El rechazo de la
Corte Suprema de EE.UU. a tomar el caso argentino generó un desplome en los
activos locales, con un mercado que comenzó a castigar inmediatamente la renta
fija y variable que cotiza en Nueva York.
En lo inmediato,
Argentina podría apelar la decisión, aunque las probabilidades de que la Corte considere la apelación
son cercanas a cero. De no levantarse el stay
que suspende la ejecución de la sentencia de Griesa por parte de las instancias
inferiores, esto permitiría ganar algo de tiempo al menos hasta el 30 de junio,
cuando está estipulado el pago del cupón semestral de intereses de los bonos
Discount por unos US$800 millones en el mercado (con casi un tercio bajo jurisdicción
Nueva York). Hacia adelante, el próximo pago de títulos en moneda extranjera
está previsto para septiembre cuando vence el segundo cupón semestral de los
bonos Par por un monto de unos US$190 millones bajo jurisdicción extranjera.
Debe recordarse que, tras un impago, existe un plazo de gracia de 30 días hasta
la declaración formal de default, por lo que en un escenario de mínima la
ventana se extendería hasta fines de julio.
La decisión de la Corte, aunque afecta directamente
a los litigantes, por definición sienta una jurisprudencia casi automática para
el resto de los tenedores de títulos en default con legislación Nueva York
desde 2001, dado que la interpretación de la cláusula del pari passu indica que la Argentina debe tratar a todos sus acreedores de
manera igualitaria (y por ende abonar a todos según las cláusulas implícitas en
los prospectos de cada instrumento). Estas acreencias superarían los US$5.000
millones adicionales (el monto estimado bajo jurisdicción Nueva York) a los
US$1.330 millones en juego directamente en el fallo, y son las que
imposibilitan el cumplimiento estricto de la sentencia vía un pago en efectivo
de la totalidad del valor nominal.
Conocida la
decisión del máximo tribunal, los interrogantes se centran ahora en los pasos a
seguir por la Argentina y por las instancias inferiores de la justicia
estadounidense. En este último caso, la cuestión radica en relación al
sostenimiento del stay y a la
eventual interpretación de la RUFO clause, incluida en el prospecto de los
bonos del canje y que da 30 días a los tenedores de bonos de la
reestructuración para ingresar a cualquier oferta voluntaria que el país
haga a los tenedores de títulos todavía en default. En este sentido, fue el
propio Griesa el que abrió las puertas a una negociación en sede judicial al
señalar en la audiencia del 30 de mayo que, actuando de buena fe, las partes
pueden concurrir a la
Justicia y avanzar en algún tipo de acuerdo.
De todos modos,
es probable que la eventual decisión de Griesa de brindar un paraguas judicial
a la negociación (alejando el “riesgo RUFO”) esté supeditada a las señales que
de la Argentina hacia adelante, en el sentido de intentar cumplir la sentencia
(vía una negociación) o de intentar evadirla vía un rerouting de los pagos, lo que dejaría al país al borde del default
técnico (dado que resultaría difícil alcanzar las mayorías necesarias para
cambiar la jurisdicción de los bonos) y en rebeldía frente a la justicia
americana.
Hacia adelante, el
Gobierno tiene claros incentivos hacia la negociación, dado que un default
dificultaría el acceso al crédito necesario para transitar los meses que restan
de gestión con una moderación de la inflación y de la recesión vía el atraso del
tipo de cambio real.
Vale recordar que
con reservas proyectadas en torno a US$27.000 millones para fin de año y vencimientos
en moneda extranjera en el mercado estimados en casi US$10.000 millones, la
posibilidad de financiar la suba en las importaciones requerida para que la
economía crezca algo (alrededor de US$2.000/US$3.000 millones por cada punto de
crecimiento del PIB) resulta más que compleja. Sin acceso a los mercados, el
escenario de más inflación, más tasa de interés y menos crecimiento será el que
caracterizará los últimos meses de la gestión, tirando por la borda los
esfuerzos que desde el año pasado el Gobierno viene realizando en pos de la
agenda del crédito.
Los escenarios en
el corto plazo son binarios y dependerán de los pasos que la política dé en las
próximas horas. La conferencia de prensa del Ministro de Economía prevista para
hoy a las 6 p.m. podría comenzar a aclarar estos interrogantes.