¿Del garrote a la zanahoria?

La sobre reacción de la brecha cambiaria registrada desde fines de diciembre e intensificada en los primeros días de mayo generó un cambio en la política económica. Si bien es prematuro tomarlo como un cambio definitivo, las últimas medidas no fueron por el lado de suturar los agujeros que se fueron generando en el cepo y que derivaron en una pérdida constante de reservas aún en el trimestre de oro de la economía (el garrote) y en su lugar empezaron a intentar mecanismos para estimular la demanda de pesos (la zanahoria).

En este sentido, y adicional a los anuncios del blanqueo de capitales que en rigor representa un modo sui generis y por demás cuestionable (sobre todo teniendo en cuenta que es el segundo en 5 años) de abrir la cuenta capital sin convalidar el elevadísimo costo al que se podría fondear la Argentina en un mundo de tasa cero, se observó en las últimos días un intento por empezar a dar algunas señales al mercado.

Por un lado, en las últimas tres licitaciones el BCRA viene convalidando una suba en la tasa de interés que si bien no alcanza para renovar todos los vencimientos de letras y notas generando alguna expansión monetaria por esta vía, acumulando un aumento de 150 pbs en la última semana y casi 200 pbs desde que empezó a aumentar, llevando la tasa al 17%. Esta coyuntura en conjunto con una menor intervención de la ANSES y del Banco Nación en el mercado de plazos fijos y de call, y una mayor demanda estacional de pesos por los vencimientos de ganancias, empezó a impactar sobre las tasas de interés de la economía. Algo que todavía se refleja en forma tenue en lo que hace a la tasa de plazo fijo pero se notó con fuerza en lo que hace al call, cuyas tasas llegaron a alcanzar 22% a mediados de la semana, para luego estabilizarse en torno a 17%. En el mismo sentido empezó a intervenir con fuerza para romper la manía que estaba desarrollando con el precio del dólar marginal algo que se dio en paralelo a una aceleración en el margen de la devaluación oficial, generando un brusca corrección la magnitud de la brecha que pasó de un máximo del 100% al día siguiente de anunciado el blanqueo a un nivel de 75% al cierre de este informe.

Por otro lado, y en un intento por corregir el desplome que generó la política sobre el mercado de trigo, se anunció un esquema de devolución del monto recaudado por retenciones a los productores del cereal, apuntando a devolver rentabilidad sin impactar sobre los precios, en un esquema que no puede descartarse que sea repetido para otros sectores cuya rentabilidad se encuentra comprometida.

Hacia delante, restará evaluar si se sostiene el enfoque de la “zanahoria”, se vuelve al esquema del “garrote” o se opta por un mix pragmático entre ambos. Con reservas internacionales que se ubican en niveles elevados cuando se las compara con episodios de crisis en la economía argentina (y, en términos de importaciones, en niveles similares a los de Chile o Colombia), y con la fuga de capitales prohibida por decreto, el BCRA tiene margen para administrar la pauta de devaluación del tipo de cambio de referencia, haciendo un delicado equilibrio entre manejar la puja distributiva y limitar el atraso cambiario que afecta a algunos sectores, e ir encarando los costos no deseados del esquema cambiario adoptado en el último año y medio. ¿Sabrá aprovecharlo el Gobierno? ¿O se insistirá en profundizar el esquema mercantilista de defender las reservas a cualquier costo sin incentivar el rol del peso como reserva de valor.

 

Directora y Economista de Estudio Bein & Asociados.