Monitor Semanal #504

Monetarias y Financieras Luego de que el BCRA continuara realizando intervenciones diarias en el mercado de cambios durante la semana pasada apuntando a sostener el tipo de cambio en torno a los niveles actuales (techo en $20,3/20,4), esta semana comenzó a aceitarse la liquidación de la cosecha de soja, restando presión al peso y derivando en una estabilización en el tipo de cambio sin intervención de la autoridad monetaria. Por lo pronto, y a pesar de la señal que el BCRA viene dando sobre la decisión de establecer un techo claro al dólar en el corto plazo y la alta inflación que limita el margen del BCRA para recortar tasas, el aumento en el gap de credibilidad (inflación esperada menos meta) derivado de las decisiones de tasa tras el cambio en las metas de inflación y la falta de certidumbre sobre los insumos en la función de reacción del BCRA restó atractivo al carry, manteniendo muy elevada la demanda de divisas con fines de atesoramiento. (…)

Monetarias y Financieras

Luego de que el BCRA continuara realizando intervenciones diarias en el mercado de cambios durante la semana pasada apuntando a sostener el tipo de cambio en torno a los niveles actuales (techo en $20,3/20,4), esta semana comenzó a aceitarse la liquidación de la cosecha de soja, restando presión al peso y derivando en una estabilización en el tipo de cambio sin intervención de la autoridad monetaria. Por lo pronto, y a pesar de la señal que el BCRA viene dando sobre la decisión de establecer un techo claro al dólar en el corto plazo y la alta inflación que limita el margen del BCRA para recortar tasas, el aumento en el gap de credibilidad (inflación esperada menos meta) derivado de las decisiones de tasa tras el cambio en las metas de inflación y la falta de certidumbre sobre los insumos en la función de reacción del BCRA restó atractivo al carry, manteniendo muy elevada la demanda de divisas con fines de atesoramiento.

En este contexto, el BCRA dispuso mantener sin cambios la tasa de referencia de política monetaria en 27,25%, con un comunicado prácticamente idéntico al de la decisión del martes 27 de marzo, presentando un panorama “optimista” de desaceleración de la inflación combinando una política monetaria más contractiva, las paritarias cerrándose en torno al 15%, la desaceleración en el ajuste de precios regulados a partir de abril y la corrección cambiaria ya operada, y reforzando el uso de las intervenciones en el mercado de cambios como instrumento para evitar un mayor tras-lado a precios de la devaluación.

En otro orden, el excedente de depósitos sobre préstamos continuó reduciéndose aunque a un menor ritmo durante marzo, de la mano de un mayor crecimiento en los depósitos en pesos a plazo fijo. De sostenerse esta dinámica, y en la medida que los bancos continúen obteniendo financiamiento vía obligaciones negociables, podría desacelerarse el proceso de reducción del spread entre la tasa de depósitos a plazo y la tasa de la Lebac más corta.

Mercados/Panorama Internacional 

En la minuta de la FED afianzaron el movimiento alcista en la tasa de interés, pero remarcaron que el conflicto con China puede generar un downside risk. Frente a la volatilidad de los mercados financieros por la guerra comercial en cuestión, el mercado espera que la Reserva Federal de Jerome Powell deje en claro que el “put estabilizador” que estuvo funcionando bajo la presidencia de Alan Greenspan, Ben Bernanke y Janet Yellen, siga activado. Es decir, Powell tiene un discurso de continuar con el sendero alcista de las tasas de interés, incluso acelerando el path para los años 2019 y 2020, frente a la baja de la tasa de desempleo y la convergencia desde abajo de la inflación, impulsada por la reactivación de los salarios y los precios de la energía. En este sentido, será clave para los mercados que la Fed deje en claro que estará lista para suavizar el sendero de suba de tasas si la volatilidad financiera en los mercados amenaza con apreciar fuerte el dólar a nivel global, ralentizar el crecimiento económico y demorar la convergencia de la inflación desde abajo. Los activos brasileños exhiben un contexto de volatilidad financiera frente al ruido político de cara a las elecciones presidenciales de octubre de este año, en un contexto de alto rechazo electoral para los candidatos principales. En este contexto, la depreciación del real brasileño frente al ruido político llega en un mal timing para la competitividad del tipo de cambio real con Brasil, teniendo en cuenta la ampliación de la brecha de inflación con nuestro vecino (la inflación de marzo en Brasil fue de 0,09% vs una inflación local en torno a 2,3% mensual) y el poco margen con el que cuenta el BCRA para depreciar el peso sin acelerar la inflación, que lo ha llevado a vender reservas.

Tomando los tipos de cambio de cierre de hoy para el promedio de abril, y proyectando la inflación de abril, el tipo de cambio real bilateral con Brasil perdería 7,4% de competitividad desde la foto de febrero, luego de acumular una ganancia de competitividad de 8,1% vs noviembre de 2017.