Monetarias y Financieras
El reloj electoral sigue avanzando (faltan 11 días hábiles incluyendo hoy) y sin horizonte el clima financiero y económico se va deteriorando cada vez. La estrategia de cobertura de los inversores es clara; zambullirse de cabeza en cualquier activo de cobertura ante la expectativa de un retraso del acuerdo con el FMI.
Esta semana la demanda por cobertura se disparó. Las tasas de largo implícitas en Rofex ya se ubican en torno al 60% y el crawling implícito de las posiciones indica que el mercado visualiza un evento cambiario entre enero y marzo del próximo año. La posición en futuros del BCRA ascendió a USD3.500 millones, luego de que empezara a intervenir nuevamente en septiembre. En el corto plazo, esta tendencia no tiene motivos para revertirse. Sin un plan macroeconómico enmarcado en un acuerdo con el FMI, la presión sobre este mercado debería mantenerse y en ese contexto, el Central seguramente aumente su posición vendedora.
El Gobierno necesita mantener las tasas de los futuros de corto alineadas a la de los instrumentos que coloca, para evitar un desincentivo sobre éstos últimos. Al mismo tiempo, para acompañar el discurso “no vamos a devaluar” esta intervención permite calmar las expectativas sobre un eventual salto discreto en el tipo de cambio.
El apetito de cobertura también fue aprovechado por el Tesoro. En la última colocación del mes, Finanzas consiguió $226.473 millones y cierra el mes con un financiamiento neto positivo de $37.287 millones. Dado los casi $260.000 millones que vencían, Finanzas salió a ofrecer una cartera variada en plazo (2021, 2022 y 2023) y también en ajuste (tasa fija, CER y dollar-linked). Por un lado, sorprende que lo mitad de lo adjudicado sea a tasa fija, en un contexto de búsqueda de cobertura.
En el mercado de cambios, el BCRA tuvo más dificultades para comprar divisas en el MULC, a pesar de que las liquidaciones de las empresas agroindustriales siguieron exhibiendo un elevado nivel de ventas para la época. No obstante, hay que reconocer que las medidas instrumentadas a principio de mes lograron revertir la tendencia de septiembre (ventas por USD953 millones) y el BCRA acumula compras en el MULC por USD500 millones en el mes, de las cuales aproximadamente la mitad fue utilizada para intervenir en la brecha cambiaria.
Habrá que ver qué pasa el primero de noviembre con la finalización de la norma que impedía el pago adelantado de las importaciones. La idea del BCRA es ser un poco más laxo, permitiendo acceder a divisas por el 50% del valor de la importación de manera adelantada, el 30% cuando está en viaje y el 20% restante cuando es retirado del puerto. A ello contrapuso la opción de que los turistas pudieran mejorar el tipo de cambio que reciben por sus divisas e interrumpió el circuito de intercambio de treasuries por pesos para perder menos reservas vía MEP.
Otro dato saliente de la semana ha sido el movimiento del tipo de cambio oficial, que en medio del congelamiento exhibió en la semana subas atípicas (+0,3% en la semana), aunque en promedio el ritmo se sostuvo en el 1% mensual. Los tipos de cambios financieros aceleraron la devaluación respecto a la semana previa. El dólar blue y el CCL SENEBI avanzaron 4,2% con respecto a los valores de una semana atrás y se ubicaron en $198 y $205,75 respectivamente.
Atrasos y penalidades del incumplimiento del acuerdo con el FMI
Cuando un país no cumple con una obligación con el FMI, no entra en default sino en atrasos, y esto ocurre inmediatamente después del no pago (no hay período de gracia como ocurrió con el incumplimiento al Club de París o al Mercado). Para salir de “los atrasos” la obligación no pagada debe ser cancelada previamente a un nuevo programa, ya sea con recursos propios o mediante un crédito puente de otra Nación.
Si bien como contamos en nuestro informe mensual, los incentivos de los “tres grupos de jugadores”, el gobierno, la oposición y el FMI para llegar a un acuerdo rápido de largo plazo “mediocre” como el que está intentando negociar el gobierno a partir del Presupuesto 2022 no están, lo cierto es que los tres “jugadores” pierden si la Argentina entra en atrasos. Es altamente probable que la fricción continúe aún después del resultado del 14 de noviembre y debería encontrarse algún mecanismo antes del vencimiento del 22 de marzo. Vienen meses turbulentos donde el escenario “pedaleando en el aire” hasta marzo aparece.
Mercados/Panorama internacional
La tasa a diez años de los bonos del Tesoro de los Estado Unidos se toma un respiro y gravita en la zona del 1,56% concomitante a mercados bursátiles que continúan rompiendo máximos históricos. Las noticias positivas sobre los resultados de los balances más que compensan los datos de una actividad económica que mostró una brusca desaceleración en su recuperación a lo largo del tercer trimestre. Crecimiento trimestral anualizado de 2% vs 2,7% esperado y 6,7% en el segundo trimestre. En este contexto, el principal interrogante es la velocidad en la que la Reserva Federal avance en materia de política monetaria.
Las curvas de rendimiento de los bonos del Gobierno se comienzan a tornar flat a lo largo y a lo ancho del planeta a medida que los Bancos Centrales se acercan al final de la era de política monetaria ultra laxa puesta en marcha al inicio de la pandemia a principios de 2020, y por su parte la curva del Tesoro Americano comienza a invertirse en su tramo más largo.