#58 La batalla del año: la Fed contra los cisnes negros

  • El lago de los cisnes:
    • El mercado después de los shocks
    • El daño colateral del QE2
    • Europa: entre dualidad e inconsistencias…
    • Japón: El Cisne Negro Oriental
    • La Tendencia de largo plazo

La sucesión de cisnes negros registrada en el último mes y medio -las revueltas políticas en el norte de África y Oriente Medio, el terremoto y tsunami en Japón y otra vez los problemas de solvencia en los países de la periferia europea (esta vez Portugal) no afectó la tendencia de los mercados que, impulsados por la enorme liquidez reinante, siguieron de largo luego de algunos tropiezos en los momentos de mayor incertidumbre. Más allá del impacto sobre los patrimonios individuales, esta trayectoria es más que relevante para la recuperación mundial. Es que sin la herramienta fiscal, la política económica en USA sólo cuenta con los instrumentos monetarios para impulsar su economía. Política que en un contexto de desapalancamiento de los hogares que deben bajar su nivel de endeudamiento desde el 120% del Ingreso disponible al que llegaron luego de bajar 15 p.p. desde los máximos cuando explotó la burbuja inmobiliaria, opera fundamentalmente a través del efecto riqueza. Esto es, la recuperación de los activos –commodities, acciones y monedas- en relación al dólar.

Cabe recordar que un año atrás, el riesgo sistémico generado por la crisis en Grecia y la demora en la actuación del Banco Central Europeo (BCE) en concretar las acciones para ayudar financieramente a los países de la periferia con problemas de sobreendeudamiento público y/o privado, fueron los factores que generaron la caída generalizada en los precios de los activos, alterando las expectativas de los consumidores y empresarios y amenazando con un escenario reversión de la incipiente recuperación USA y las principales economías desarrolladas. En ese momento, las voces que hablaban de una recaída de la actividad en el país del norte tomaron fuerza, y fue necesaria una sobreactuación de la política monetaria para remontar la situación, a través del QE2, segunda edición del programa de expansión monetaria. Como venimos comentando desde entonces, la productividad de este programa ha sido altísima vista la trayectoria de los precios de los activos y los números que empieza a mostrar la economía real. Sin embargo, y más allá de algunas coyunturas puntuales como el mercado inmobiliario en Nueva York donde la industria financiera se recuperó e impactó sobre el precio de los inmuebles, tal como en Londres, en el resto del país éstos no sólo no se estabilizan sino que siguen cayendo lentamente. Así, la construcción no se recupera y el crecimiento del empleo sigue muy lento. 

Mientras tanto, la trayectoria de los precios de los activos no es inocua a la aparición de algunos de los cisnes negros. Puntualmente, los sucesos en Túnez, Egipto y posteriormente en Libia, fueron en parte consecuencia del remedio adoptado por el mundo desarrollado para salir de la crisis. Más allá de las características despóticas que encuadran a estos gobiernos, la chispa que originó las revueltas habría sido encendida por la suba en los precios de los alimentos en países donde una gran parte de la población vive por debajo o muy cerca de los límites de la pobreza. El resultado inmediato fue un cambio en la composición de la suba en los precios de los commodities con una disparada del precio del petróleo (sólo estabilizada por la decisión de Arabia Saudita de aumentar su oferta de ser necesario y de expandir la política fiscal) y posteriormente del impacto indirecto de la situación en Japón (por una caída en la demanda de crudo dado el cierre en las refinerías).

En el caso de Europa, el aumento en los precios generado en parte por la trayectoria de los commodities llevó al Banco Central Europeo a subir un escalón su tasa de interés a pesar de que conviven dos realidades muy distintas: la de una Alemania que crece a tasas del 3,5%, enfrenta una inflación del 2,2% superior a la meta del 2% y maneja en gran medida las decisiones del Banco Central y la de las economías de la periferia que se debaten entre el estancamiento y la caída -consecuencia de los graves problemas de competitividad y sobreendeudamiento que enfrentan a los que se suman la necesidad de realizar el ajuste fiscal como mecanismo para acceder a la ayuda de la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera para no caer en default-. La apreciación del Euro a US$/€1,45 resultante del Spreads relativo de tasas agudiza aún más los problemas de competitividad que enfrentan las economías fiscalmente comprometidas que aún no pidieron la ayuda del Fondo (España). Luego de que Grecia e Irlanda accedieran a este mecanismo, llega el turno de Portugal cuya deuda llegó a rendir 8,6 % y obligó al Gobierno a ingresar al plan de austeridad requerido sin el apoyo social. 

En Japón en cambio, el impacto fue producto de la naturaleza: terremoto, tsunami y el riesgo nuclear provocado por la avería en una central atómica en el norte de la isla. Más allá de la terrible situación por la que está atravesando en términos de vidas humanas, el terremoto deja en lo inmediato una destrucción no menor del stock de capital y una caída del Producto por la paralización de la actividad derivada del cierre de fábricas y comercios en una economía caracterizada por una enorme productividad. Situación que derivó en lo inmediato vía el canal comercial en la disrupción de la cadena de producción global de ciertas industrias que operan bajo la modalidad just in time (KANBAN) y que dependen sensiblemente del abastecimiento de insumos desde Japón. De todas maneras, el efecto contractivo sobre el comercio global por la destrucción de las fábricas en Japón sería transitorio teniendo en cuenta que lo que siempre se señaló como el talón de Aquiles de Japón –su sesgo al ahorro privado- hoy bien puede convertirse en el punto de partida de la reconstrucción.

Más allá de los riesgos y de la eventualidad de nuevos eventos, el escenario de liquidez continúa, aunque evidentemente no es para siempre. En algún momento la política monetaria en USA va a empezar a retirar los estímulos. Por lo pronto no vemos un QE3, en tanto el escenario de suba en la tasa de interés podría adelantarse hacia el primer trimestre del próximo año. Aunque también creemos que la suba va a ser lenta, con un ojo en la inflación, pero con el otro en la recuperación del mercado laboral al que todavía le faltan crear más de 8 millones de puestos de trabajo para volver a la situación pre-crisis.