Monetarias y Financieras
Luego de que la combinación de venta de divisas (US$5.299 millones desde el 23 de abril y US$7.726 millones desde el 5 de marzo), suba de tasa de referencia (a 40% desde 27,25% el 26 de abril) y anuncio de consolidación en la meta fiscal a 2,7% del PIB (desde el 3,2% previo) no lograran enfriar la corrida en el mercado de cambios, el Gobierno anunció el inicio de conversaciones con el FMI para abrir una línea de crédito.
La decisión puede entenderse por dos vías: apuntar a mostrar eventualmente un mayor poder de fuego con la disponibilidad de la línea de crédito y, principalmente, exhibir al Fondo como “garante” de la credibilidad de cara al mercado que el Gobierno había perdido en los últimos meses, particularmente en lo referente a la conducción de la política monetaria.
De momento, no existen precisiones sobre las características del crédito, que recién comenzó a negociarse en la jornada de hoy, aunque las líneas a las que eventualmente podría acceder la Argentina son la línea precautoria (PLL) y el tradicional crédito Stand By, que habilita mayores montos aunque con condicionalidades más estrictas que se definen caso por caso.
En los niveles actuales, el tipo de cambio real bilateral con EE.UU. se ubica 17,1% por encima de los mínimos alcanzados en diciembre, en tanto el tipo de cambio real multilateral se ubica 14,9% por encima.
Mercados/Panorama Internacional
Los mercados financieros globales continúan exhibiendo la fragilidad financiera de los mercados emergentes más expuestos al fortalecimiento global del Dólar y al recorrido alcista de las tasas de interés de corto plazo de la curva de rendimientos de bonos del Tesoro norteamericano.
En este contexto, las economías emergentes están expuestas a presión cambiaria, forzando en algunos casos la señal de tasa de interés real requerida más alta para contener las presiones inflacionarias, aumento en el spread de riesgo de los bonos soberanos y mayor volatilidad en los mercados de acciones.
Por ahora, la presión ascendente de la curva de rendimientos de bonos soberanos se concentró en mayor medida en el tramo más corto de la curva, con tasas a 2 años en 2,50% vs niveles de 1,6% a principios de noviembre, mientras el rendimiento del bono a 10 años pasó de 2,45% a 3%, en consistencia con un achatamiento de la curva de rendimientos que enciende los riesgos de un enfriamiento de la actividad económica en USA.
A pesar de la corrección de los últimos meses, el ratio P/E ajustado por inflación del S&P aún se sostiene en un nivel relativamente alto vs la media de los últimos 20 años (+16,3%), en un contexto de volatilidad financiera acotada y tasas de interés ajustando gradualmente al alza.