Hasta abril seguirá represión importadora

El economista sostiene que la medida no sirve si no es tomada en un marco planificado. Por qué cree que puede flexibilizarse en el segundo trimestre.
La claridad conceptual le permite a Miguel Bein hacer fácil lo difícil. Descascara el barniz que cubre la superficie de las noticias en busca de profundidad. Se despoja de ideologismos y va encontrando las respuestas a los temas que marcan el paso de la economía nacional: la restricción a las importaciones, el recorte de los subsidios públicos o el control sobre la compra de divisas.
A su espalda, los trenes no dejan de pasar, incansables tras los ventanales de su oficina. El director de la consultora Bein y Asociados es sincero: reconoce que no comparte muchas de las medidas adoptadas por el Gobierno, pero al mismo tiempo elogia la política de desendeudamiento y enfatiza que fue “valiente” lanzar la Asignación Universal por Hijo.
Dista de ser alarmista. Sus números prevén un escenario de corto plazo donde el PBI crecerá 3,5% y el dólar trepará hasta $ 4,77, con bajo desempleo y una tasa de inflación del 20%.
FORTUNA: El superávit comercial ha pasado a ser prioridad para el Gobierno. ¿Coincide en la forma en que se lo preserva?
BEIN: Llegamos acá como resultado de dos años en los cuales el promedio de las remuneraciones en la economía argentina aumentó en dólares un 50%. Esto quiere decir que hubo un aumento enorme de la capacidad adquisitiva en dólares. Y eso generó una suba muy fuerte en la demanda de productos que tienen un componente importado alto. Típicamente la electrónica de consumo, los electrodomésticos, las motos, los autos. Son todos sectores que tienen un déficit de divisas muy importantes.
FORTUNA: ¿El control férreo se volvió inevitable?
BEIN: Esta era una economía a la que le sobraban dólares en 2010, y se convirtió en una economía en la que no sobran. Tampoco faltan desde el punto de vista macroeconómico. La Argentina pasó de manejar durante varios años superávit en la cuenta corriente externa de la balanza de pagos de u$s 8.000 millones por año, a bajar en 2010 a U$s 4.000, y en 2011 cerró en U$s 1.000 millones positivo luego de tres meses de control férreo en las importaciones.
FORTUNA: La industria local opera casi al tope de su capacidad instalada. ¿Esto complica la posibilidad de sustituir importaciones?
BEIN: Hay una cuestión tecnológica que atender, no es que uno reemplace en seis meses un motor chino para la industria de motos. Eso no va a suceder. Si hay proyectos serios para construir motores de motos, llevará dos o tres años. Para que la cuenta corriente de la balanza de pagos sea de u$s 1.000 millones positivo, el balance comercial – que solo toma exportaciones e importaciones de bienes, tiene que dar u$s 10.500 millones. Hay u$s 80.000 millones de diferencia entre una balanza comercial y la cuenta corriente externa. LA fuerte intervención se tomo cuando se prendió la luz amarilla, y el objetivo es poner ese superávit en u$s 9.000 millones.
FORTUNA: ¿Las trabas aduaneras pueden convertirse en un numeran que impacte en el sector productivo?
BEIN: Para eso hay una cosa que es la matriz insumo-producto. El problema es cuando uno tiene que administrar todas las posiciones es que en un manejo que no sea de equipo, que no este planificado, hay un riesgo de toma de decisiones que pueden impactar en la cadena de abastecimiento de la economía. Una importaciones es una competencia para un producto nacional, a su vez puede ser un insumo crítico para otra rama de la industria. El riesgo de las decisiones basadas solamente en el ejercicio del poder político, sin un equipo planificador fuerte detrás, es caer en errores que generan cuello de botella.
FORTUNA: ¿Este sistema de extremo control es sostenible en el tiempo?
BEIN: Creo que se va a mantener una represión importadora hasta mediados de abril. Cuando aparezcan en la estacionalidad los dólares de la cosecha gruesa, con el maíz y la soja, a comienzos de abril, puede cambiar. Independientemente de la sequía la Argentina va a exportar unos u$s 25.000 millones de cosecha. Hay un juego de póker donde se sabe que las empresas tienen stock, y se esta apostando a que estos bajen, que de alguna manera son dólares que las compañías tienen en los depósitos y que los quiere tener el Banco Central.
