La desaceleración de las economías emergentes frente a la suba del costo de fondeo global y la recuperación lenta de un mundo desarrollado donde la productividad marginal de las políticas de estímulo se encuentra en la fase decreciente le bajan un cambio al crecimiento del comercio global.
En agosto, según la Oficina de Estadísticas de Holanda, el volumen de comercio global registró una caída de 0,8% mensual, la mayor desde febrero, y que a su vez se monta sobre una dinámica muy baja, apenas un tercio del ritmo de crecimiento tendencial. En algún punto, la suba de la tasa de interés de largo plazo y la devaluación de algunas monedas emergentes restringió la capacidad de aumento de las importaciones de estos países. Sobre todo en aquellas economías donde la inflación y/o el déficit de la cuenta corriente externa (i.e. exportaciones de bienes y servicios menos importaciones de bienes y servicios) se encuentran en niveles incómodos (India, Indonesia, Brasil y Turquía). Después de todo, los volúmenes de importaciones de la región de América Latina pasaron de crecer 5,4% en el primer trimestre de este año a 1,9% en el segundo trimestre, mientras que las importaciones de Asia Emergente pasaron de -0,3% a -1,2% en el mismo período. Esta dinámica compensó con creces la estabilización de las importaciones de una Zona Euro que si bien parece haber tocado piso tras seis trimestres consecutivos de recesión, todavía no resolvió la restricción del crédito de los países de la periferia (España, Italia, Grecia, Irlanda y Portugal) que deben seguir ajustando precios y salarios para recomponer los niveles de competividad. En el mundo desarrollado, el crecimiento lento también le pone un coto a la expansión del comercio global. Si bien los bancos centrales de EE.UU., Japón y Europa siguen asistiendo con liquidez y promesas de tasas de interés bajas por un tiempo extendido, la productividad marginal del estímulo monetario para aumentar los niveles de actividad se encuentra en la fase descendente. Y en todo caso, son las reformas estructurales las que tienen que entrar en escena para resolver los daños colaterales heredados de una crisis de endeudamiento. Según la Organización Mundial del Comercio, el comercio global crecería 2,5% y 4,5% en 2013 y 2014, respectivamente, por debajo del promedio histórico de los últimos 20 años (5,7%). En síntesis, el escenario de desaceleración del mundo emergente y crecimiento lento de las economías desarrolladas no genera perspectivas alentadoras sobre la recuperación del comercio global. En el mientras tanto, la extensión en el tiempo del retiro de los estímulos monetarios de la Reserva Federal de EE.UU., sólo suaviza la inexorable transición hacia un mundo de tasas de interés más altas, pero definitivamente no alcanza para revertir el estancamiento del comercio global de los últimos años. *Directora y Economista de Estudio Bein & Asociados. |