El INDEC y el muro de Berlín

Por Miguel Bein & Marina Dal Poggetto*  Sin considerar una coma de nuestra respuesta a la Dirección de Lealtad Comercial, donde se incluyeron fundamentos técnicos y legales que invalidan los argumentos utilizados para imputar al Estudio en el marco del artículo 9 de la Ley de Lealtad Comercial, la dirección del mismo nombre -dependiente de la Secretaría de Comercio Interior- multó al Estudio en $500 mil pesos acusándolo de generar engaño y/o confusión a los consumidores.  Es paradójico leer en el expediente donde se multa al Estudio, las mismas palabras que el fiscal Garrido utilizó en la causa todavía abierta contra los funcionarios del INDEC que participaron de la intervención al organismo a principios de 2007 cuando explicita que la “intención de los responsables de este plan fue no sólo acomodar los números a las necesidades “políticas”, sino también asegurarse de que esta adulteración lograra el efecto buscado, engañando a los destinatarios de esta información pública”. Es decir se intenta invertir la carga de la prueba acusando de engañar, a quienes en alguna medida pretendemos –con limitaciones presupuestarias y de recursos evidentes, y siempre explicitadas en la metodología alternativa que desde el inicio publicó el Estudio en su página web- subsanar el engaño organizado del INDEC. Esta situación surrealista se inició con una carta del CO.MA.FRU que daba cuenta del perjuicio económico que le habría generado a los puesteros del Mercado Central la difusión indirecta a través de medios periodísticos de las subas registradas por los indicadores de precios privados en los precios de las frutas y verduras durante enero, cuando según afirman en la nota que dio origen al expediente “el precio del tomate y la papa no subió”. Argumento que se da de bruces con los listados de precios del Mercado Central que la Dirección de Lealtad Comercial incluyó en el expediente donde incluso los precios de estos dos productos suben en promedio durante enero.  Más allá de que los argumentos que dan inicio al expediente no encajan, resulta llamativo que ahora el problema que se aduce es que la información “inexacta” provista por las consultoras genera distorsiones en los mecanismos de asignación de precios del mercado.  Respecto a las víctimas, éstas no somos las consultoras. Si bien debemos gastar tiempo y recursos para responder a la imputación y ahora multa, en alguna medida nos vimos beneficiadas por la gran difusión que los medios de comunicación nos han dado en el último mes. Es más, si extrapolamos los argumentos esgrimidos por la Dirección de Lealtad Comercial, se debería abrir una investigación contra la propia Secretaría de Comercio Interior a los fines de evaluar el encuadramiento dentro de la ley, de la publicidad que nos están haciendo en estos días. Las víctimas, en cambio, son los técnicos desplazados del INDEC, en particular Graciela Bevacqua que vuelve a estar involucrada –en este caso en forma personal-. Además, claramente de los usuarios habituales de información pública que no disponemos de estadísticas confiables. Un comentario adicional merece el rol del Director Técnico del INDEC, bajo cuya coordinación los técnicos del organismo realizaron la “evaluación” de las respuestas enviadas por nosotros al primer requerimiento. “Evaluación” que estaba calificada desde antes de ser enviadas las respuestas y que hoy se está ocupando de difundir a través de los medios. “Evaluación” que según un medio oficial habría aprobado sólo una de las 13 consultoras intimadas, a pesar de que su respuesta fue que no medían precios. Este señor califica a los índices privados como  “un mamarracho”, “un dibujo” y directamente falta a la verdad respecto ya no sólo sobre la validez de los datos del INDEC sino también respecto a la ayuda que el organismo habría ofrecido oportunamente a las consultoras. Ayuda que no sólo nunca existió, sino que tampoco se entiende porqué la habría ofrecido, sino fuera porque fue la propia intervención del INDEC la que generó un mercado de estadísticas privadas.  Visto sólo con un poco de perspectiva resulta cómico el rol que ha tomado este señor en los últimos tiempos. Situación casi comparable con la de aquellos que sostenían el Muro de Berlín para que no se cayera en noviembre de 1989. Repetir una falacia en forma sucesiva, no la convierte en verdad, más allá de que ciertas personas puedan llegar a creerlo. Su postura no tiene nada que ver con la de muchos economistas jóvenes que equivocados o no, intentan dar un debate en el terreno de las ideas respecto al rol de la heterodoxia en la economía. Debate en el que además nosotros participamos entusiastamente. Este señor que durante los 90´s se desempeñó en el INDEC como asesor con línea directa a los directores del organismo, y nos vino a golpear la puerta para mantenerse en su puesto cuando en el año 2000 cambiamos a las autoridades del INDEC y les transferimos la confección de las Cuentas Nacionales para asegurar la autonomía de las estadísticas, honra una vez más el principio de Peters según el cual en toda organización las personas suelen ascender hasta su nivel de incompetencia. * Economistas y Directores de Estudio Bein & Asociados