Monetarias y Financieras – Pág. 1
Mientras el mercado se encuentra “digiriendo” la victoria de Donald Trump en las elecciones del martes pasado, la tasa del bono de EE.UU. a 10 años, pasó de 1,85% el día previo a oscilar entre 2,2% y 2,3%. Más allá de la dinámica de las acciones, que siguieron escalando, el número a seguir para evaluar el impacto sobre el escenario macroeconómico para el año que viene será la trayectoria de esta tasa, con impacto directo sobre el costo de financiamiento de las economías emergentes y el comportamiento de las monedas.
En este contexto de volatilidad financiera, el BCRA volvió a recortar en 50 puntos básicos la tasa de referencia de la política monetaria a 25,75%. En el comunicado que acompañó la decisión, volvió a ponderar el beneficio de un esquema de tipo de cambio flotante (con el peso acompañando la depreciación del resto de las monedas frente al dólar), y justificó la decisión en que “una devaluación del peso en este contexto no es inflacionaria”. Así, el BCRA dejó a un lado la retórica centrada en el sostenimiento de expectativas de inflación por encima de la meta para 2017 (con la cual venía justificando su decisión de mantener las tasas bien altas en términos reales), para centrarse en la desaceleración en la inflación en el margen y ponderar los beneficios del esquema de tipo de cambio flotante. Riesgoso, frente a una corrección que todavía no se sabe dónde termina y en un país donde el traslado a precios de una devaluación es elevado.
Precios – Pág. 3
Según el INDEC, el IPC de octubre registró un incremento del 2,4% respecto a septiembre, con una incidencia del 0,9% correspondiente al nuevo esquema tarifario del servicio de gas residencial. Al mismo tiempo, el IPCBA mostró una variación positiva del 2,9%. Ambos indicadores se encuentran en línea con nuestro RPM.
Panorama Internacional – Pág. 3
Los mercados globales continúan transitando el escenario de volatilidad asociado a un nuevo equilibro de tasas de interés en EE.UU. frente a la expectativa de un escenario con mayor crecimiento e inflación por los anuncios de campaña de un mayor proteccionismo comercial y un efecto crowding out asociado a un eventual incremento del déficit fiscal por aumento del gasto público en infraestructura y baja de impuestos. Frente a este escenario, la suba en la tasa a 10 años gatilló un empinamiento de la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. y un desarme de posiciones apalancadas de carry trade en bonos y monedas emergentes, derivando en una presión alcista sobre el tipo de cambio y el costo de fondeo de los mercados emergentes.
Dado el escenario de volatilidad, habrá que esperar el punto en el que se estacione el viaje ascendente de la tasa de interés a 10 años de los bonos del Tesoro norteamericano y la dinámica de la volatilidad financiera en los mercados globales, para determinar si estamos en una corrección transitoria o en un proceso de ajuste que llevará más tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que los precios de las acciones en EE.UU. siguen sostenidos y que la volatilidad de los mercados con presión alcista en las tasas de los bonos de EE.UU. presenta riesgos asimétricos. De ahí, la importancia del wording de la reunión de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) del 13 y 14 de diciembre, donde si bien el mercado ya tiene descontada una suba de la tasa de referencia, la lupa estará puesta en el set de proyecciones de las tasa de interés para los próximos años y si la Fed refuerza el escenario de gradualismo en el ciclo esperado de suba de tasas.
Proyecciones – Pág. 6