Liquidez, desvalorización del dólar y efecto riqueza positivo

Con tasas casi en cero y bancos centrales anunciando una nueva ronda de inyección monetaria (la FED hace cuatro semanas y el Banco Central de Japón tres días atrás), el escenario de trampa de liquidez en las economías desarrolladas empieza a ser sorteado.En efecto, aún cuando el crédito sigue estancado con familias que continúan reduciendo su deuda desde niveles que, en el pico de la burbuja subprime, llegaron a alcanzar en promedio al 135% del ingreso disponible en USA (el equivalente a 16 meses de salario), hay otros mecanismos de transmisión que empiezan a funcionar que permiten volver al escenario de recuperación lenta del mundo desarrollado y a alejar el de recaída (doble dip) que había ganado adeptos a partir de mayo pasado. Momento en que la agudización del riesgo sistémico originado en Grecia y propagado rápidamente al resto de los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia y España) impactó negativamente sobre los precios de todos los activos excluyendo al dólar, y en forma indirecta sobre el nivel de actividad. Acotado el riesgo sistémico en Europa, a partir de la creación y puesta en marcha del Fondo para la Estabilidad Europea con aportes del FMI y del Tesoro de los países Europeos, el anuncio de inundar con más liquidez al mercado genera ahora (al igual que en abril de 2009) una enorme demanda de cualquier activo diferente al dólar. Esto explica el salto observado desde fines de agosto en los precios de las acciones, commodities y monedas valuados en dólares. Incluso el Euro, registró una apreciación de más del 7% en los últimos 10 días, 17% desde los mínimos alcanzados en plena corrida durante el episodio en Grecia, aun cuando los problemas de competitividad intrazona se mantienen intactos, sus economías permanecen estancadas (sino cayendo como en el caso de Grecia e Irlanda) y el drenaje de depósitos a Alemania continúa.  Este comportamiento de los mercados define dos mecanismos de transmisión alternativos al crédito bancario de la política monetaria en un contexto de desapalancamiento de las familias y bancos que priorizan la restauración de sus balances: En forma indirecta, el efecto riqueza que genera la suba en los precios de los activos sobre la cartera de las familias (vía fondos de pensión) y el balance de los bancos, y la debilidad del dólar que contribuye a mejorar el sector externo. En forma directa, la capacidad que muestran Gobiernos y Empresas para suscribir acciones y/o deuda en el mercado en un mundo de tasa cero. Tres ejemplos diferentes de esta dinámica en los últimos 20 días. Petrobrás suscribió acciones por US$71.600 millones de dólares, de los cuales cerca del 40% los consiguió en el mercado. El Tesoro Americano devolvió al mercado US$3.950 millones entre acciones preferidas y ordinarias del Citibank que había adquirido durante el cuarto trimestre de 2008 con fondos del TARP para salvar a la entidad en medio de la crisis financiera agudizada por la caída de Lehman Brothers, operación que estuvo sobre subscripta diez veces. Y México colocó un bono soberano a ¡100 años! por US$1.000 millones a una tasa de sólo el 6%.    Argentina no está al margen de esta avalancha. El bono del Canje (Global XVII) que al momento de finalizar la operación rendía 12% rinde 8,75%, por debajo del dígito que el Gobierno anunciaba esperaba para salir al mercado. Y si bien sigue optando por no colocar deuda en el mercado y seguir financiándose con recursos propios (El proyecto de Ley de Presupuesto incluye el uso de Reservas para pagar deuda en el mercado por US$7.600 millones adicionales a los que se transfirieron al Tesoro en 2010 para pagar deuda en el mercado -Dto 298/2010- y a Organismos Internacionales -Dto 297/2010-), la sola posibilidad de seguir transitando con recursos propios genera una mayor euforia sobre los activos locales cuyos rendimientos son inéditos en el mundo para los fundamentos que presenta la foto de la economía Argentina. Ahora bien, aún cuando este mundo de tasas bajas no va a existir para siempre (aunque desde la base de una “U” alargada una suba en las tasas parece un escenario lejano) y la dinámica de los fundamentos de la macro Argentina tienden a deteriorarse con una política que privilegia el corto plazo de cara a las elecciones, lo cierto es que en la coyuntura este cambio en el escenario de liquidez mundial, desvalorización del dólar y efecto riqueza positivo, apuntala el escenario de tranquilidad financiera y manejo de la política cambiaria que veníamos sosteniendo en nuestras proyecciones hasta el 2011. Después con la cuenta corriente casi en equilibrio dependerá de la voluntad del nuevo Gobierno de abrir el crédito partiendo de niveles de deuda en el mercado, pública y privada, muy acotados.  *Economista y Directora de Estudio Bein & Asociados