#74 El dilema de 2013…¿Corregir en un año político?

  • Del tipo de cambio alto y competitivo, al tipo de cambio bajo con control cuantitativo:
  • La regla son las  sorpresas permanentes
  • ¿Agenda para el desarrollo?
  • Pleno empleo… ¿Y ahora qué?
  • Inflación alta y estable, pero…
  • Moderación fiscal 2013… ¿Real o virtual?

Si bien no es algo nuevo, sigue sorprendiendo el ruido y la fugacidad que genera el cambio constante en la agenda política y económica. El ritmo de un nuevo evento por semana -totalmente imprevisible, y en algunos casos generado por errores u omisiones de la gestión-, se superpone con una situación donde empiezan a aflorar en forma creciente las inconsistencias acumuladas en los últimos años. Inconsistencias que quedaban subsumidas detrás de un esquema de política que priorizó maximizar el crecimiento de corto plazo en un contexto de inflación alta pero estable, a partir del ancla cambiaria y tarifaria. Y que ahora requiere de controles cambiarios crecientes y de un férreo manejo de la puja distributiva para evitar un salto en la tasa de inflación, en una coyuntura donde progresivamente empiezan a removerse las dos anclas mencionadas.

En este contexto basábamos nuestras proyecciones para 2013, tomando en cuenta además el impacto directo e indirecto de la mejor cosecha luego de la sequía, de la recuperación de Brasil y de la montaña de pesos volcados a la economía procurando estrategias defensivas de consumo e inversión –con una brecha cambiaria semi estabilizada en torno a 30% y con una tasa de interés negativa-. Pero fundamentalmente a partir del salto en la oferta de dólares que iba a permitir financiar el aumento en las importaciones derivado de esas estrategias. Si bien este escenario de un 2013 mejor fue generando adeptos, en las últimas semanas empiezan a aparecer noticias que siembran algunas dudas de corto y que habrá que monitorear en los próximos meses. En esta línea se ubican los magros datos de crecimiento de septiembre, el impacto que finalmente tengan las lluvias sobre las estimaciones de cosecha y fundamentalmente la estrategia del Gobierno de cara al año electoral. En relación a este último punto afloran varias preguntas: ¿Se cumplirán las proyecciones respecto a la menor necesidad de impulsar fiscalmente la economía cuando el gasto privado arranca, o sólo habrá sido una estrategia para defender el Presupuesto? ¿Estará dispuesta la política a usar más dólares para financiar importaciones hasta que aparezcan los de la próxima cosecha (marzo-abril) o seguirá el rígido control para preservar la estabilidad de las reservas? ¿Se volverá a fijar un tope en las paritarias como ocurrió en 2012, o tratándose de un año electoral no se querrá pagar ese costo político? Y finalmente ¿cuál va a ser la estrategia frente al reciente fallo a favor de los holdouts?; Estas respuestas definirán 2013 y la transición hacia 2014. Nuestro escenario sigue sosteniendo un crecimiento del 5% frente al 1,5% de 2012, una inflación en torno a 25% frente al 24% de 2012 (puede resultar un par de puntos mas alta si falla el control de la paritaria) y un dólar oficial moviéndose 18/19% ($5,80 a fin de año).

A principios de 2007, publicamos un informe titulado “Tren Bala al pleno empleo… Tren lechero al desarrollo”. Allí afirmábamos que el modelo de tipo de cambio alto adoptado estaba bastante lejos de ser una estrategia de desarrollo; más bien podía ser definido como uno de “viaje rápido hacia el pleno empleo en condiciones de alta inflación”, algo que los inéditos precios internacionales y la extensión de la frontera agrícola permitía dada la extensión en el tiempo del cierre de la cuenta corriente externa. Un lustro más tarde, la economía creció a un promedio de 4,7% por año –casi en línea con el resto de la región- el PIB per cápita en dólares se duplicó (de US$6.700 a US$12.500), la tasa de desempleo casi no mejoró desde entonces (7,5% a fines de 2007 vs. el 7,2% actual, muy cerca del pleno empleo) y la tasa de inflación se ubica en torno a 24% -entre cuatro y cinco veces el promedio de la región excluyendo Venezuela- Todavía hay tiempo para intentar aprovechar el contexto global de tasas bajas hasta mediados de 2015, dólar débil y precios altos para nuestras exportaciones. Pero esto requiere algo más que readaptar el discurso que pasó de hacer hincapié en las ventajas del tipo de cambio alto, a enfatizar las ventajas de un tipo de cambio bajo, alta inflación y un control “extremadamente” agresivo de las cuentas externas para sostener más allá de 2013 el equilibrio que proporciona un atraso cambiario (en términos macro) del orden del 15%.