El sorpresivo encumbramiento de Carlos Zannini como candidato a vicepresidente del oficialismo induce una pregunta que Daniel Scioli va a responder con evasivas, fiel a su estilo: ¿la kirchnerización de la fórmula implica que su ministro de Economía sería más parecido a Axel Kicillof que a Miguel Bein?
Dio la casualidad que el mismo martes en que se conoció la noticia de Zannini el estudio que dirige Bein distribuyó entre sus clientes su informe mensual. La particularidad es que el informe contiene, además del diagnóstico, el análisis y las proyecciones típicas de la consultoría, un boceto de plan macroeconómico que se apoya sobre dos pilares básicos: acudir al financiamiento externo y realizar una devaluación fiscal mediante una rebaja simultánea y equivalente en retenciones y subsidios a las tarifas.
La propuesta parte de considerar que la estrategia del gobierno va a ser exitosa para terminar el mandato sin cimbronazos: pronostica un crecimiento del PBI del 1,5%, una inflación del 24%, paritarias en torno al 30%, y un dólar a fin de noviembre de $ 9,70 con reservas por u$s 29.000 millones. Pero además cree que resulta imposible mantener la actual política debido a su inconsistencia fiscal, y a que la distorsión de precios y la pérdida de competitividad cambiaria inhiben la inversión productiva y desequilibran las cuentas externas.
Además de la calma lograda con el swap chino y otras medidas que fortalecieron las reservas, Bein vislumbra que los síntomas de recuperación del nivel de producción y consumo que aparecieron en mayo se afianzarán en los meses venideros a medida que entren en vigencia los nuevos salarios acordados en paritarias con aumentos superiores a una inflación que se ha desacelerado hasta un 23% anual.
Al respecto, es toda una noticia que, por primera vez desde que a comienzos de 2007 el gobierno intervino el Indec y estropeó su credibilidad, una medición privada coincide con la oficial. No es el caso del Estudio Bein, que arrojó un alza de precios de 1,4% en mayo, sino de Elypsis: el mismo martes en que se supo lo de Zannini, la consultora que encabeza Eduardo Levy Yeyati informó que su relevamiento de precios online que analiza diariamente más de 300.000 productos replicando la metodología del nuevo IPCNu, dio como resultado que la inflación de las cuatro semanas transcurridas hasta el 14 de junio fue del 0,94%, equivalente a 1,01% mensual. Es decir igual a lo que el Indec registró para mayo.
Volviendo a la informe de Bein, la propuesta contempla aprovechar la liquidez internacional para “apalancarse con crédito e inversión para financiar una transición ordenada que permita ir recomponiendo la distorsión de precios relativos, amortiguando los impactos sobre los altos niveles de actividad y empleo de los que se parte”.
Los precios relativos que busca recomponer son fundamentalmente dos: el tipo de cambio neto de retenciones que reciben los exportadores, y el esquema de subsidios. En relación al primero, sostiene que es necesario revertir el atraso cambiario, pero en lugar de hacerlo mediante una brusca devaluación nominal propone reducir las retenciones, asumiendo “un costo fiscal destinado a dar aire -por la vía fiscal- a las economías regionales, a la industria de exportación y a cultivos alternativos a la soja”. Para los productos de las economías regionales (pescados, lácteos, frutas, miel, celulosa, tabaco, yerba, etc.) la eliminación de retenciones sería total, a un costo que calcula en menos de u$s 700 millones anuales. Y estima que el costo fiscal de eliminar ese impuesto a la exportación de trigo, maíz, cebada, girasol y derivados asciende a casi u$s 1.200 millones de anuales.
Pero dado que no considera posible agudizar el desequilibrio fiscal ya existente, y atento a que buena parte del gasto público es intocable, plantea compensar la pérdida de recaudación de retenciones “revisando los subsidios mal direccionados”, fundamentalmente al consumo de energía. Eso implica aumentar las tarifas a quienes “no necesitan subsidios”. Además del ahorro fiscal, sostiene que la corrección tarifaria desincentivaría el uso desmedido de energía y atenuaría el déficit de la balanza energética.
Bein aclara que “desarmar de una vez el esquema de subsidios resulta políticamente inviable, dados los costos en términos de salto inflacionario, pero en algún momento habrá que continuar la tarea trunca que empezó el Gobierno actual con el sinceramiento en los precios de los combustibles en 2013 y 2014 luego de la recuperación de YPF”. Y agrega: “Las alternativas son varias y siempre graduales”.
¿Estará de acuerdo Scioli con estas ideas de Bein? Llegará el momento en que ya no podrá esquivar definiciones más concretas sobre qué piensa hacer si el próximo 10 de diciembre Cristina le coloca la banda.