FORTUNA: ¿El recorte de subsidios tendrá un impacto real en el achicamiento del gasto público?
BEIN: Lo que se conoce por ahora es un impacto sobre $60.000 millones de subsidios a las tarifas, y por ahora hay un ahorro del 10%. Pero esto va a seguir es parte de un mecanismo que va a generar anuncios dos veces por mes en el próximo semestre.
FORTUNA: ¿Cuántos puntos le puede sumar a la inflación la suba de tarifas?
BEIN: Es relativo, porque quedaron tan bajas algunas tarifas, que lo que significaba una participación importante en el presupuesto familiar de los sectores de clase media baja, también se licuó. Nosotros calculamos que la eliminación total de los subsidios, que no va a suceder, generaría un aumento en los precios al consumidor de alrededor de 6 puntos. A lo mejor habría 2 puntos en el costo de vida.
FORTUNA: ¿Afectara el consumo masivo, uno de los motores del modelo?
BEIN: Por ahora el levantamiento de subsidios es a sectores que tienen la capacidad de ahorro. No vamos a ver una ciada del consumo por las 250.000 cuentas afectadas por subirles el gas o la luz. Si puede venir cuando el aumento a las tarifas se aplique a sectores que consumen todo el ingreso disponible. Esto todavía no lo vimos, aunque habría un anticipo con el tema del subte. El Gobierno, en lugar de diferenciarse de Macri, tendría que aprovechar esto para darle alguna racionalidad a las tarifas del transporte. El boleto de colectivo vale $1.10 y la vuelta en la calesita en la plaza vale $1.50.
FORTUNA: ¿Cómo observa la relación entre el Gobierno y el sector empresario?
BEIN: Creo que el Gobierno tiene conciencia de que en la Argentina seguir aumentando salarios en dólares al 20% anual llevaba a tener que tomar decisiones de regular las importaciones vía cantidades, o bien devaluar.
FORTUNA: Devaluar no parece estar en el libreto kirchnerista
BEIN: En la medida de esto, se trabaja sobre las cantidades y sobre la capacidad adquisitiva de la población, que no puede crecer 20% en dólares por año sin que se genere un déficit en alas cuentas del país. Lo único que no va a pasar este año es que el dólar aumente un 8% y los salarios 28%, Este tipo de administración de las variables macroeconómicas se terminó. Nosotros teníamos gasto publico creciendo al 33%, salarios 27%, y masa salarial jubilatoria 31%. Todo eso ponderado daba 31%. La forma de minimizar la devaluación necesaria sólo es consistente con moderar la nominalizad de la economía. Hay que pasar de un plan de 33% en gasto, expansión monetaria y salarios, a un plan de 18%. Consistente en un tipo de cambio que se puede mover un 12%. El gobierno esta intentando bajar la velocidad de la expansión.
FORTUNA: ¿Por cuanto tiempo se puede frenar la fuga de divisas apelando al control cambiaron?
BEIN: Se prohibió la fuga de capitales. Los mecanismos de represión, regulación o control estatal pueden durar mucho tiempo. Cualquier es sostenible o no, depende de la inteligencia para manejar el conjunto de la política económica. Esto se puede sostener en la medida en que las reservas del Banco Central se mantengan. La Argentina es un país que no tiene el karma de la deuda pública, gracias al trabajo que hizo el Gobierno en la renegociación de la deuda. Y luego de haber disminuido fuertemente el nivel de la deuda publica que flota en el mercado. Estos u$s 5.000 millones por año es un numero muy chico.
FORTUNA: ¿Falta un mayor reconocimiento de desendeudamiento del Gobierno no?
BEIN: Yo claramente lo reconozco. La Argentina paso de ser un país dominado por la urgencia sistemática de juntar dólares para pagar los servicios de la deuda, a ser un país desendeudado. En todo caso tiene una deuda del Tesoro Nacional con diversos organismos públicos y con la Anses. La deuda que flota en el mercado son apenas unos 15 puntos del PBI. La Argentina es castigada por la combatividad que tuvo con los bonistas y los mercados de capitales. Pero es unos de los países mas solventes del mundo.