La política se desentiende de los mercados

Frente al escenario de desaceleración del ciclo económico global y crisis financiera sistémica en Europa, la respuesta de la política del mundo desarrollado parece quedarse a mitad de camino. Es que a diferencia de un 2008/9 donde el riesgo de una Depresión Económica gatilló “de prepo” el sesgo ultra-expansivo de la política monetaria y fiscal y un 2010/2011 donde la estrategia del ajuste nominal de precios y salarios en Europa fue balanceada por la inyección de liquidez sistémica de la Reserva Federal de USA (FED), en 2012, la historia es distinta. Desde el lado de la economía real, la desaceleración del crecimiento en USA y el estancamiento en la Zona Euro en un mundo desarrollado de tasa cero y bancos centrales atiborrados de liquidez, requieren del estímulo fiscal para contrarrestar el proceso de desendeudamiento de las familias. Desde el lado financiero, los mercados demandan una señal de intervención ilimitada por parte del Banco Central Europeo en pos de estabilizar los mercados de deuda soberana y aumentar la base de capital de la banca de la periferia europea.

Sin embargo, en Europa, la política germana al mando de Angela Merkel sigue subordinando las herramientas de salvataje a procesos estructurales que si bien son bienvenidos para la sustentabilidad de largo plazo –la integración bancaria y el pacto de consolidación fiscal- manejan tiempos políticos que van mucho más allá de la cuenta regresiva del riesgo sistémico (i.e. contagio financiero). Mientras tanto, los nuevos anuncios de ajuste nominal en España por 65.000 millones de Euros en dos años (3,5% a PBI), con un impacto directamente contractivo sobre el ingreso disponible de los consumidores, no suenan consistentes en medio de una coyuntura recesiva.

Por otro lado, en USA, la Reserva Federal sigue manteniendo un discurso que asegura un mayor estímulo monetario en caso de que el ciclo norteamericano no repunte o el riesgo de deflación vuelva a emerger como contrapartida de la aversión al riesgo. Probablemente, la Reserva Federal estaría manteniendo una postura neutral a la espera de una mayor corrección de los mercados y el ciclo, para maximizar la productividad de una nueva ronda de expansión monetaria que infle los precios de todos los activos contra el Dólar.

La contrapartida financiera de este escenario es un Dólar que volvió a apreciarse contra el resto de los activos de riesgo en un mundo donde el Euro volvió de 1,26 a1,22 dólares y donde la tasa de los bonos soberanos de USA se mantiene en niveles muy bajos (1,49%).

Afortunadamente, los precios de las materias primas agrícolas siguieron de largo frente a la caída de 30% en la cosecha de maíz en USA, cotizando en niveles cercanos al record histórico en el caso de la soja (US$609 la tonelada) y el maíz (US$311).

Escenario global de tasas de interés bien bajas en el mundo desarrollado y buen set de precios de materias primas que, si bien no estaría exento de volatilidad financiera, podría tornarse en un nuevo viento de cola para la economía local si Brasil logra arrancar y Europa se estabiliza. No es poco para una Argentina que llegó al equilibrio de la cuenta corriente externa desde arriba y pretende seguir de largo -controles cambiarios mediante- con el acelerador del gasto nominal.

*Analista de Estudio Bein & Asociados.