#60 Grecia…¿Quién paga los platos rotos?

  • La Acrópolis y el QE3:
    • Mayor volatilidad ¿Cambio de tendencia?
    • USA: ¿Está preparada para andar sin rueditas?
    • El QE2 y el Trilema Emergente
    • El ajuste de la Periferia Europea: ¿Hacia un Plan (B)rady?Escenarios 2011/2012: Después de Lehman, riesgo sistémico mata a riesgo moral…el problema es el timing

El QE2 se acaba en un mes, y la Fed ya anticipó que no va a haber un QE3, aunque aclaró que el sendero de retiro de los estímulos monetarios se va a hacer lento y el escenario de suba en las tasas de interés arrancaría recién después. A esta situación se sumó en el último mes y medio una catarata de datos de actividad económica y empleo que muestran que la recuperación de USA vuelve a ser magra. En mayo la economía creó apenas 53 mil puestos de trabajo, lejos de los 150 mil requeridos por mes para estabilizar la tasa de desempleo que volvió ubicarse en 9,1%, consistente con 10 millones de desocupados. Cabe recordar que la creación de empleo es clave en la recuperación en una economía que debe seguir reduciendo su nivel de leverage, que bajó en la actualidad al 120% del ingreso disponible desde el 135% que llegó a alcanzar antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Recuperación del empleo que, como venimos mencionando, se venía dando aún con la actividad de la construcción residencial -una de las más dinámicas en la generación de empleo- contrayéndose, dado que el sector todavía enfrenta los coletazos de la crisis. Cabe recordar que se trata de una  economía que mantiene más de 11 millones de hipotecas bajo el agua (es decir en manos de familias que deben más al banco de lo que vale su vivienda), y donde los remates mantienen deprimidos los precios de las viviendas y la construcción de nuevas casas.    

Es cierto que impactaron los “cisnes negros” de marzo: Terremoto en Japón, suba del precio del petróleo después de los eventos del norte de África y Medio Oriente y nuevos episodios en la periferia de Europa, que ahora debaten la participación privada en los costos de los rescates, sumados al frío polar de los primeros meses del año en el país del norte, contribuyeron a este freno. Y que algunos de estos eventos fueron transitorios. Pero también es cierto que el motor de la recuperación, que estuvo dado por el efecto riqueza generado por la revaluación en dólares de los activos financieros (acciones, commodities y monedas), luego de la implementación del QE2, se estancó. La volatilidad en los precios de los activos registrada en el último mes y medio, y las dudas respecto al cómo sigue, si la FED efectivamente empieza a retirar los estímulos, es lo que genera dudas. Sobre todo cuando la FED fue, en 2011, la única que luchó contra los cisnes negros en un mundo donde el tightening de la política monetaria ya arrancó, incluso en Europa con el BCE iniciando el sendero de suba en la tasa de interés. Y paradójicamente, la posibilidad de que este mecanismo se extienda (léase un QE3) está únicamente asociada a una situación en donde los temores a una recaída se exacerben. Lejos de desterrar los problemas estructurales generados por el sobreendeudamiento en el mundo desarrollado, las políticas macro que inicialmente frenaron el riesgo de depresión post Lehman Brothers, sólo transfirieron el costo del ajuste de una década de excesos en el mundo desarrollado, engendrando nuevas réplicas. Lo que se debate ahora es quién paga los platos rotos. La devaluación del dólar ha sido el principal mecanismo, situación que ha contribuido a incentivar la inflación de commodities y la reacción de los Bancos Centrales que deben lidiar al mismo tiempo con la suba en los precios internos y con la tendencia a la apreciación de sus monedas. En Europa, a un año del primer mega rescate a Grecia, con fondos de los países del Euro y del FMI colateralizando las nuevas emisiones de deuda, por el que posteriormente pasaron Irlanda y Portugal, la situación no sólo no mejoró sino que las tasas siguieron subiendo a niveles consistentes con el default. El nivel de actividad lejos de recuperarse aceleró su caída, en un contexto donde el ajuste fiscal (12% del PBI en Grecia) es condición necesaria para acceder a los rescates. Ahora, el debate para avanzar el nuevo paquete de ayuda intenta que los tenedores privados (fundamentalmente los Bancos) paguen parte del costo vía un roll over voluntario de la deuda. El cómo se hace, sin una baja en la calificación de la deuda a default selectivo (hoy se ubica en CCC), situación que impediría al BCE seguir adquiriendo estos activos y tomarlos como colateral de los redescuentos a los bancos, dificulta la acción. Cabe recordar que los depósitos en Grecia cayeron nada menos que un 20% desde que se inició la crisis y que el BCE lleva adquiridos más de €60.000 millones de títulos públicos. Lo que resulta intuitivo, es que nuevamente Grecia va a ser salvada. Los costos de un default o de una salida del Euro son sustancialmente mayores que los de su salvataje, y el debate por los costos del ajuste tiene condimentos más políticos que económicos. Como quedó demostrado un año atrás luego de Grecia sigue una lista de países: Irlanda, Portugal, ¿España?, ¿Italia?, etc. También es cierto que una reestructuración de los plazos no resuelve el problema, y lo único que se gana es tiempo. No es poco en política económica.