Por Lucio Guberman
Resumen Ejecutivo
“Cortar el nudo gordiano” significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema. La solución de Alejandro Magno cuando fue retado a “desatar” el nudo de Gordias, fue sostener que “es lo mismo cortarlo que desatarlo”. En síntesis, no importaba el cómo, sino el fin. Bastante antes de la formalización del pensamiento lateral, Alejandro apeló a una respuesta creativa propia del mismo. Además de la idea “cortar es desatarlo”, Alejandro tenía una espada afilada.
“Es lo mismo cortarlo que desatarlo” puede ser el eslogan para muchos de los pretendientes a Alejandro que asoman por derecha y por izquierda en la escena política del país y de la región.
La disrupción de los pretendientes, seduce a un sector cada vez más amplio de la opinión pública. Hay ira, hay enojo, hay agotamiento e indignación por ver a los dirigentes “de siempre” impotentes ante los mismos nudos sin desatar.
Desde la retórica, aparece un arsenal de espadas, de distinto metal y con distinto filo, empuñadas por outsiders que, legitimados por la ira acumulada de un sector de la sociedad, se muestran dispuestos a cortar los nudos gordianos. Hay una oferta de dirigentes anti sistema. Políticos entre los cuales se advierten los casos:
- Por izquierda: Gabriel Boric (Chile) y Pedro Castillo (Perú).
- Por derecha: Rodrigo Chaves (Costa Rica) y Javier Milei (Argentina)
Este informe trata sobre los pretendientes actuales al trono alejandrino, es decir, aquellos que son percibidos en varios países como quienes podrían desatar el nudo gordiano de las crisis nacionales de un sablazo. Es que, en la actualidad, la disrupción tiende a ser percibida a priori como una espada alejandrina, útil para cortar los nudos que retienen a la nave Patria eternamente amarrada.
En particular, el informe analiza si el pretendiente argentino al “trono”, Javier Milei, apunta a cortar el nudo correcto, si tiene la habilidad para el corte y si tiene la espada necesaria y afilada como Nothung.
¿Javier Milei apunta a cortar el nudo correcto?
Evidentemente no, no solo porque le apunta a la dirigencia política como problema metiendo a todos en la misma bolsa “la Casta” cuando evidentemente hay evaluaciones demoscópicas y resultados de política pública muy diversos con dirigentes que no llegan al dígito de aprobación y otros que logran amplios consensos.
Además, no se puede pensar que la dirigencia política es la única dirigencia en deuda con el país, la misma necesidad de matizar las valoraciones respecto de “los políticos” es necesaria en todos los ámbitos de incidencia: empresarial, científica, periodística, académica, judicial, deportiva, artística. Lo de Milei es claramente una simplificación que le permite sumarse a lo que su propia verba denuncia y volverse uno más de la casta, un casto más.
¿Tiene la habilidad para el corte?
- Canalizar el descontento es casi instantáneo, ni siquiera un proceso con demasiadas etapas. El líder anti casta tiene la habilidad para utilizar los medios tradicionales, especialmente los sets de televisión para dirigirse, sin mediaciones ni articulaciones, a la masa iracunda. Habilidad para montar actos contraculturales en los que agita a los mansos recordándoles que son leones. La mayoría de los seguidores de Milei nunca leyó a Hayek o a Von Mises, simplemente están enojados.
Hay en Milei habilidad expresiva. Pero desatar los nudos que tienen amarrada a la Argentina evitando su potencial avance requiere una tarea colectiva en positivo, una construcción, la habilidad requerida es la de liderar un proceso colectivo que será largo y sinuoso, nada de lo que instaló a Milei a donde está va en esa dirección.
¿Tiene la espada necesaria y afilada?
La espada necesaria es la que el propio Milei desprecia: la de la negociación política, la espada está hecha en la fragua de El Pacto de La Moncloa, o si se quiere ir más atrás, en la fragua de El Federalista, la espada no es mágica es la que resulte de un relanzamiento institucional con liderazgo político reconstructivo.
En la Argentina de hoy quienes proponen atajos están más cercanos a Nerón que a Alejandro Magno.
El “efecto Milei” desató una crisis en JxC, tal como se pronosticó en informes anteriores: los riesgos de rupturas estaban más próximos en la coalición opositora que en el oficialista Frente de Todos.
En una reunión de la Mesa Nacional de JxC (miércoles 27 de abril) se firmó un documento que intenta poner coto a la política de alianzas, lo cual planteado sin eufemismos expresa el rechazo de la UCR y la Coalición Cívica a un acuerdo con Milei.
En JxC no está clara la estrategia para hacer frente al “desafío Milei”. Ven como drena “por derecha” los votos opositores y se tienta de correrse hacia ese extremo para cerrar el grifo. Pero esta solución aumenta la tensión con las expresiones más moderadas del espacio -palomas en la jerga bélica imperante-.
La otra posibilidad que trasuntan los moderados es ejercer una oposición más inteligente y eficaz al gobierno para que quienes no aprueban a los Fernández tengan ganas de recalar en JxC. Estratégicamente esta es la mejor opción, sin embargo, requiere una performance política y mediática de calidad, algo que sin liderazgo y sin plan no resulta del todo factible.