre consigan por su cuenta 5.800 millones.

En un primer momento, las autoridades europeas propusieron conseguir ese monto vía un impuesto de una vez sobre los depósitos de los bancos (6,75% para los menores a 100.000 Euros y 9,9% para los superiores a ese monto). Sin embargo, el Parlamento de Chipre rechazó la propuesta europea con 36 votos en contra y 19 abstenciones.

Mientras tanto, el Parlamento intenta negociar un plan B para conseguir los fondos demandados por las autoridades europeas vía una reestructuración del segundo banco más grande, Cyprus Popular Bank, a partir de la venta de activos “tóxicos” a un “Banco Malo” y el pasaje de los activos “sanos” al Bank of Cyrpus. Esto permitiría reducir el impuesto a ser cobrado sobre los depósitos dejando exento a los menores a 100.000 Euros. Por último, también se estaría evaluando un control a la salida de capitales para evitar una corrida sobre los depósitos, cuando finalice el feriado bancario el próximo martes.

Si bien la economía de Chipre es muy pequeña en relación al PBI total de la Zona Euro (0,2%), la incertidumbre asociada a un eventual efecto contagio sobre los mercados de deuda soberana (vía suba de tasas de interés) y sobre el financiamiento de los bancos de la periferia europea (a través de una nueva ola de salida de depósitos) no es un factor inocuo. Sobre todo frente a una Zona Euro que permanece estancada y donde la política no siempre estuvo a la altura de la urgencia de la crisis financiera.

Hacia adelante, los márgenes de corrección del mercado frente al episodio de Chipre estarán asociados a la capacidad de la política europea para ratificar/acentuar las herramientas que minimizan los episodios relacionados con una ruptura del Euro.

*Directora y Economista de Estudio Bein & Asociados.