A diferencia de Grecia, el origen de la crisis en Irlanda se origina en el sistema financiero. Es que la cartera de los bancos, que equivale a cuatro veces el tamaño de la economía, se deteriora al ritmo de la implosión de la burbuja inmobiliaria (los precios de las viviendas acumulan una caída del 35% desde diciembre del 2006) poniendo en duda la solvencia del sistema financiero. Así, los depósitos salen de los bancos (caen 11% desde septiembre) al tiempo que el mercado de crédito interbancario se cierra. Es entonces cuando las dudas sobre la solvencia del sistema financiero activan la restricción de liquidez de corto plazo en los bancos, haciendo imprescindible la asistencia financiera del prestamista de última instancia: en octubre, la asistencia del Banco Central Europeo (BCE) hacia Irlanda se incrementó en un 10% para alcanzar un nivel de €130.000 millones, superando a Grecia (€92.000) millones y a España (€72.000 millones). ¿Por qué el problema financiero en Irlanda genera ruido en los mercados? La respuesta es el riego sistémico y por doble canal. Primero, dado el gran tamaño del sistema financiero irlandés en relación a la economía, el gobierno anunció un salvataje que a esta altura podría alcanzar los €80.000 millones (51% del PBI) para capitalizar los bancos, medida que dejaría el déficit fiscal en torno al 32% del PBI. De ahí, el aumento de las tasas de interés de la deuda soberana irlandesa (de 6% a 8,6%) y el efecto contagio sobre el resto de las economías fiscalmente comprometidas. Segundo, la caída en el valor de la deuda irlandesa genera un efecto riqueza negativo en los bancos extranjeros que tienen en cartera papeles de Irlanda. Así se entiende la presión de Europa para que Irlanda acceda, al igual que Grecia, al Fondo de Estabilidad Europeo en pos de minimizar el riesgo sistémico.Mientras tanto, es la política la que estira los cortísimos tiempos financieros, puesto que las autoridades de Irlanda no están dispuestas a aceptar tal como vienen los condicionantes de un mayor ajuste fiscal con una economía que oscila entre recesión y crecimiento anémico. Igualmente, el ruido generado por Irlanda en los mercados durante la semana pasada, tendió a ceder en los últimos días a medida que se hacía cada vez más evidente que Irlanda va a aceptar el programa. En contrapartida, es un nuevo movimiento restrictivo de la política monetaria China, lo que vuelve a generar ruidos en el mercado y frenar la devaluación del Dólar frente al resto de los activos. *Analista de Estudio Bein & Asociados. |