Monetarias y Financieras – Pág. 1
En la primera semana del año y sin el compromiso firme de las cerealeras asegurando la oferta de dólares en el mercado cambiario, se observó un salto de la paridad oficial a casi $14 desde los $13 con que finalizó 2015. Esto en un contexto donde si bien el BCRA ya se hizo de los bonos (al canjear la semana pasada US$16.000 millones de letras intransferibles), todavía no están dadas las condiciones para realizar la operatoria que permitiría recomponer las Reservas del BCRA que en las últimas semanas, sólo vienen subiendo por alguna mejora en los depósitos en dólares atraídos por la combinación de cambio en el carácter y aumento en las tasas de interés impulsadas por el BCRA. En este contexto, el BCRA intentó volver a dar una señal de baja en la tasa de las Lebac, aunque en este caso de sólo 1 p.p. (a 32%) en el tramo corto achatando la curva hacia adelante. Para esto aceptó prácticamente todas las ofertas recibidas por los bancos y absorbió casi $23.000 millones, los necesarios para evitar una aceleración en el ritmo de crecimiento de la base monetaria. El menor movimiento de los tramos más cortos de la curva de futuros en relación al tipo de cambio spot, volvió a generar atractivo sobre las tasas de interés, algo que había tendido a desaparecer la semana pasada, generando una estabilización de corto plazo en el nuevo equilibrio dólar-tasa de interés en un contexto donde la limitación al acceso al mercado cambiario de grandes importadores continúa.
El rebote del dólar ubica al tipo de cambio real multilateral en niveles más atractivos para los sectores exportadores y más cercanos a la cotización del tipo de cambio implícito en las operaciones de contado con liquidación en los días previos al levantamiento normativo de los controles cambiarios, aunque implica una paridad menos cómoda en el manejo de la puja distributiva, algo que la política había priorizado en las primeras semanas de gestión. De momento, la política sigue sin enfocarse en la brecha fiscal, más allá de los anuncios de que en febrero arrancarían las nuevas tarifas eléctricas en el AMBA, el resto de las decisiones siguen enfocadas en moderar la presión fiscal (retenciones, ganancias sobre el aguinaldo, impuesto a los autos, devolución de las percepciones, etc).
Panorama Internacional – Pág. 3
El año arrancó con un movimiento de aversión al riesgo en los mercados frente a la incertidumbre en torno al impacto de la desaceleración de China sobre los mercados emergentes y la nueva caída en el precio del petróleo en el marco del conflicto geopolítico entre Arabia Saudita e Irán.
Los precios de las acciones iniciaron la semana con recortes en los índices de EE.UU., Europa y Asia, en un entorno de mayor volatilidad financiera en el margen (el índice VIX que mide la volatilidad de los precios de las acciones en EE.UU. pasó desde la zona de 16 a 20); derivando en un nuevo ajuste a la baja de la tasa de interés de los bonos soberanos de EE.UU. considerados como activos de refugio (desde 2,25% a 2,17%) como contrapartida de la aversión al riesgo y la ausencia de presión inflacionaria, en un mundo donde el precio del petróleo encontró un “piso” más bajo (en la zona de US$34 el barril de WTI).
En el marco del trilema monetario que enfrenta el Banco Popular de China, la autoridad decidió acelerar en el margen el deslizamiento del tipo de cambio (con un precio del Dólar que pasó desde 6,48 yuanes el 27 de diciembre a 6,56), en un contexto de venta de reservas para financiar la salida de los capitales y de baja de la tasa de interés de la política monetaria para atenuar la desaceleración del ciclo y el desarme de la burbuja de los precios de las acciones. En este ambiente de aversión al riesgo en los mercados y deslizamiento más rápido del tipo de cambio en China, se registraron presiones a la baja sobre los precios de algunas materias primas (el precio de la soja en Chicago pasó desde US$327 la tonelada el 21 de diciembre a US$318), aumentando la tensión en los mercados de monedas y de capitales de algunos mercados emergentes.
Mientras la “odisea” política en Brasil por alcanzar la consistencia de las cuentas fiscales para recuperar la confianza de los mercados se frustra frente a la recesión económica y el aumento de la carga de intereses de la deuda pública asociado a la suba de la tasa de interés de la política monetaria -requerida para estabilizar la salida de los capitales-, el precio del Dólar volvió a tocar 4 reales por dólar, en un contexto donde el rendimiento de la deuda a 10 años escaló a la zona de 6,84%.
Proyecciones – Pág. 9