Monetarias y Financieras
En medio de una situación global volátil, con datos mixtos en EE.UU. como el salto en la lectura de inflación de enero (+0,5% m/m frente a un consenso en 0,1%-0,3%) en simultáneo a un desplome en las ventas minoristas en el mismo mes (-0,3% m/m, con las expectativas de los analistas en +0,2%), con la mediana de las expectativas en el REM en 2,1% y una inflación de PriceStats en 2,2% mensual al 4 de febrero (1,5% a mediados de enero), el BCRA dispuso una pausa en el sendero de baja de tasas de interés y mantuvo la tasa de referencia de la política monetaria (centro del corredor de pases a 7 días) en 27,25%. Así, la autoridad monetaria parece haber apuntado a dar una señal mediante la tasa de referencia en el sentido de que aún conserva un margen de autonomía en la conducción de la política monetaria, luego de las dos bajas de tasas realizadas en enero a pesar de que la inflación en el margen y las expectativas, incorporando además los impactos de las subas tarifarias (concentradas entre febrero y abril), se ubicaban bien por encima incluso de la “nueva” meta de 15% para 2018.
Más allá de la volatilidad en el tipo de cambio, que culminó la jornada en torno a $19,9, y las intervenciones puntuales a través de bancos públicos, el BCRA continúo comprando divisas al Tesoro, sumando US$3.000 millones en febrero que se adicionan a los US$3.000 millones de enero, derivando en un impacto monetario de $116.659 millones en lo que va del año.
Mercados y Panorama Internacional
La alta volatilidad en los mercados de USA continúa dominando la dinámica financiera global y local: tasas de interés en alza en el tramo largo de la curva (2,91% la tasa a 10 años) frente al aumento en las expectativas de inflación para un mercado que venía anticipando una Fed muy gradual en el ciclo de suba de tasas y niveles de volatilidad financiera en un piso más alto frente a la toma de cobertura vía opciones de venta (puts) de acciones de USA exacerbada por el apalancamiento de los instrumentos financieros.
En este contexto, el dato de inflación en USA, marcando una inflación mayor a la esperada, aceitó la tendencia alcista de las tasas largas en USA y el camino para que la Reserva Federal de Jerome Powell retoque la tasa de referencia en la reunión de marzo con una suba de un cuarto de punto. Si bien la suba de la inflación en enero en USA (+0,5% mensual, +2,1% i.a) estuvo explicada principalmente por la suba en energía (+3% mensual, +5,5% i.a.), la inflación núcleo también aceleró el ritmo de suba (+0,3% mensual, +1,8% i.a.). De alguna manera, la inflación de salarios parece que empieza a arrancar tras la caída de la tasa de desempleo por debajo de 4,5% y el estancamiento de la productividad laboral.
El Banco Central de Brasil vuelve a bajar la tasa de interés de referencia (desde 7% a 6,75%) frente al anclaje de las expectativas de inflación por debajo de la meta del 4,5%. En este sentido, si se mantiene el capital político del gobierno para pasar por el congreso las reformas estructurales y los capitales siguen entrando a Brasil, las condiciones para una aceleración del crecimiento están dadas. En primer lugar, la economía de Brasil parte de alto desempleo, con lo cual el margen para crecer sin tirar de la cuerda de la inflación de salarios es amplio. Por otro lado, los altos niveles de capacidad ociosa permiten reactivar la economía sin un alto esfuerzo desde el lado de la inversión en bienes de capital. Asimismo, la baja en la tasa de interés frente a la fuerte desaceleración de la inflación permite aceitar el canal de transmisión del crédito al tiempo que baja la carga de intereses de la deuda pública que indexa a la tasa de política monetaria, reduciendo el ajuste fiscal requerido antes de intereses para sostener el ratio de la deuda pública a PIB estable.